Todos hemos oído hablar de los hombres lobo o licántropos. Durante muchos siglos, en diferentes culturas de todo el mundo se creyó firmemente en su existencia. Para nosotros son seres fantásticos que pueblan novelas y películas de miedo. Sin embargo, ¿sabes quién fue Licaón, el rey que dio nombre a la LICANTROPÍA? Acompáñanos a averiguar de dónde surgió la idea de los hombres lobo tal como ha llegado hasta nosotros.
Para el diccionario, el licántropo es «el que está afectado por licantropía» y esta es la habilidad mitológica de un ser humano para transformarse en lobo. Esta metamorfosis puede ser voluntaria o involuntaria y suceder como resultado de una maldición o por el efecto de un agente externo. Como mito se considera uno de los más extendidos y antiguos de la cultura humana. Hasta nosotros ha llegado de la mano de Licaón, el rey griego de Arcadia.
Licaón, el rey que dio nombre a la LICANTROPÍA
Existen diversas versiones del mito de Licaón o Lycaón, la más extendida es la que relata Ovidio en la primera parte de su obra «[easyazon_link identifier=»8431694114″ locale=»ES» tag=»supercurioso07-21″]Las Metamorfosis[/easyazon_link]». Aunque algunas de las versiones del mito difieren en algunos puntos, en general los hechos que relatan son como sigue:
Licaón era hijo del héroe Pelasgo, fundador de Arcadia, y de una oceánide llamada Melibea, hija de Océano. Sucedió a su padre en el trono de Arcadia y fundó la ciudad de Licosura. Era un rey bueno y justo que ayudó a sus súbditos a abandonar la vida salvaje que habían llevado hasta entonces y era además un hombre muy religioso. Levantó en su ciudad un templo a Zeus Liceo y en su altar ofrecía sacrificios al dios. Sin embargo, su extrema religiosidad le llevó a realizar sacrificios humanos y casi ningún extranjero de los que llegaban a la ciudad salía con vida, ya que eran asesinados como ofrenda. Este hecho violaba una ley sagrada: la de la hospitalidad.
Zeus se enteró de esta transgresión y disfrazándose de peregrino se alojó en el propio palacio de Licaón para ver que sucedía. El rey, avisado por sus súbditos de que había algo extraño en el peregrino, sospechó que pudiera ser un Dios disfrazado y para probarlo mezcló la carne de una de sus víctimas con el festín que ofreció al visitante. Si lo comía es que no era un dios. Zeus al ver lo que ocurría se encolerizó y convirtió a Licaón en Lobo y prendió fuego al palacio en el que se habían cometido tales atrocidades. De ahí viene la palabra «licantropía», de la transformación en lobo que fue el castigo del rey Licaón.
A pesar de eso, la historia no acaba aquí. Licaón tuvo más de 50 hijos con diversas mujeres y todos ellos eran despiadados, holgazanes, descreídos e insolentes. Zeus, enterado, volvió a disfrazarse, en esta ocasión de viejo mendigo y llegó a las puertas del palacio de los licaónidas para ver qué había de cierto en los rumores. Los hijos de Licaón decidieron cocinar a uno de sus hermanos, el menor, llamado Níctimo y ofrecer sus entrañas, mezcladas con otras carnes de animales, al mendigo en el transcurso de un banquete. Zeus, enfurecido, fulminó a algunos de los hijos con su rayo, a otros los convirtió en lobos y a otros los exilió. Por último, resucitó a Níctimo que se convirtió en el siguiente rey de Arcadia.
Este parece ser el origen del mito de los hombres lobos en el mundo occidental o por lo menos el que dio lugar al nombre por el que se les conoce: licántropos. A partir de ahí, se desarrolló, especialmente durante la Edad Media, un folclore europeo en torno a la figura de los hombres lobos que se trasladó a América junto con el colonianismo. A la vez que los terribles juicios por brujería que tuvieron lugar en el centro y este de Europa entre los siglos XV y XVIII, se juzgaron a varios «hombres lobo» siendo los casos más famosos el de la «Manada Gandillón», en Suiza, de la que ya te hablamos en Supercurioso y cuyos miembros fueron todos quemados en la hoguera o el del alemán Peter Stumpf de Bedburg, que fue acusado de asesinar y engullir más de 60 víctimas, entre ellas a su propio hijo. Stumpf fue torturado y ejecutado de una forma atroz junto con su hija por el simple hecho de tener un muñón en su mano izquierda que fue identificado como la pata cortada por una trampa para lobos cuando se transformaba en un licántropo.
Otro caso famoso que también te hemos presentado y que podría gustarte descubrir es el de Manuel Blanco Romasanta y los 13 asesinatos de este licántropo clínico.
¿Conocías la relación entre el rey Licaón y la licantropía? ¿Sabes otras historias relacionadas con hombres lobo? ¡Compártelas con nosotros! Si quieres profundizar más en el tema, te invitamos a leer el post sobre los licántropos clínicos publicado en Supercurioso: Licantropía clínica: Los verdaderos hombres lobo. ¿De qué se trata?