Aunque pueda parecerlo, la historia que te vamos a contar en este artículo no se corresponde con un capítulo de Juego de Tronos ni con ninguna otra serie de fantasía. Los hechos que vamos a narrar tienen un origen histórico real, aunque bien es cierto que en ocasiones no se sabe hasta que punto se mezcla la verdad con la leyenda y en este caso tan misterioso cuesta creer que todo sea real. La historia de Inés de Castro es extravagante y rara, tanto como paracer sacada de una buena película de ciencia ficción. Pero, lejos de ello, proviene de la siempre alucinante historia de nuestras civilizaciones. Hoy en Supercurioso te contamos sobre Inés de Castro, la polémica Reina Cadáver.
Imagina por un segundo que formas parte de la realeza y viajas en el tiempo, varios siglos atrás. El Rey te invita a la coronación de su reina consorte, y debes rendirle los debidos honores y besar su mano. Pero hay un detalle: la mujer está muerta, y desde hace mucho. Lo que tienes al frente en la osamenta, un cuerpo descompuesto al que han vestido para tan ceremonial ocasión. Aunque suene espantoso, fue lo que ocurrió con Inés de Castro y el Rey Pedro I de Portugal. Acompáñanos a conocer la historia.
La historia de Inés de Castro, la mítica Reina Cadáver
Cuando nos sumergimos en la historia, nos topamos con personajes alucinantes, que desafían nuestra comprensión de la realidad. Napoléon, Alejandro Magno, Ana Bolena, María Antonieta… podríamos estar días enteros nombrando a estos personajes que marcaron el rumbo de la historia, o que al menos se aseguraron un lugar en ella a través de los siglos. Hoy queremos sumergirnos en la vida de una mujer cuyo nombre no es demasiado popular, pero que protagonizó una historia de vida muy interesante. Se trata de Inés de Castro, la Reina Cadáver.
La vida y muerte de Inés de Castro
Inés de Castro fue una noble gallega que vivió en el siglo XIV. Aunque no fue una reina en el sentido estricto, es conocida como «la reina cadáver» debido a su trágica historia de amor y su posterior reconocimiento póstumo. Era una de las damas de compañía de Constanza Manuel, quien era esposa del infante Pedro, hijo del rey Alfonso IV de Portugal. A pesar de estar casado, Pedro se enamoró apasionadamente de Inés y comenzaron una relación amorosa.
La relación entre Pedro e Inés generó gran controversia y descontento en la corte portuguesa. A partir que se hizo pública su relación, las vidas de la pareja decantaron en una de las historias de guerra y política más trágicas y horripilantes de todos los tiempos.
Cuando Alfonso IV se enteró del casamiento en secreto de su hijo con la mujer que amaba, y temiendo posibles complicaciones políticas que se podían presentar por la enemistad de la familia de la joven con otras familias importantes, inventó cargos contra Inés. Entonces fue ella quien pagó la afrenta del casamiento: Inés de Castro fue juzgada, hallada culpable y decapitada.
Cómo era de esperar, el Príncipe Pedro I enfureció al enterarse de la noticia de la muerte de su esposa. Entonces, guiado por el odio a su padre y a todos los implicados en el asesinato, comenzó una guerra civil que no terminó hasta la muerte del Rey en 1357. Cuando este rey murió fue Pedro I quien se convirtió en rey. Y con este poder hizo algo casi impensable y espantoso, que coronaría el motivo por el que Inés de Castro pasó a la posteridad.
La «resurrección» de Inés de Castro
La historia de Inés de Castro llegaría a su apogeo después de fallecida. Al alcanzar el trono, el ahora Rey Pedro I decidió desenterrar el cuerpo de su amada. Además, el monarca arrancó el corazón a los verdugos de Inés de Castro, y de todas las personas implicadas en su asesinato. El cuerpo muerto de Inés fue colocado en un trono y coronado como Reina consorte (que no comparte los poderes políticos y militares del rey).
Se dice que todos los altos mandos y dignatarios del país tuvieron que rendirle pleitesía a Inés, besándole la mano y tratándola como si aun estuviera viva. Inés de Castro fue con toda probabilidad la única Reina que «reinó» muerta.
Es cierto que los investigadores no han podido corroborar con datos esta parte de la historia, del desentierro y la coronación del cadáver; pero es igual de cierto que se trata de una historia muy conocida entre los habitantes de Portugal, que la pasaron de generación en generación.
Siguiendo con la historia: más tarde el Rey Pedro I celebró unos suntuosos funerales en recuerdo de su esposa. Además, mandó a construir una tumba de mármol blanco con una figura de la reina coronada. Pedro ordenó antes de su propia muerte situar su sepultura justo enfrente de la de Inés haciendo que los pies de ambos se tocaran. Quería que su amada Inés fuera lo primero que viera el día de su resurrección.
Inspiración de cuentos y novelas
La historia de Inés de Castro y Pedro I no pasó desapercibida. Son cientos los cuentos y novelas que se inspiraron en la tragedia y el espanto de esta pareja. Por ejemplo, el escritor Luis Vélez de Guevara se sirvió de esta historia para escribir su drama «Reinar después de morir» (1652). La autora Ángela Vallvey Arévalo también recoge la leyenda de Inés de Castro en su libro Amantes poderosas de la historia: recomendado.
Hasta acá ha llegado nuestro breve acercamiento a lo ocurrido con Inés de Castro. Muchos han llenado esta historia de romanticismo pues incluye muerte y desespero. Pero una historia romántica es muy diferente a una historia de amor. Pues, ¿cómo relacionar este bello sentimiento con la muerte, el dolor y el espanto de desencadenar una guerra por venganza y desenterrar a tu esposa?
Si te ha llamado la atención la historia de Inés de Castro, te invitamos a que visites nuestro canal de Youtube y veas el video que hemos preparado sobre este tema. A continuación lo podrás observar.
Y tu, ¿Conocías la cruel historia de Inés de Castro, y como su amado Pedro I la transformó en reina, aún después de muerta? Sin duda que la historia supera largamente la ficción, con casos tan alucinantes como este. Nos encantaría que te animaras a dejarnos tus comentarios, aportes y opiniones sobre este tema. ¿Crees que haya sido cierto que Ines de Castro fue efectivamente la Reina Cadáver? ¿Te imaginas a los nobles que tuvieron que besar su mano? ¿Crees que esta es una historia de amor o de caprichos políticos? Déjanos tu comentario. ¡Estaremos encantados de leerte!