Estamos seguros de que también tú, habrás soñado en alguna ocasión con caminos o senderos extraños, interminables o brumosos, en los cuales, te ves a ti mismo andando. Sin rumbo. Lo que ocurre después, es tan diverso como llamativo:
Podemos caer al vacío, encontrar a alguien a quien no podemos alcanzar e incluso hundirnos tierra abajo en una sensación tan asfixiante, que al poco, nos hace despertarnos con horror y con el corazón latiendo a toda velocidad.
Hemos de saber que esos sueños en que nos vemos a nosotros mismos transitando en caminos conocidos o desconocido, es algo muy habitual en el ser humano. El significado «casi siempre» lo puedes intuir tú mismo, y para ello, basta con tener en cuenta el contexto que estás viviendo en ese mismo momento.
El tener que tomar una decisión, el sentirnos atrapados por el estrés o los problemas, o incluso nuestro deseo de acabar con una situación determinada, hace que el cerebro «guste» de darnos ese camino virtual con el que obligarnos a tomar una decisión.
Te invitamos a reflexionar sobre ello y a que como siempre, nos des tu opinión.
Soñar con caminos, rutas o carreteras… ¿a qué se debe?
Empezaremos comentándote (como siempre hacemos en lo referente al campo onírico) que no hay estudios científicos ni conclusiones al respecto de este tema. Por ello, a la hora de interpretar de forma adecuada un sueño, te recomendamos lo siguiente:
- Apúntalo en un cuaderno y describe no solo cada detalle que recuerdes, sino también cómo te sentías, qué pensabas y qué emociones pasaban por tu cabeza.
- Atiende a tu momento presente. Analiza qué es lo que te envuelve, que te preocupa en este mismo instante (pareja, estudios, trabajo, insatisfacciones, pensamientos…).
- Después, intenta relacionar ese sueño con lo que estás viviendo en ese instante. Solo así podemos sacar nuestras conclusiones y conseguir que ese sueño nos sirva de algo: tal vez debamos tomar una decisión y nuestro inconsciente nos invita a ello.
Analicemos ahora con mayor detalle los sueños referentes a esos caminos, rutas o carreteras en que en ocasiones, nos vemos a nosotros mismos durante esos instantes oníricos.
Un paseo tranquilo con compañía inesperada
Un elemento curioso que suelen comentar muchas personas que han perdido a un familiar cercano y querido, es soñar con que de pronto se ven caminando por un sendero plácido, de luz agradable y muy sereno.
Al poco, aparece ese familiar fallecido con un aspecto que armoniza mucho con el contexto. Es entonces cuando nos dice que «todo está bien» y que él o ella, «está bien». Son, sin duda, sueños muy reconfortantes y que, en ocasiones, sirven a la persona para superar el duelo.
Un camino tenebroso habitado por sombras
Hablemos ahora de esos sueños que más que sueños son pesadillas. Caminar por un sendero habitado de brumas, de ramas de árboles retorcidos y vislumbrando un horizonte brumoso al más puro estilo Silent Hill, es algo que también suele ser muy recurrente.
- A estas imágenes se les añade la sensación de miedo, de angustia de percibir amenazas que no vemos. De hecho, es muy posible que a medio camino, terminemos hundiéndonos en ese sendero como en unas arenas movedizas, frías y desesperantes.
¿A qué se debe? Nuestro mundo inconsciente es un fiel reflejo del mundo emocional y, muchas veces, esas imágenes no son más que traducciones de la ansiedad ante un examen, un problema de trabajo, una compleja situación afectiva… La vida, son al fin y al cabo cruces de caminos ante los cuales, reflexionar. Hay senderos llenos de oscuridad que hay que saber evitar o cruzar rápidamente para después, acceder hasta aquel que debe ofrecernos la tranquilidad.
Caminos sin salida, caminos donde quedamos perdidos
En ocasiones es un laberinto, otras veces, nos vemos a nosotros mismos andando sin rumbo, perdidos e incluso con una sombra sin definir a nuestra espalda, siguiéndonos. No podemos verle el rostro, pero sabemos que algo o alguien desea hacernos daño.
- El laberinto de «nuestros problemas» cotidianos son una vez más el reflejo de nuestros sueños tomando forma a través de símbolos, formas y escenarios tan extraños como amenazantes. Este tipo de sueños provocan que nuestra presión sanguínea se acelere, que el temor nos atenace hasta el punto de despertar en un sobresalto.
- Los miedos siempre nos persiguen y es necesario ponerles rostro, voz y forma. Al hacerlo, lograremos salir de nuestros laberintos. Pongamos un ejemplo. Has dejado de querer a tu pareja y no sabes cómo decírselo. Te sientes atrapado, pero presionado a la vez por salir de esa situación insostenible y negativa para ambos. En este caso, esa sombra oscura que te persigue podría ser tu propia conciencia animándote a dar el paso, a ser valiente y responsable.
Todos estos mundos oníricos lejos de dejarlos a un lado y de no darles importancia, merecen atención por nuestra parte. Recuérdalos e intenta descifrarlos atendiendo a tus preocupaciones actuales. No dudes en dejarnos tu opinión al respecto y recordar nuestro artículo sobre los tres sueños psíquicos más comunes.