Los griegos, al igual que muchas otras culturas de la antigüedad, crearon mitos para explicar aquellos fenómenos que les resultaban incomprensibles. Uno de ellos es el eco. ¿Cómo es posible que el sonido que emitimos se repita? La respuesta para los habitantes de la antigua Grecia la tenía la Ninfa Eco. Acompáñanos a descubrir la leyenda mitológica detrás del fenómeno.
La leyenda mitológica de la Ninfa Eco
Todos nos hemos maravillado, especialmente en nuestra infancia, oyendo nuestra voz reproducida varias veces en determinados lugares. Es el eco que nos devuelve la última palabra que hemos pronunciado.
El eco es un fenómeno acústico que se produce cuando una onda se refleja en una superficie y regresa al que la ha emitido. Para que el ser humano pueda percibir el eco es necesario que se den determinadas circunstancias. La primera es que se ha de superar la persistencia acústica y para ello la superficie reflectora ha de estar separada de la fuente 11,34 m. para los sonidos secos y por lo menos 17 metros para los sonidos musicales. La segunda es que se ha de reflejar perpendicularmente en una pared.
En la naturaleza, los lugares naturales más comunes en los que podrás escuchar el eco son las paredes de un cañón o los acantilados de roca frente al agua. También es posible que se produzca en el fondo de un pozo, en una habitación vacía o en un espacio cerrado.
La Ninfa Eco
La ninfa eco era una oréade. Una oréade era un tipo de ninfa que protegía las cuevas y las montañas de Grecia. Eco vivía en el monte Helicón. En algunas versiones del mito, aunque creció entre las ninfas, no era inmortal como ellas ya que, a pesar de que su madre también era una ninfa, su padre era un mortal. Su principal cualidad es que poseía una bellísima voz.
La Ninfa Eco y las Musas Griegas
Las musas griegas, de las que te hemos hablado en Supercurioso, fueron las que educaron a la ninfa Eco desarrollando sus habilidades para la música y el canto. Le enseñaron a tocar todos los instrumentos musicales.
Mito de Eco
El mito de Eco explica que el dios Zeus bajaba a menudo del Olimpo para retozar con las ninfas del bosque. Hera, la esposa de Zeus, que era sumamente celosa lo seguía y Eco era la encargada de entretenerla explicándole historias con su maravillosa voz para que el dios tuviera tiempo de gozar de sus aventuras amorosas. Sin embargo, la diosa descubrió el engaño y quiso castigar a la ninfa. Desde entonces Eco no pudo hablar por voluntad propia, no tenía ningún control sobre lo que decía, solo podía repetir las últimas palabras que había oído: no podía verbalizar nada antes que otro lo hiciera y no podía permanecer callada si alguien había hablado anteriormente.
Convirtió a la ninfa Eco en el eco. Ovidio en la «Metamorfosis» lo relata así:
«Esa lengua tuya, por la que he sido engañada, tendrá su poder reducido y disfrutará del uso más breve del habla»
Eco y Narciso
El mito de Eco no terminó con el castigo de Hera, continúa con la historia de Eco y Narciso. La ninfa se retiró a vivir al campo y allí se enamoró de un joven pastor llamado Narciso. Como no podía hablar no podía explicarle lo que sentía y simplemente lo seguía allí donde iba. Un día Narciso oyó un ruido y preguntó: «¿Hay alguine aquí?» Una voz le contestó: «Aquí, aquí». Entonces dijo: «Vamos, ven» y oyó una respuesta «ven, ven». Pero nadie salió de entre el follaje. Volvió a preguntar: «¿Por qué me evitas?» y la voz le respondió «me evitas». Narciso finalmente dijo «Reunámonos» «aquí, juntos». Eco pensó que Narciso la correspondía en sus afanes amorosos y salió con los brazos extendidos para abrazarlo exclamando «unámonos, juntos, juntos».
Narciso, horrorizado la rechazó. La ninfa Eco, humillada se escondió en una cueva y negándose a tomar alimento se fue marchitando hasta que únicamente quedó su voz. Narciso, un tiempo después, fue castigado por otro desplante a enamorarse de su propio reflejo en el agua y morir consumido por un amor imposible.
El Mito de Eco y el dios Pan
Otro mito sobre la ninfa Eco la relaciona con el dios Pan. Eco era una ninfa de gran belleza y habilidades musicales y Pan envidiaba su virtuosismo y quería seducirla para obtener su virginidad. Sin embargo ella no cedía ni ante los hombres ni ante los dioses. Pan enfadado, envió a sus secuaces que la descuartizaron y repartieron sus trozos por todo el mundo. Gea, sin embargo, hizo que cada uno de los fragmentos conservara su voz y por eso oímos el eco.
La ninfa Eco era una Oreade
Las Oréades o ninfas de las montañas se dividían en grupos según el monte en el que habitan y al que protegían: las Ideas eran del Monte Ida, las pelíades del Monte Pelión, las liceas del Monte Liceo, etc. Se las relaciona con Artemisa ya que a esta le gustaba cazar en bosques y zonas rocosas en los que abundaban las cuevas. La más conocida de las oréades es sin duda la ninfa Eco.
¿Conocías el mito de Eco y Narciso? ¿Y el de Eco y Pan? Si te ha interesado este artículo, quizá quieras leer el post: