Algunas de las tradiciones japonesas suelen parecernos extremadamente curiosas y su sentido del honor y respeto por las normas sociales o gremiales son para nosotros muy extrañas y exageradas. Lo hemos visto en películas y leído en libros en muchas ocasiones, pero no deja de asombrarnos que practiquen el Yubitsume: cuando las ofensas se lavan con un trozo de dedo. ¡Acompáñanos a conocerlo!
El Yubitsume o amputación voluntaria de un dedo
El Yubitsume es el ritual por el que alguien se amputa voluntariamente un fragmento de dedo (en principio del meñique) con la finalidad de lavar una ofensa, pedir perdón de forma sincera o expiar un mal causado a otra persona. Yubitsume significa «acortamiento de dedo» y la acción de acortar el dedo «Yubi o Tobasu» quiere decir «dedo que vuela» y literalmente «vuela» de la mano del arrepentido.
Este ritual actualmente únicamente es realizado por miembros de la organización criminal japonesa llamada Yakuza, pero en siglos pretéritos, como vimos en Supercurioso, también lo hacían las prostitutas de la era Edo: Dedos como prueba de amor: las cortesanas japonesas en la era Edo. En el caso de la Yakuza, su origen parece estar en los jugadores profesionales itinerantes que dieron lugar a esta organización y que en ocasiones perdonaban las deudas de juego a cambio del dedo meñique.
El sentido de que sea el dedo meñique y no otro, parece estar en la espada de esgrima japonesa, llamada «Kendo» y que tiene una empuñadura en la que la principal fuerza de agarre es realizada por ese dedo. Si careces de esta extremidad, quedas sin poder defenderte correctamente y por tanto a merced de la protección de tu superior.
Para realizar el ritual del Yubitsume se necesita un paño blanco, un cuchillo afilado o «tantô» y un oyabun (padrino o jefe). Se coloca la mano sobre el paño boca abajo y se amputa la primera falange del dedo meñique izquierdo, se envuelve en el mismo paño y se entrega al oyabun. El padrino lo recoge y queda «lavada» la falta. Si se cometen más errores o delitos se sigue cortando el meñique falange tras falange y si se «acaba» se procede igual con el de la mano derecha o con otros dedos.
Hace unos años saltaron a los medios de comunicación una artista-protésica (Yukako Fukushima) y un fabricante de prótesis (Shintaro Hayashi) que realizan un cometido muy especial y original: crea dedos para ex-miembros de la yakuza. Cuando un hombre se aleja de la organización criminal y desea encontrar un nuevo trabajo, el hecho de carecer de algunas falanges de sus dedos hace que muchas veces no quiera contratarlo nadie. Si la prótesis es lo más realista posible, el ex-yakuza tiene más posibilidades de no delatar su condición y conseguir el empleo.
Además de ex-yakuzas, también acuden a estos fabricantes de prótesis miembros en activo que desean ocultar su condición en algún evento o cuyas familias no quieren que se sepa. Las prótesis suelen ser de silicona y se desgastan con el uso, por lo que suelen visitar con cierta frecuencia los talleres de los protésicos. El coste de una de estas prótesis para ocultar los efectos del Yubitsume es de más de 2.000 euros y están hechas completamente a medida.
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Imágenes: Nesnad,