¿Eres de los que se despiertan por las mañanas y sólo toman una taza de café para luego correr como caballos sin riendas y comenzar su jornada? Si es así, no has tomado en serio la frase: “el desayuno es la comida más importante del día”, escuchada hasta el cansancio, pero que no se popularizó a capricho. Saltarte el desayuno tiene consecuencias negativas en tu cuerpo ¡y sólo toma unos 10 minutos evitarlas!
10 motivos por los que NO DEBERÍAS saltarte el desayuno
1. Saltarte el desayuno te hace más propenso a sufrir un ataque cardíaco
La Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard realizó una investigación que concluyó que quienes se saltan el desayuno, tienen 27% más posibilidades de sufrir un ataque cardíaco. Esto se debe a que al privar el cuerpo del primer alimento del día, es posible acumular grasas y desencadenar problemas de obesidad, diabetes o colesterol alto, enfermedades que son detonantes de afecciones cardiacas.
2. Afecta la memoria
La comida funciona como combustible para activar tanto al cuerpo como el cerebro, precisamente por ello, saltarte el desayuno no es una elección inteligente. Si ingerimos por las mañanas alimentos nutritivos y con grandes aportes a nuestro organismo, mejoramos notablemente las funciones cognitivas relacionadas a la memoria.
3. Al saltarte el desayuno desaceleras el metabolismo
Cuando prescindimos de nuestro primer bocado diario, el cuerpo se ve forzado a ahorrar energía en forma de grasa y así, poco a poco, la acumulamos y acumulamos, hasta que nos damos cuenta que nuestro peso va cuesta arriba, porque el metabolismo se vuelve lento.
4. Quienes no desayunan son menos activos
Siendo el desayuno el que impulsa al cuerpo a funcionar de manera más óptima, las personas que dejan pasarlo tienden a cansarse más rápido que quienes sí obtienen alimentos en la mañana.
5. No recibir la comida más importante del día impacta en nuestro estado anímico
Entre frases y frases para explicar la importancia del desayuno hallamos: “barriga llena, corazón contento”, que es tan popular y verdadera como la de “la comida más importante del día”. Pues si no comemos, nuestro cuerpo no funciona al 100%, por consiguiente quedamos bajos de energía, de concentración y un montón de etcéteras con los que debemos cargar mientras nos enfrentamos a las tareas diarias, entonces… ¿cómo podríamos estar de buen humor si nos saltamos el combustible que nos hace andar? ¡Por supuesto que de mal humor!
6. Provoca más ansiedad por alimentos chatarra
Por saltarte el desayuno no bajarás de peso, sino todo lo contrario. Un estudio realizado por el Imperial College de Londres arrojó que no desayunar incrementa la ansiedad por alimentos poco saludables y que además, quienes no prueban bocado en las mañanas, comerán mucho más a la hora del almuerzo, acumulando 20% más calorías que las necesarias.
7. No ingerir alimentos en las primeras horas del día puede ocasionar diabetes
Desayunar hace que los procesos en nuestro organismo se produzcan en equilibrio, como es el de mantener los niveles de azúcar en la sangre en buenos términos y así reducir el riesgo de padecer diabetes tipo 2.
8. Sufrir de gastritis es otro de los riesgos
No comer en las mañanas, ya sea por prisa, pereza o costumbre, mucho mal le hace al estómago que, al no recibir alimentos, las probabilidades de afectarlo por gastritis son demasiado altas, debido a que los jugos gástricos comienzan a liberar ácidos que inflaman sus paredes.
9. No desayunar está asociado a la obesidad
Saltarte el desayuno induce de diversas maneras el aumento de peso: si el metabolismo se vuelve lento y la grasa se acumula, si los niveles de glucosa, colesterol e insulina en la sangre no se estabilizan por la misma razón, si por no comer este alimento principal nos da más hambre en el transcurso del día…el resultado no puede ser otro que subir de peso.
10. Pierdes masa muscular
Como el cuerpo entra en estado de emergencia, devorando los nutrientes que quedan en el organismo, sacándole provecho a la grasa, en buen plan, porque todo este proceso es para mantenernos con vida -aunque como resultado acumulemos grasa en lugares que nada feliz nos hacen-, la masa muscular también se ve afectada en este “plan de contingencia”. Y, ¿cuál es la consecuencia? Nos volvemos más flácidos.
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