El misterio sobre si existen las sirenas ha permanecido vivo desde tiempos muy antiguos. Estas extravagantes figuras, dueñas de un halo de misterio y una hermosura épica, han protagonizado los más variados mitos marineros. En efecto, las leyendas de sirenas han sido tan populares en la cultura moderna, que han llegado a convertirse en cuentos infantiles, como la adorable Sirenita de Disney. Pero si profundizamos en los mitos más antiguos, aquellos transmitidos de generación en generación, y que de los pueblos costeros han recorrido el mundo, nos encontramos con que las leyendas de sirenas reales pueden ser mucho más perturbadoras de lo que el cuento de hadas nos acostumbró a creer. Acompáñanos en Supercurioso a explorar en los más interesantes mitos sobre estos exuberantes seres.
Las más asombrosas leyendas de sirenas reales
1. La leyenda de Ningyo en Japón
Abrimos este interesante recorrido por las leyendas de sirenas más alucinantes del mundo, con la historia de Ningyo. Se trata de una versión mucho más oscura y grotesca de la leyenda que hemos escuchado a menudo. En lugar de una hermosa mujer con cola de pez, esta sirena es un monstruo del que se habla en el folclore de Japón. Es descrita como un pez gigante, con rostro humano y la boca de un mono, pero dientes pequeños y afilados como los de un pez. Sus escamas son doradas y los sonidos que emite son suaves y aflautados y se comparan con el canto de una alondra.
La de Ningyo es una de las leyendas de sirenas reales más particulares y oscuras. Esta criatura representa un serio conflicto de intereses: cualquiera que coma el Ningyo tendrá juventud y belleza eterna, pero atraparlo a menudo trae terribles tormentas y desgracias a aldeas enteras. ¿Y si no eras tu quien lo atrapaba, sino que el mar dejaba a uno de estos seres en las costas de tus playas? Era una señal inequívoca de que una catástrofe o una guerra estaban a punto de suceder en el lugar.
Entre las leyendas de sirenas que involucran el Ningyo, una de las más populares es el mito de Yao Bikuni, que quiere decir La sacerdotisa de 800 años. La historia que ha pasado de generación en generación, cuenta que un día un pescador encontró entre sus redes un pez muy extraño que nunca antes había visto. Aunque él no lo sabía, se trataba de un Ningyo. Orgulloso de su captura, invitó a sus amigos a cenar a su casa para disfrutar juntos de un festín con la carne del animal. Mientras el pescador cocinaba, uno de sus invitados entró en la cocina y se fijó en el extraño aspecto del pescado: ¡tenía una cara humana! Sin decir nada, aunque horrorizado por su descubrimiento, el amigo del pescador volvió con el resto de los invitados y les recomendó que no probaran la comida. Todos ellos le obedecieron y fingieron devorar la cena, pero simplemente ocultaron la carne, envolviéndola en papel.
Uno de ellos estaba muy ebrio, tras haber abusado del sake y, cuando llegó a casa, olvidó la advertencia del fisgón, dejando a su hija probar el pescado envuelto en papel. Para cuando recuperó el sentido común, su pequeña ya había probado aquella carne sospechosa. Aunque esperaba, angustiado, que le ocurriera algo malo a su hija, la niña permanecía sana. Los años pasaron y creció para convertirse en una bella muchacha que contrajo matrimonio. Todo parecía normal, pero lo que marcó la historia de esta muchacha como una de las leyendas de sirenas reales más peculiares, es que, a partir de ese momento, la joven no envejeció. Ella mantenía su aspecto, mientras a su lado su esposo envejecía progresivamente, hasta que falleció. Desolada, lo enterró y más tarde volvió a casarse, enviudando otra vez. Y otra vez y otra vez.
Quizás incapaz de soportar más muertes de personas amadas, la mujer, todavía joven, se hizo sacerdotisa y se dedicó a viajar por el mundo. Al fin, tras mucho tiempo vagando, vuelve a su pueblo natal: allí muere, a los 800 años. Como ves, la carne de Ningyo no sólo es tradicionalmente deliciosa, sino que supuestamente otorga a quien la come, una increíble longevidad.
