Un yogur que puedes hacer en casa y que tiene un montón de propiedades beneficiosas para la salud, ¿conoces el Kéfir? Pues te sorprenderá… ¿De donde viene? ¿Dónde lo podemos conseguir? ¿Cómo se elabora? No dudes en probar el Kéfir.

¿Qué es el Kéfir?

El Kéfir es uno de los productos lácteos más antiguos que se conocen. Procedente del Caúcaso, los musulmanes lo llamaban los granos del Profeta Mahoma y se consideraba Maná de Alá. Existe el Kéfir de leche y el Kéfir de agua. En realidad son el mismo Kéfir pero adaptados a líquidos diferentes.

Kéfir de agua
Kéfir de agua

¿Qué aporta el Kéfir?

Indudablemente el Kéfir es una fuente de salud. Está especialmente indicado para el cuidado de nuestra flora intestinal y, por lo tanto, de nuestras defensas. No obstante, aunque no hay suficientes estudios que lo demuestren, al kéfir se le atribuyen otra serie de beneficios que nosotros te vamos a presentar:

1. Calcio, magnesio y fósforo. Vitaminas del grupo B, vitamina K y Aminoácidos esenciales como el triptófano.

2. Refuerza el sistema inmune, potencia la microflora intestinal.

3. Antibacteriano y antifúngico.

4. Neutraliza las toxinas que provienen del exterior.

5. Ayuda a hacer mejor la digestión.

6. Ayuda a sintetizar mejor las vitaminas de los alimentos.

7. Para aminorar los efectos de las alergias.

8. Es un antibiótico natural.

9. Excelente antioxidante.

10. Ayuda a disminuir los efectos nocivos de los medicamentos.

¿Cómo elaboramos y consumimos el Kéfir?

Pon los gránulos de Kéfir con leche en un bote de cristal con cierre hermético. Déjalo 24 horas, debe estar a una temperatura entre 15 y 30º,  después cuélalo. Si lo dejas más de 24 horas adquirirá un sabor más intenso.

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Verás como el Kéfir va creciendo poco a poco. Lo mejor que puedes hacer… ¡regalarlo! Tal y como manda la tradición.

A tener en cuenta:

1. No lo laves con agua del grifo, tiene cloro y mata las bacterias.

2. No se le debe poner miel.

3. No utilices coladores metálicos.

4. La mejor leche para hacerlo es la de cabra. Puedes usar leche fresca o pasteurizada no UHT. Pero recuerda, siempre leche de primera calidad. No se debe de hacer con leche de soja, ya que inhibe la tripsina que puede degenerar en retardos digestivos.

5. Cuando tengas tu Kéfir, mételo en la nevera para conservarlo. Al ser un producto natural no debe estar más de 24 horas.

6. No lo tomes si ves algún cambio en el olor, el sabor o la textura.

¿Cómo conservar el Kéfir?

Podemos conservarlo de 3 formas:

  • En la nevera. En leche fresca a 4 ºC . Con este método de conservación puede durar hasta 14 días.
  • En el congelador. Limpia y escúrrelo bien y mételo en una bolsa de plástico hermética. Así puede durar algunos meses.
  • Deshidratado. Se coloca en un papel de cocina en un sitio aireado. Dependiendo de la cantidad se deshidrata en 3-4 días. Así puede durar entre 2 y 3 meses.

¿A qué esperas para empezar a tomar el Kéfir?

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