Julio Verne dijo en alguno de sus libros, y lo cito de memoria, que todo aquello que un hombre imagina otro hombre lo puede hacer realidad. Nace la ciencia ficción, pero nace también la posibilidad de que esas realidades imaginadas se conviertan en algún momento en cosas concretas. ¿Recuerdas a uno de los padres de la cosmonáutica, Konstantin Tsiolkovski, quien imaginó colonias y estaciones espaciales?
Pues bien, hablamos de todo esto para presentarte un nuevo proyecto, por llamarlo de algún modo, en el que algunos se han imaginado cómo comeremos en un futuro no tan lejano. ¿Nos acompañas?
5 formas posibles de comida
1. ¿Fotosíntesis?
No, no te estamos hablando de los famosos autótrofos, esas personas que dicen vivir sin comer ni beber. Hablamos de un estudio que adelanta el biólogo marino Chuck Fisher, donde analiza la relación simbiótica entre corales y algas y su posible aplicación al mundo de los humanos, como alternativa para paliar el hambre en la Tierra.
Su propuesta es bastante original y sin duda nos coloca de lleno en la ciencia ficción: pretende reproducir el proceso de la fotosíntesis integrando algas en la piel de los seres humanos, para así poder obtener los nutrientes de la luz solar.
Interesante, aunque falta mucha, mucha investigación.
2. Inhalar vapores
En 2012 David Edwards, profesor en Harvard, presentó un singular dispositivo –llamado Le Whif– con el que se podía respirar vapor con sabor a chocolate.
Norman Aitken, un cocinero canadiense, inspirado en Le Whif, creó Le Whaf, un vaso que emite ultrasonidos para agitar líquidos y convertirlos en nubes que pueden ser aspiradas con una pajilla…
3. Parches
Otra manera de alimentarnos sería a través de parches transdérmicos, con el mismo funcionamiento de los parches utilizados para administrar medicamentos o los que se usan para dejar de fumar.
En el caso de los alimentos, serían tiras que contienen nutrientes que irían a parar directamente al organismo.
De hecho, el ejército estadounidense trabaja en esta línea pensando sobre todo en la logística que supone tener soldados en zonas remotas, aunque también abre la posibilidad de usarlos en ciertas actividades profesionales, como la minería, en donde se requiere un gran esfuerzo físico y en donde llevar comida a veces se hace difícil.
4. Proyecto MELiSSA
La Agencia Espacial Europea se plantea seriamente la eventualidad de que los seres humanos seamos capaces de habitar otros planetas, y por ello ha impulsado el proyecto MELiSSA, cuyo objetivo es
“recuperar biomasa comestible a partir de los residuos, del dióxido de carbono y de los minerales, con la luz como fuente de energía para favorecer la fotosíntesis biológica”.
Es decir, utilizar restos y alimentos estropeados para volverlos comestibles y nutritivos otra vez. Curioso…
5. La famosa pastillita
El Instituto de Investigación de Alimentos de Reino Unido está empleando nanotecnología para volver realidad la pastillita de los astronautas, o el famoso chicle de Willy Wonka.
Justamente se encerrarían aromas en pequeñas estructuras que al contacto con la saliva liberarán los sabores, al “primer mordisco”. Y en una sola cápsula estarían la entrada, el plato principal y el postre, ¿qué te parece?
Lo cierto es que, aparentemente, la dirección hacia la que vamos en cuanto a alimentación se refiere es hacia los comprimidos, hacia lo sintetizado, hacia el extracto, de donde el organismo sacará los nutrientes. Tal vez nosotros no lo veamos, pero con certeza tanto el espacio de almacenamiento como la demanda por comida están perfilando estas nuevas maneras de comer. Y si te interesa este tema, lee sobre el insectivismo, otra posibilidad futura.