La industria humana, en el sentido más amplio del término, es de verdad sorprendente. Si pensamos en todas las tecnologías desarrolladas hasta ahora, incluso las más terribles, como la energía nuclear, cuyas aplicaciones en las guerras resultaron catastróficas, nos encontramos con un hilo conductor fácilmente perceptible: el afán humano de adaptar el mundo a sus propias necesidades. Y para ello hemos desarrollado habilidades verdaderamente asombrosas. El hombre ha sido capaz de crear un mundo que responde a sus deseos, con la generación de materiales que han atravesado a la humanidad. Y, en este sentido, el origen del plástico marca la producción de millones de objetos con los que convivimos a diario. En Supercurioso nos hemos animado a investigar, para contarte la historia del plástico. ¿Nos acompañas?
¿Qué se usaba antes del plástico?
La historia del plástico es bastante antigua, pero antes de su existencia, de igual forma los seres humanos se ideaban métodos para crear artefactos, objetos y procedimientos que les ayudaran en las actividades de la vida diaria. Antes de 1830, se utilizaron ampliamente y en todo el mundo resinas naturales como el betún, la goma, el ámbar o la laca, y con estas sustancias se elaboraban innumerables productos que tenían distintas aplicaciones. Por ejemplo, se sabe que ya en Egipto, Babilonia, Grecia, India y China se conocían y se usaban para fabricar desde artículos rituales hasta sustancias para la momificación de los muertos.
Pero en 1830 se comenzó una investigación que marcaría el origen del plástico. Simultáneamente, varios científicos empezaron a trabajar en la síntesis de materias primas derivadas del petróleo. No fue sino hasta 1860, cuando el inventor norteamericano Wesley Hyatt llevó a cabo un método de procesamiento a presión de un nitrato de celulosa, la piroxilina, tratada previamente con alcanfor y alcohol. No te vamos a cansar con detalles técnicos, lo importante aquí es que este producto, que llamó celuloide, fue súper exitoso para fabricar desde placas dentales hasta ¡cuellos de camisa! Lo malo es que era inflamable y se deterioraba si lo exponías a la luz.
Los primeros pasos en la historia del plástico
Wesley Hyatt sin duda que marcó un hito y el primer paso en la historia del plástico. Con su hallazgo del celuloide propició una cantidad de investigaciones químicas relacionadas. Más adelante, se llegó al descubrimiento de un compuesto de fenol-formaldehído, que llamaron baquelita, el cual tenía una increíble resistencia mecánica y a temperaturas elevadas, así como aislamiento eléctrico. Se desarrollaron entonces los polímeros naturales alterados, y de la celulosa salió el rayón. Para 1920, ocurrió el otro gran hito en el origen del plástico. El químico alemán Hermann Staudinger sugirió que el plástico se componía de macromoléculas o moléculas gigantes, y a partir de allí, todas las investigaciones le dieron un empuje enorme a esta industria.
Por ejemplo, muchos de los trabajos se enfocaron en buscar moléculas sencillas que pudiesen enlazarse para crear polímeros. Descubrieron así que el gas etileno polimerizaba bajo el calor y la presión, y así crearon un termoplástico que bautizaron polietileno, y luego hacia la década del 50 apareció el polipropileno. Reemplazando átomos, produjeron el cloruro de polivinilo (PVC), que sirvió para la construcción y era especialmente adecuado para cañerías y tuberías de todo tipo, pues era un plástico muy duro y resistente al fuego (hoy en día se sabe que es cancerígeno).
La evolución del plástico
Pero la historia del plástico no se detuvo allí. Experimentando con aditivos lograron materiales más blandos, que sirvieron para fabricar ropa impermeable, juguetes, cortinas, manteles… También se desarrolló el plástico politetrafluoretileno (PTFE), parecido al PVC, que es lo que conocemos como teflón, el revestimiento de sartenes y ollas antiadherentes.
