En Supercurioso te hemos traído varias historias sobre casas embrujadas, sin contar con el puente embrujado de Avon o incluso del misterioso bosque de Transilvania con su singular portal a lo maligno. Son, sin duda, escenarios fuera de lo común en los que se encierra, a su vez, historias tan extrañas como dramáticas en la mayoría de ocasiones.
Ahora bien, ¿qué pensarías si te dijéramos que también existen árboles embrujados en cuyas crepitantes ramas cargadas de años y resina, se esconde también lo sobrenatural? Así es, y uno de los árboles más míticos dentro de esta fenomenología es sin duda el Árbol del Diablo de Somerset, en New Jersey.
¿Preparado/a para conocer su increíble historia?
El misterioso árbol de la colina de Somerset
El árbol en sí no llama especialmente la atención. Es un roble, un viejo roble que se alza en siniestra soledad y mecido por el viento, sobre una colina en el condado de Somerset, en New Jersey. Desde allí, atisba el horizonte como una rara avis de madera recortando el paisaje con su negra figura. Sus ramas, suelen balancearse como los finos brazos de un espantapájaros, y lo primero que te llamará la atención de él, es el ruedo de metal que hay alrededor de su corteza.
Puede que pienses que es para protegerlo, para impedir que su corteza sufra algún daño, pero no es así. Se pretende sobre todo, disuadir a los imprudentes incautos que a menudo, solían acercarse aquí para orinarlo a propósito. El índice de accidentes de coche en la carretera de al lado, es muy llamativa, en especial por parte de aquellos que decidieron «desahogarse» en este árbol. Es un gran error.
Empezaremos hablándote de lo que simboliza este árbol y este escenario. No tardarás en sentir un escalofrío: esta zona del condado de Somerset, era una sede central del Ku Klux Klan de New Jersey, y éste, el árbol que solían utilizar para «ajusticiar», para colgar a los afroamericanos. Algo terrible que duró sin duda «demasiados años». Ahora bien, las ramas del árbol del Diablo cargaron con más peso, con más cuerpos humanos, como el granjero que se colgó aquí a principios del siglo XX después de matar a su mujer y a sus hijos.
A este orgulloso roble lo llamaron desde el principio el «Árbol del Diablo». Decían que su forma era como la de un demonio oscuro que alza sus brazos en actitud amenazante, esos brazos que han cargado tantas sogas y tantos cuerpos sin vida que murieron en un acto de gran violencia. Sus raíces, según dicen, se nutren de sangre, y sus ramas absorben la violencia de todos aquellos que cometen esos sacrílegos actos. Pero aún hay más… dice la leyenda urbana que este árbol emana un extraño calor. Tanto es así que en la estación invernal, la nieve nunca cuaja en sus ramas, de hecho se forma un círculo a su alrededor donde el frío manto queda aislado de esa «zona caliente».
Llegado a este punto puede que pienses, ¿y por qué no lo talan? ¿Por qué no se da fin a esa leyenda negra quitando para siempre al árbol del Diablo de esa colina? Por miedo. La razón es esa, de hecho, como te hemos explicado al inicio, hasta hace unos años era costumbre detenerse aquí para orinar en su corteza. Algo que dejó de hacerse en vista de los terribles finales que tuvieron quienes osaron cometer esa imprudencia, y esa falta de respeto.
¿Es el Diablo de verdad quien se esconde ente su corteza negruzca? ¿Él quien nutre esas ramas crepitantes? Lo desconcemos, pero sea como sea, este escenario es uno de los «más embrujados» que se conocen. Y ahora dinos ¿Conoces algún otro árbol con historias extrañas asociadas?