Smiley es un precioso Golden Retriever que hoy cuenta con 12 años. Ya es un perro adulto, puede que incluso mayor, si tenemos en cuenta la equivalencia de la edad canina con la humana. No obstante, no importa, porque Smiley tiene una vitalidad especial que lo ha hecho único a lo largo de su vida.

Es un animal afortunado, de eso no hay duda, pero a punto estuvo de no salir adelante, porque Smiley, nació sin ojos y con enanismo. Lo abandonaron siendo muy pequeño. ¿La razón? Apenas podemos comprender por qué se comenten actos así, tal vez porque era diferente, porque exigía cuidados especiales o porque, simplemente, le auguraban una corta vida. No obstante, nuestro precioso Golden Retriever, tuvo suerte, porque justo cuando cumplió dos años, Joanna George lo encontró y, cómo no, lo adoptó.

Estamos seguros de que esta historia también te va a hacer sonreír. Este perro canadiense nació con una luz especial, a pesar de ser ciego.

Smiley, el perro que hace sonreír

Cuando Joanna adoptó a Smily, se dio cuenta de un aspecto. El perro sentía dolor. A pesar de ser ciego padecía constantes molestias en las cuencas vacías de sus ojos, numerosas infecciones y constantes problemas. Así pues, se optó por algo sencillo: coserle los párpados. Por eso dispone de esta expresión tan entrañable y especial. Desde entonces, Smily pudo llevar una vida mucho más activa y sin molestia alguna. En poco tiempo se convirtió en un perro feliz que hacía honor a su propio nombre.

Smiley-perro-ciego-puede-sonreir (Copy)

Su dueña, Joanna George, viendo esa energía vital y envolvente de su pequeño amigo, pensó que sería un auténtico regalo ofrecer parte de ese entusiasmo a otras personas. De convertir a Smily, en un «perro terapeuta», de los que visitan los hospitales y son capaces de arrancar una sonrisa a las personas enfermas, a niños de las salas de oncología, a ancianos con demencias… Pacientes que, al fin y al cabo, se habían olvidado un poco de lo que es sonreír y de sentir el cariño desinteresado de un animal.

perro-ciego-terapia-smiley-stacey-morrison-5 (Copy)

Y ha sido todo un éxito. Smily, consiguió fácilmente su certificado como «perro terapeuta», alzándose en poco tiempo como un auténtico gurú de la felicidad. Consigue cambiar el comportamiento de niños y ancianos en pocos minutos. Personas con autismo reaccionan a su presencia de modo muy positivo, ancianos con demencia se deshacen en arrumacos y palabras de cariño. Es la alegría cotidiana para personas discapacitadas, tanto es así, que ha llamado la atención de numerosas televisiones y periódicos de todo el mundo. Lo llaman «el perro milagro».

smiley_2 (Copy)

Según su dueña, los animales no centran su vida en las desgracias del pasado, como hacemos muchas personas. Ellos viven el presente y se limitan exclusivamente, a ofrecer cariño, a vivir en plenitud dando felicidad. 

¿Estás de acuerdo? ¿Qué te parece la labor que hace Smily? Si te ha gustado esta historia, descubre también a Puddicat, el gato que cuida de su mejor amigo, otro perro ciego.

Imagen: Stacey Morrison