En los años 30, en Alemania, se desarrolló otro tipo de plástico, el poliestireno, comúnmente usado para hacer vasos. De este salió después el poliestireno expandido, que es una espuma blanca y rígida cuyo nombre en los países hispanohablantes varía notablemente: en Venezuela se le dice anime, en España poliexpan, corchopán o corcho blanco; en México, unicel; en Argentina, telgopor; en Bolivia plastoformo; en Ecuador, espuma-flex. El origen del plástico se expandió y en la década de los 30 siguieron los avances. Fue en este período donde se creó la primera fibra artificial, el nylon, cuyo primer uso fue la elaboración de paracaídas durante la Segunda Guerra Mundial y, de allí, pasó rápidamente a la industria textil.
La Segunda Guerra Mundial propició la aparición del caucho sintético, pues Alemania perdió sus fuentes naturales de látex y este país desarrolló un gran programa dedicado a esto. El caucho sintético fue una de las razones por las que se acabó la explotación esclavista de las plantaciones de caucho en Suramérica. Las décadas posteriores estuvieron dedicadas a la investigación y experimentación de productos de plástico, que inundaron la vida y el medio ambiente.
Desde el origen hasta la actualidad
Hablar del origen del plástico es remontarnos unos cuantos siglos atrás, y de igual forma, es sorprendernos con la vigencia de uno de los materiales industriales más importantes y comunes del planeta entero. Nada más disponte a hacer una pequeña prueba y te darás cuenta de cómo la historia del plástico atraviesa a la sociedad. Ve por un instante a tu alrededor: desde bolígrafos hasta tu móvil, la cubierta de los computadores, de los teclados, los cuerpos de los televisores, de artefactos eléctricos, sillas, mesas, cubiertos, botellas, los pads para el ratón, los aros de los six-packs de cervezas y refrescos, cajas de embalaje, bolsas, envoltorios, juguetes… ¿Qué otras cosas ves? Es casi infinito, ¿verdad?
La realidad es que el plástico es versátil y maleable como ningún otro material, pero al mismo tiempo, como ningún otro material, su elaboración es sumamente contaminante. Y ese es uno de sus principales problemas, su poca biodegradación, pues volverá a formar parte de la naturaleza en cientos de años. Tan grave es la situación desde el punto de vista ambiental, que se ha transformado en un problema para especies y entornos. ¿Has oído de esa inmensa isla plástica que flota en el océano Pacífico? Son millones de desechos de polímeros (botellas, vasos, platos…) que nosotros, los guardianes del planeta, no hemos sabido degradar. Cada vez que tiramos el plástico a la basura y no se recicla, formamos parte del problema y no de la solución.
Afortunadamente, las investigaciones también han dado frutos positivos, generando alternativas al plástico cuyo uso es práctico, de costos aceptables y mucho más amigables con el medio ambiente. También se ha experimentado con el plástico biodegradable, fabricado con materias primas orgánicas —como el plátano, la papa, la yuca, etc.—, que al terminar su vida útil se descompone en un corto tiempo y que además puede servir de abono orgánico. Incluso, sorprendentemente, se ha hallado un gusano que se come el plástico. ¡Sin duda, todo esto podrá ser de gran ayuda con la problemática del plástico!
¿Qué hacer con el plástico?
Sí, sabemos que la historia del plástico ha sido determinante para nuestro desarrollo como sociedad. Sabemos que desde el móvil con el que nos comunicamos hasta la botella de agua que bebemos después de ejercitarnos, han sido hechos con plástico. Pero la realidad es que el cuidado del medio ambiente se erige como una necesidad cada vez más imperiosa y de la que no podemos escapar. Entonces, ¿Existen formas, consejos o tips para usar menos plástico, que puedan ayudar a cuidar el planeta, sin sacrificar nuestras actividades cotidianas?
¡Pues sí! Con pequeñas medidas cotidianas, estaremos sumando en el cuidado del planeta, que es en definitiva nuestro hogar. Sustituye las bolsas plásticas por bolsas reutilizables. Evita comprar botellas de plástico, y más bien apuesta por tener una que siempre lleves contigo. O despídete de los envases plásticos y compra algunos que sean reutilizables. La historia del plástico nos ha ayudado a construir el mundo tal como lo conocemos, pero quizás llegó la hora de priorizar al planeta, e ir migrando a componentes que también le cuiden. Y tú, ¿Te sumarías a esta tendencia?