En más de una ocasión te hemos hablado de viajar al espacio. De nuevos planetas, de alunizajes, de todo aquello que implica ampliar nuestro conocimiento del universo y de todo lo que este puede estar ocultando; incluso de la posibilidad de que exista, en algún rincón de una galaxia perdida, un planeta parecido a la Tierra que quizás podamos habitar en el futuro.
En esta ocasión te queremos hablar de un hecho común que podría aplicarse a todos esos artículos que hablan sobre el espacio. En concreto queremos que sepas, por si lo tenías en mente, que viajar al espacio podría cambiar la configuración de tu cerebro, ¿sorprendido?
¿Cómo puede afectarnos viajar al espacio?
La universidad de Amberes ha realizado una nueva investigación sobre los cerebros de los astronautas antes y después de una de sus misiones espaciales, después de viajar al espacio y de haber permanecido en él por un largo período, como por ejemplo 6 meses. Pudieron descubrir que permanecer en el espacio durante períodos prolongados, en una microgravedad, alteraba la estructura de sus cerebros. Algunos de esos cambios eran evidentes incluso después de siete meses de haber regresado a la Tierra.
El equipo que dirigía la investigación realizó resonancias magnéticas a 10 astronautas hombres antes de viajar al espacio. Más tarde, a su regreso a la Tierra, se les realizó una segunda exploración. En siete de los diez casos, se realizó una tercera exploración unos meses más tarde. El equipo informó al New England Journal of Medicine que habían podido apreciar una reducción en el volumen de materia gris en todo el cerebro de los astronautas, con efectos particulares en la corteza orbitofrontal, responsable de la toma de decisiones, en la corteza temporal, encargada del procesamiento de entradas sensoriales y en la formación de la memoria.
Esas reducciones encontradas también afectaban a la materia blanca del cerebro, que es la sustancia que conecta diferentes áreas de materia gris entre sí. Viajar al espacio también les provocó cambios en la distribución del líquido cefalorraquídeo, que es el encargado de eliminar los productos de desecho y además protege al cerebro. Al no tener gravedad, el líquido se desplaza hacía la cabeza y se acumula allí
«Se producen cambios en la sustancia gris y blanca y en el líquido cefalorraquídeo. Y algunos de esos cambios siguen siendo detectables incluso siete meses después de que la misión haya terminado», dijo la autora principal, la Dra. Angelique Van Ombergen, en un comunicado.
Aunque los niveles de materia gris se nivelaron a los 7 meses de haber vuelto de la misión, los cambios en el líquido cefalorraquídeo persistieron. Esto explicaría que los astronautas suelen experimentar problemas de visión.
Aunque el estudio se centró en cómo el espacio cambia tu cerebro, no se tuvo en cuenta como afectan esos cambios a las funciones normales. Sin embargo, se está valorando seguir la investigación en ese sentido y más detalle e incluso poder determinar cuánto tiempo, después de su regreso del espacio, puede llegar a tardar el cerebro humano en volver a su estado normal.
«Definitivamente, esto es algo que queremos analizar y algo que creemos que también es necesario si queremos comprender la dinámica exacta a lo largo del tiempo. Además, también son necesarios estudios prospectivos más amplios para descubrir por completo las posibles consecuencias clínicas para los astronautas. Combinar, por ejemplo, escaneos cerebrales con pruebas clínicas o datos de comportamiento son necesarios si queremos comprender completamente lo que está pasando», dijo el Dr. Van Ombergen.
Todas estas investigaciones son muy importantes a la hora de viajar al espacio y de plantear vuelos espaciales de larga duración para saber qué consecuencias podrían ser permanentes para los astronautas. Debemos plantearnos cómo poder evitarlas en un futuro, porque si nos estamos poniendo el objetivo en viajar a Marte, debemos tenerlas en cuenta.
“Una contramedida que podría ayudar es la gravedad artificial. Esto es cierto para varios de los efectos relacionados con los vuelos espaciales. Por ejemplo, pérdida ósea y muscular y cambios en el sistema vestibular que causan mareos y náuseas. También podría ser un potencial mitigador de riesgo para los cambios cerebrales que vemos «, explicó el Dr. Van Ombergen.
«Sin embargo, habrá que ver si la gravedad artificial, por ejemplo mediante el uso de una nave espacial giratoria, es posible, ya que esto tiene algunas consecuencias para el lado tecnológico y el costo del desarrollo de las naves espaciales».
Hemos oído en más de una ocasión que el futuro de la humanidad está en viajar al espacio y explorarlo, en encontrar otros planetas potencialmente habitables. Sin embargo, estamos aún muy lejos de poder llevar a cabo estas expediciones, mientras no tengamos del todo controlados estos efectos que causa la falta de gravedad en el organismo de los astronautas.
Por suerte, son muchos los investigadores comprometidos con esta causa y muchas las compañías que apuestan por este tipo de investigaciones, como es el caso del empresario Elon Musk, quien fundó SpaceX con el objetivo de llevar al ser humano hasta Marte.
¿Qué te ha parecido nuestro artículo sobre cómo viajar al espacio cambia tu cerebro? ¿Qué opinas sobre las investigaciones que se están llevando a cabo en este terreno? ¡Queremos leer tus comentarios!