Lucrecia Borgia, hija del papa Alejandro VI, fue una destacada figura en su tiempo, cuya vida fue dictada en gran parte por las ambiciones políticas de su familia. Los historiadores debaten si Lucrecia participó activamente o no en los crímenes de su famosa familia, pero cualquiera que sea la respuesta, es innegable lo interesante que resulta su vida.
La vida de Lucrecia Borgia, hija de una de las familias más notorias del Renacimiento
Lucrecia Borgia nació durante el período renacentista de Italia, una época en la que artistas, arquitectos y científicos se elevaron al reconocimiento mundial, dentro de una de las familias más conocidas de la historia mundial: los Borgia, quienes trataron de controlar Italia.
Habiéndose ganado la reputación de ser una familia malvada, violenta y políticamente corrupta, Lucrecia se vio involucrada en históricas intrigas.
Lucrecia Borgia nació el 18 de abril de 1480, hija del cardenal Rodrigo Borgia, que luego se convertiría en el papa Alejandro VI, y su amante Vannozza Cattanei, que también era madre de los dos hermanos mayores de Lucrecia, César y Giovanni.
Lucrecia era esbelta con ojos celestes claros y cabello dorado. Sin embargo, su belleza no era su única ventaja. Según cuentan, dominaba varios idiomas, entre ellos italiano, francés, latín y griego.
Se casó por primera vez antes de su adolescencia. Estaba comprometida con un noble y luego con otro antes de que su padre disolviera los compromisos para poder casarla con Giovanni Sforza, 15 años mayor que ella, que era el señor de Pesaro y el conde de Catignola. El cardenal Rodrigo Borgia, fue nombrado Papa Alejandro VI en 1492, y Lucrecia se casó un año después.
Cuatro años después, el matrimonio de Lucrecia se volvió menos ventajoso desde el punto de vista político y el papa Alejancro VI intentó anularlo bajo el pretexto de que la relación nunca se había consumado. Mientras los Borgia y los Sforza negociaban la anulación, Lucrecia descansaba en un convento. Evidentemente, ella había consumado una relación con alguien porque cuando la anulación fue otorgada oficialmente el 27 de diciembre de 1497, Lucrecia contaba con seis meses de embarazo.
El embarazo fue negado, pero en marzo de 1498, su hijo Giovanni nació en secreto. La paternidad del niño nunca se estableció, y las malas lenguas de Roma se preguntaban si era producto de incesto o si Lucrecia era verdaderamente su madre. Se emitieron dos decretos pontificios sobre el asunto, el primero afirmando que Giovanni era el hijo ilegítimo de César -hermano mayor de la joven- y el siguiente afirmando que era el hijo ilegítimo del papa Alejandro.
Su segundo matrimonio fue con Alfonso de Aragón, duque de Bisceglie, de 17 años, e hijo del difunto rey de Nápoles, con quien tuvo un hijo. Desafortunadamente para Alfonso, hacia 1500, el papa Alejandro y Cesare buscaban una nueva alianza con Francia, y el matrimonio de Lucrecia con Alfonso era un obstáculo.
El 15 de julio de 1500, Alfonso fue apuñalado varias veces, pero sobrevivió. Sin embargo, el 18 de agosto, Cesare ordenó a sus hombres que estrangularan a Alfonso mientras yacía recuperándose de sus heridas.
Viuda a sus veinte años, Lucrecia vivió un duro duelo por su esposo. Cansados de verla llorar, su padre y su hermano la enviaron a Nepi, en las colinas etruscas. A su regreso a Roma. en noviembre de 1500, comenzó a ayudar a su padre como una especie de secretaria, a menudo abriendo y respondiendo su correo cuando él no estaba.
Más tarde, igualmente por ventaja política, se celebró el matrimonio de Lucrezia con el viudo Alfonso d’Este, de veinticuatro años, hijo mayor de Ercole d’Este, duque de Ferrara. Lucrecia ansiaba el matrimonio. Consideraba Roma como una prisión y pensaba que tendría más posibilidades de dirigir su propia vida en Ferrara, lejos de su ambicioso padre y hermano.
Aunque el nuevo esposo de Lucrezia era conocido por sus intereses artísticos, también era conocido por su crueldad. Sin embargo, la gente de Ferrara adoraba a Lucrezia, alabándola por su belleza y personalidad. Socializando con artistas y científicos, ayudó a hacer de Ferrara un centro para artistas y escritores.
En 1503 murió el papa Alejandro, junto con muchos de los planes políticos de César. Finalmente, apareció cierta estabilidad en la vida de Lucrecia. Cuando Ercole murió en 1505, ella y Alfonso se convirtieron en el duque y duquesa de Ferrara, pero después de la muerte de su hijo con Alfonso de Aragón, Rodrigo, se sumió en una profunda depresión y el 14 de junio de 1519, mientras daba a luz a una niña muerta, sufrió una fiebre que la hizo perder gran parte de su fuerza. La vida de Lucrecia Borgia terminó diez días después, a la edad de treinta y nueve años.
¿Conocías estos datos sobre la vida de Lucrecia Borgia? Sin duda, se vio sumergida en las tramas políticas y las malas artes de su padre y, aunque logró escapar, parece que terminaron por matarla. Un caso realmente triste.
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