2. La leyenda de la Sirena en Guam
Una de las leyendas de sirenas más populares del océano pacífico relata la historia de la familia Chamorro que vivía en la ciudad de Hagatna, Guam. Ellos tenían magia corriendo por sus venas y todo lo que decían se convertía en realidad. Con los años, en el seno de esa familia nació una niña llamada Sirena. Desde pequeña manifestó un amor profundo por las aguas. Pasaba todo el tiempo jugando y nadando en el río Hagatna. Su obsesión por el agua era tal, que, aunque su madre le pidió que hiciera un recado urgente para ella, Sirena lo olvidó y pasó horas en el río. Su madre esperaba impaciente que Sirena volviera, mientras hacía compañía a la abuela de la pequeña que estaba de visita.
Pero las horas pasaban y la niña no aparecía. Entonces, indignada ante su indiferencia sobre el recado que con tanta urgencia le pidió, la madre gritó: «¡Ya que sirena ama el agua más que nada en el mundo, pues bien podría convertirse en pez!» Pero la madre no tomó en cuenta el poder mágico de sus palabras. La abuela entonces, intentando contrarrestar el designio, gritó también: ¡Deja que la parte de ella que me pertenece, permanezca humana! Tras esto, la niña, que permanecía ajena a lo que sucedía en su casa, empezó a notar que cambiaba. La parte inferior de su cuerpo empezó a cubrirse de escamas, sus pies se transformaron en aletas y, de pronto, ¡era medio pez, medio humana! ¡Una sirena!
Aunque asustada, trató de abandonar el agua, pero su nuevo cuerpo no le permitía sobrevivir en tierra. La abuela de Sirena advirtió a su madre del poder de las palabras que había proferido y ambas salieron a buscar a la niña. Cuando llegaron, aunque la madre intentó deshacer el hechizo, nada pudo cambiar el que era el destino de Sirena. Temerosa de que alguien la descubriera y quisiera capturarla, Sirena dedicó una dura despedida a su madre: «Mamá, no te preocupes por mí. Soy una amante de las aguas, a las que amo intensamente. Preferiría volver a nuestro hogar contigo. Sé que estabas furiosa cuando me maldijiste, pero desearía que me hubieses castigado con una vara, antes que ser como soy ahora. Mamá, mírame bien, pues esta es la última vez que nos veremos»
Después de esto, Sirena se sumergió en el río y siguió su curso hasta el océano, para no volver a ser vista jamás por su familia. Es una de las leyendas de sirenas más tristes y desoladoras que se conocen, y de las que mejor explican el por qué estos seres mitológicos tienen cola de pez.
3. La Melusina de Francia
Si bien entre las más populares leyendas de sirenas, destacan las de la mitología griega, en Francia también encontramos un alucinante mito protagonizado por estos seres peculiares. En muchas historias europeas medievales de Europa, se habla de un espíritu femenino llamada Melusina, con cola serpentina o de pez y ocasionalmente también alas, que habita en los ríos y los manantiales sagrados.
La leyenda dice que, en tiempos de las Cruzadas, el rey Elynas, cuyo reino sería lo que ahora llamamos Escocia, fue de caza y estando en el bosque se enamoró de una misteriosa muchacha llamada Presina, que resultó ser un hada. Elynas insistió en que Presina se casara con él y ella aceptó, pero con una única condición, pues sabía que los vástagos nacidos de un humano y una criatura como ella siempre corrían peligro: él debía permanecer fuera de la habitación en la que diera a luz y jamás podía bañar a sus hijos. El rey aceptó y de su unión nacieron trillizas: Melusina, Melior y Palestina. Por desgracia, el esposo incumplió las condiciones y Presina lo abandonó, escapando a la Isla de Avalon.
Cuando las niñas alcanzaron los quince años de edad, Melusina pidió a su madre que le confesara por qué habían crecido en Avalon, lejos de su padre. Presina les contó cómo Elynas rompió la promesa que le había hecho y las jóvenes se enfurecieron. Tal fue su ira, que secuestraron a su padre y lo encerraron en una montaña. Al enterarse, Presina decidió castigarlas por haber faltado al respeto a su propio padre. Fue entonces cuando Melusina recibió una maldición que hace que le crezca una cola de pez (o de serpiente según otras versiones) cada sábado.
Otras historias cuentan que, pasados unos años, Melusina conoció a un joven en el bosque que se enamoró de ella y le pidió matrimonio. Tal y como hizo su madre, puso una condición: sólo se casaría con él, si prometía no entrar en su habitación los sábados. Aunque accedió, no pudo contenerse y terminó por romper su juramento, descubriendo el aspecto medio humano, medio pez de Melusina. A pesar de todo, Melusina, a diferencia de su madre, perdonó a su esposo. La historia de la Melusina está especialmente conectada con Francia, especialmente con la casa real francesa de Lusignan, quienes afirmaron ser descendientes suyos, lo que la coloca entre las más simbólicas leyendas de sirenas reales.
4. Ceasg, la sirena de la mitología escocesa
Entre las leyendas de sirenas reales, encontramos algunos casos del todo interesantes que forman parte de la mitología escocesa. Llaman la atención las Selkies, extrañas criaturas que viven en el mar como focas, y que al pisar tierra firme se deshacen de su piel marina y se convierten en hermosas humanas. Sus historias casi siempre son trágicas y cuentan cómo les roban su piel de foca y las obligan a casarse con humanos, para luego recuperarla y volver al mar.
Pero si de leyendas de sirenas en concreto hablamos, destaca el caso de las Ceasg, lindas criaturas con torso de mujer y cola de pez, pero no de un pez cualquiera. Tenían la cola de un salmón joven, que en Escocia se conoce como grilse. La tradición popular en torno a este personaje narra que si alguna Ceasg era capturada por un pescador, esta le ofrecía dos opciones: que la matara y la devorara, o que la dejara libre, a cambio de tres deseos. También cuentan los mitos populares, que una Ceasg podía casarse con un humano y tener con él descendencia. Partiría con él a la tierra, pero al finalizar el matrimonio, la sirena era devuelta al mar. Desde allí protegería a sus descendientes, ayudándoles frente a las tormentas y llevándoles a lugares con pesca abundante.
5. La Iara del Amazonas en Brasil
Son muchos los misterios de las sirenas que, desde tiempos inmemoriales, se siguen alimentando en el mundo entero. Las leyendas de sirenas reales se roban la atención de los curiosos y alimentan los más variados mitos. El Amazonas de Brasil es el escenario que da vida a una de las leyendas de sirenas más temidas. Se trata de Iara, también conocida como la señora del agua. Es ella un personaje que se describe como la encarnación misma de la belleza, del deseo y el peligro.
Iara fue originalmente conocida como una serpiente de agua, pero a través del folclore se convirtió en una mujer inmortal de ojos verdes, piel morena y un sensual y largo cabello negro, que acostumbra bañarse en los ríos, cantando melodías seductoras. Con sus encantos, atraía a los marineros a su palacio bajo el agua, donde se convertían en sus amantes. En el fondo de las aguas, muchos de ellos desaparecían por siempre. Los que alcanzaban a volver, al llegar a la superficie habían perdido por completo la razón. Sólo un ritual de un chamán experto podía ayudarles a volver a la normalidad. Iara es acusada de muchos de accidentes en el Amazonas, especialmente aquellos donde los hombres desaparecen.
Las leyendas de sirenas nos llevan en un viaje por el folclore y la mitología, que atraviesa las más diversas culturas y épocas. Sobre su existencia no se han presentado aún pruebas concluyentes, sin embargo, la sola idea de que puedan habitar las aguas, resulta enigmática y magnética. Y si te cuentas entre los apasionados de los misterios del mar, no te pierdas esta selección de las mejores frases de inspiración marina.