Te invitan al cine, a comer, a un paseo a la playa, a un concierto, y siempre llegas tarde. Para evitarlo, tus amigos deciden ir a buscarte para asegurarse de que estés a tiempo, pero los haces esperar porque no has terminado de prepararte… llegas tarde a clase, al trabajo, a la cita con el médico. A lo que te gusta y a lo que no, es igual. Muchas veces te desesperas por ser como eres, pero al final hasta tú dices que eres un caso perdido, como sospechas que piensa la gente a tu alrededor, y lo que haces es, sencillamente, aceptar tu imposibilidad de acudir a tiempo a cualquier cita… y seguir llegando tarde.
Pero también puede que te ocurra que no sólo te demoras en llegar, sino que no cumples con plazos establecidos: entrega de trabajos en clase, de informes en la oficina, y cosas por el estilo.
Bien. Esta tardanza crónica es lo que se conoce como “falacia de la planificación”.
¿Te aventuras con nosotros a observar con más detenimiento este curioso comportamiento?
¿En qué consiste la “falacia de la planificación”?
Es una tendencia muy común a calcular mal el tiempo que nos lleva hacer cualquier tarea, pensando que nos tardaremos menos. Según expertos sociales, este comportamiento es muy difícil de cambiar, y se debe desde una muy poca planificación hasta síntomas de problemas médicos más graves.
Por lo general, en los estudios hechos sobre este tema se calcula que alrededor del 40% de las personas subestimamos el tiempo necesario para realizar una tarea, desde pequeñas cosas como preparar café hasta situaciones más importantes, como declarar la renta o pagar el alquiler.
Cómo mantener a distancia la tardanza crónica
Los expertos recomiendan varias estrategias para aquellas personas que se tardan mucho haciendo las cosas:
Predecir el tiempo real
Una es aprender a predecir el tiempo real que tomará hacer algo basándote en experiencias pasadas. Un ejemplo sería el siguiente: entregas los trabajos con un día de retraso porque sencillamente lo haces a última hora. Pues la solución es hacer el trabajo un día antes… por lo menos.
Desglosar una tarea
La otra estrategia es desglosar una tarea en pasos totalmente detallados: si llegas tarde reiteradas veces a un sitio, digamos las clases o el trabajo, empieza a ver qué haces, si te levantas tarde, cuánto tiempo te tardas arreglándote, si hay mucho tráfico cuando sales de tu casa, si caminas al metro o coges el autobús, o si te vas en tu automóvil… una cantidad de factores que, si planificaras mejor podrías controlar un poco: levantarte más temprano, tener lista la ropa que te vas a poner, escoger la vía más rápida, etc.
Un estudio del 2004 del Journal of Experimental Social Psychology puso de relieve que al desglosar lo que se tiene que hacer, las personas calcularon mucho más acertadamente cuánto les tomaría terminar algo. Los escenarios escogidos fueron tan variados como prepararse para una cita, ir de compras al supermercado, escribir un documento y preparar la cena.
Visualización
Otro estudio del 2012, de la revista Organizational Behavior and Human Decision Processes, planteaba otra solución para el mismo problema: el que una persona se imagine mentalmente haciendo una tarea desde un punto de vista de observador la llevará a realizar predicciones más de acuerdo con la realidad sobre el tiempo que le tomará hacerla.
Recompensas y elaboración de calendarios
Otra estrategia es el sistema de recompensas: por ejemplo, abstenerse de Facebook o la web hasta que determinada cantidad de trabajo esté terminada.
También ha ayudado mucho plantearse calendarios semanales muy detallados.
¿Hay causas de este comportamiento?
En San Diego, California, el profesor de psicología asociado en la Universidad Estatal, Jeff Conte, descubrió que existen diferencias de personalidad que contribuyen a la tardanza crónica. Digamos que las personas de personalidad A se guían por metas, se mueven más rápido, a veces son hostiles y suelen ser puntuales; y las del tipo B son mucho más relajadas, prefieren hacer varias cosas a la vez y son las que generalmente llegan más tarde a clases o al trabajo.
Sin embargo, los casos más severos de tardanza crónica pueden deberse a condiciones de salud más serias, como los trastornos de déficit de atención, depresión, trastorno obsesivo-compulsivo o un leve deterioro cognitivo, situaciones todas que requieren de tratamiento en los que las terapias incluyen manejar mejor el tiempo.
Como ves, formamos parte de un conglomerado en el que mostramos características similares. La buena noticia es que con un poco de ayuda, y con disposición de nuestra parte para planificar nuestro tiempo, podremos llegar temprano a nuestras citas.
Si te ha gustado el artículo, no te pierdas algunas curiosidades de la gente despistada.