Meteorosensible. ¿A qué te suena esta palabra? ¿Será quizá una enfermedad de origen alienígena? ¿Un tipo de alergia a astros que cruzan nuestra atmósfera? Tranquilo, se trata de una realidad muy común bajo una etiqueta extraña con la cual gran parte de la población se siente identificada. Los médicos y los científicos le han dedicado muchos estudios para concluir que se trata en esencia de algo patente que ha de tenerse en cuenta a la hora de aplicar tratamientos. Si aún sigues intrigado, sigue leyendo…

La población meteorosensible y los cambios atmosféricos

¿Eres de los que cuando está el día nublado te duelen las cicatrices de niñez? ¿O ese hueso que te rompiste cuando ibas en bicicleta? O más aún… ¿sufres de terribles migrañas esos días en que el día amanece con viento? ¿o se te pone una presión en las sienes cuando ponen el aire acondicionado o pasas de una zona caliente a una fría? Si has respondido que sí a alguna de estas cuestiones, entonces sentimos decirte que acabas de recibir la etiqueta de persona meteorosensible.

Estamos seguros de que cerca del 70% de personas que acaban de leer el párrafo anterior se habrán sentido identificadas, y es que la realidad es más que patente: los cambios atmosféricos nos afectan. Cuando nos alejamos de esos umbrales a los que estamos acostumbrados en tiempo, en frío o en calor, empezamos a sufrir pequeños efectos o grandes consecuencias como puede ser el caso de las siempre temibles migrañas.

Te interesará sin duda conocer qué nos dicen los datos y las investigaciones al respecto de la meteorosensibilidad:  los cambios bruscos de temperatura y presión tienen que ver con las migrañas, las crisis de epilepsia, las variaciones en la glucemia, o incluso los problemas respiratorios.

Metereosensible

Un aspecto a tener en cuenta es por ejemplo que los infartos, sean precisamente más frecuentes al final del otoño, cuando la presión atmosférica es baja y la humedad inferior al 60%. Pero sin embargo, no son comunes cuando el tiempo es más estable o seco. ¿Y qué decir del reuma? Casi siempre surge en épocas de lluvia, esos días de incómoda humedad cuando también podemos sufrir ataques de asma.

Los vientos secos, según las estadísticas de las que disponemos, ocasionan siempre un molesto dolor de cabeza que nos hace sentir cansados y embotados, es cuando por ejemplo se reflejan mayor número de accidentes de tráfico. Es lo que los suizos llaman el «Foëhn», un estado registrado y originado por el tiempo atmosférico que puede llegar a ser considerado como eximente en algún tipo de faltas en infracciones. Algo realmente curioso a la vez que comprensible. No tenemos más que pensar en cómo nos sentimos en esas épocas en las que no deja de llover y donde el sol apenas se intuye entre tanta oscuridad y matices grises que emborronan toda nuestra realidad. Épocas en las que suelen crecer el número de depresiones.

El tiempo, el clima, la temperatura y las presiones atmosféricas nos influyen con su presencia invisible, pero mordaz. Pequeñas marionetas influenciadas por los elementos naturales. Así que dinos ahora… ¿también tú eres meteorosensible?