Al parecer parejas en crisis las han habido desde siempre, pero los remedios para mejorar esta situación han variado mucho según las épocas. En la actualidad se visita a los consejeros matrimoniales o se siguen cursillos para parejas; en Supercurioso hemos conocido 5 poderosos hábitos de las parejas felices y también hemos visto ¿Cómo mantener la calma en una etapa de crisis en tu vida?, pero en esta ocasión hemos querido saber cómo arreglaban sus problemas conyugales los matrimonios de la Edad Media y hemos topado con la increíble solución medieval para parejas en crisis. ¡Asómbrate con ella!
La solución medieval para parejas en crisis
En Transilvania, Rumanía –un país con muchas curiosidades-, se encuentra una población llamada Biertan que es la más importante dentro del grupo de poblados sajones conocidos por sus «Iglesias Fortificadas» que han sido declarados Patrimonio de la Humanidad. En la Edad Media y la Edad Moderna fue un asentamiento muy eminente que llegó a tener cerca de 5.000 habitantes.
El corazón de Biertan se levanta una Iglesia Fortificada que fue edificada en el siglo XV. Aunque la Edad Media tocaba a su fin, los habitantes de esa zona de Transilvania vivían sumidos en ella y obedecían los dictados de la Iglesia que enseguida se decantó por el Luteranismo debido al origen germánico de sus habitantes. Según consta en la documentación de la villa, en los más de 300 años en que Biertan fue sede episcopal no hubo más que 1 divorcio en el lugar. El luteranismo admitía el divorcio en determinadas circunstancias, en lo que se diferenciaba de la Iglesia Católica. El remedio episcopal era sumamente curioso y en definitiva buscaba encontrar un acuerdo para que mujeres y niños no quedasen desprotegidos.
La pareja acudía al obispo luterano de Biertan que tenía en su iglesia-fortaleza una habitación especial conocida como «cárcel marital». El matrimonio era encerrada en ese habitáculo durante seis semanas durante las cuales se pretendía que resolvieran sus problemas. El cuarto era muy pequeño y en él solo había una mesa, una silla, una cama individual y un arcón para guardar la ropa. Durante ese tiempo debían compartirlo todo. Aunque parezca imposible, como hemos anticipado, el remedio fue un éxito. Un solo divorcio en 300 años.
Los historiadores creen que más que «obrar milagros» la «cárcel marital» ayudaba a reflexionar sobre las consecuencias de un divorcio, especialmente al esposo. Si se divorciaba debía entregarle a la mujer la mitad de sus bienes y si volvía a casarse, su segunda esposa no tenía ningún derecho sobre los bienes del marido. Además, enseguida se daban cuenta de que no podían permanecer 6 semanas encerrados ya que su trabajo era necesario para tener comida para el año siguiente y se daban prisa para llegar a un acuerdo.
Al parecer, en la actualidad han existido solicitudes de parejas en crisis para utilizar la habitación marital con el pensamiento de que ese aislamiento y relación continua permitirá una comunicación que en la sociedad moderna es muy difícil conseguir. ¿Qué te parece esta solución medieval para parejas en crisis? ¿Crees que podía arreglar algo? ¡Esperamos tus comentarios!