Japón es una tierra con una extraordinaria tradición cultural que tiene, especialmente en el día de hoy, una gran repercusión y reconocimiento. Su historia, sus leyendas, su gastronomía y todos los aspectos de su cultura han ganado un merecido respeto e interés en nuestro blog de curiosidades. Es por ello que hemos profundizado en las más interesantes y desconocidas Curiosidades de Japón a través de distintos artículos, hablando de cuestiones que abarcan desde la mitología japonesa hasta algunos curiosos inventos nacidos en ese país.En esta ocasión, sin embargo, hemos querido compartir contigo la fascinante leyenda que gira alrededor de una de las prendas más típicas de la vestimenta japonesa: el kimono Furisode o de mangas largas. ¿Nos acompañas a descubrir sus secretos?
Furisode, el kimono que causó la destrucción de Tokio
1. Historia del Furisode
El Furisode es un tipo de Kimono que se distingue de otros por la longitud de sus mangas. La tradición hizo que fuera el vestido habitual de las jóvenes casaderas y que éstas dejaran de usarlo al contraer matrimonio. Tiene sus raíces a principios del siglo XVI, siendo especialmente desarrollado durante la primera mitad del llamado «período Edo».
En un primer momento, fue una prenda utilizada por los niños de clase alta y tenía las mangas colgantes bastante cortas, siendo empleada como ropa de diario. Pero, a medida que las mangas se fueron alargando, dejó de ser una prenda práctica para convertirse en una prenda elegante. Por aquel entonces, la usaban personas jóvenes de ambos sexos: los varones dejaban de usar el Furisode a los 18 años y las chicas cuando se casaban o cumplían los 20 años.
La longitud de las mangas siguió aumentando paulatinamente, y en el período Genroku (que tuvo lugar entre 1688 y 1703) éstas medían entre 55 y 95 cm. A finales del período Edo, hasta 1867, llegaron a los 122 cm. Con la estabilidad de la etapa Edo, aumentó el gusto por los eventos culturales y las familias pudientes enseñaban danza a sus hijas. Las mangas se alargaron para que las jóvenes realizaran movimientos más hermosos al bailar.
A partir del siglo XIX, los diseños de las telas con los que se confeccionaban los Furisode se consideraron femeninos y la prenda pasó a ser vestida casi exclusivamente por mujeres jóvenes. Las prendas infantiles, de mangas más cortas, recibieron el nombre de «wakiake» y los Furisode pasaron a clasificarse según el largo de sus mangas:
- Kofurisode: sobre los 85 cm.
- Chuburisode: alrededor de los 100 cm.
- Honfurisode: supera los 114 cm.
2. Leyenda del Furisode y la destrucción de Tokio
La ciudad de Tokio recibió hasta 1868 el nombre de Edo (también Jedo, Yedo o Yeddo en las diferentes versiones de la romanización de la palabra) que significa «estuario». A partir de 1868, con la restauración Meiji, pasó a llamarse Tokio. La leyenda del Furisode nos sitúa precisamente en Edo, a principios del siglo XVII.
Una bellísima joven llamada O-Samé, hija de un acaudalado comerciante, se enamoró de un joven samurái durante las celebraciones de un festival que tuvieron lugar en un templo de la ciudad. La chica quedó prendada del apuesto joven, pero al acabar la ceremonia no consiguió ni dar con él ni saber quién era. Sin embargo, guardaba en su memoria todos los detalles de su físico y del kimono que portaba. O-Samé se hizo confeccionar un Furisode con los mismos colores, bordados y blasones que portaba el chico en su vestimenta, especialmente un gigantesco crisantemo, para que, de esta manera, si en algún momento el joven topaba con ella, reconociera los bordados y se acercara a ella.
La joven, esperanzada, vestía el kimono Furisode cada día y lo limpiaba y cuidaba con toda su atención, pero todo fue en vano. El joven no volvió a aparecer y a pesar de que ella rezaba sus oraciones fue languideciendo hasta caer enferma y morir. Su padre, siguiendo la tradición, entregó todas sus pertenencias al templo cercano a su hogar. El monje budista encargado de recibirlo decidió vender el magnífico Furisode bordado para conseguir dinero para el templo.
La compradora de la prenda fue una joven llamada Kino, de la ciudad de Ueno, que tenía 16 años. Kino contrajo una enfermedad y murió al poco tiempo. El Furisode fue llevado de nuevo al templo y vuelto a vender a otra chica de 16 años. Se llamaba Iky y también enfermó y falleció antes de que hubiera transcurrido un año. Curiosamente, el Furisode del crisantemo, volvió al templo. Esta vez, los monjes hablaron, pensaron que estaba maldito y decidieron quemarlo en el jardín del templo.
Al caer entre las llamas, el fuego se removió de tal manera que las chispas desprendidas prendieron e inflamaron el gran techo que cubría el santuario. En ese momento, una ráfaga de viento alentó las incipientes llamas y todo prendió como una tea. El fuego se extendió de tal manera que quemó por completo la ciudad de Edo, conociéndose aquel incendio como el «furisode Kwaji» o «el gran incendio del kimono de mangas largas». Según las crónicas, ocurrió «el decimoctavo día del primer mes del primer año de Meikeri», en 1655. Tokio fue destruida en más de un 60%.
3. El Furisode en la actualidad
En la actualidad, el Furisode es una prenda que sólo se utiliza en ocasiones formales, especialmente para la fiesta de la mayoría de edad de las chicas, que en Japón se celebra a los 20 años. Está confeccionado con fina seda de brillantes colores y puede ser muy costoso, de manera que muchos padres no lo compran, sino que lo alquilan.
A partir de esta ceremonia, las jóvenes pueden vestirlo para bodas de familiares, ceremonias del té u otras ocasiones especiales. También es posible ver vestir un Furisode a las actrices en los teatros o a las cantantes, sin que esto signifique que son jóvenes o están solteras.
Japón tiene innumerables tradiciones y leyendas interesantísimas. El incendio de Edo o Tokio fue un episodio que cambió la historia de la ciudad. En él murieron más de 30.000 personas y el 60% de la ciudad quedó destruida. ¿Fue por culpa del Furisode como cuenta la leyenda o por otros motivos? Los historiadores tienen diversas teorías, pero no descartan que haya algo de cierto en esa historia.
¿Sabías lo que era un kimono Furisode? ¿Conocías la leyenda? ¿Te gustaría vestir uno? Si eres un entusiasta de la cultura japonesa permítenos proponerte estos lugares imprescindibles que ver en Japón y especialmente Qué ver en Tokio si visitas la ciudad. Seguro que conociendo esta parte de su historia puedes gozar mucho más de la ciudad y del país. 🙂