¿Es él o ella la elegida? Ya sabes, a quién presentarle a tus padres, con quien te vas a vivir, con quien formas una familia, con quien te casas… En algún momento de cada relación amorosa, uno se pregunta alguna versión de estas preguntas.

¿Te casas o te separas? La psicología tiene una respuesta

Pero no eres el único en querer predecir el destino de tu propia relación. Los investigadores de la psicología humana también están interesados. ¿Hay signos reconocibles que les permitan predecir hacia dónde se dirige una pareja? Normalmente, los investigadores han tratado de desentrañar esta cuestión mediante la medición de algún aspecto de una relación en un momento en el tiempo y luego buscar la forma en que la medición coincida con los resultados a largo plazo, meses o años más tarde.

Estos tipos de mediciones de un solo uso son útiles, pero ¿cómo se aplican a cualquier faceta de una relación que fluctúa con el tiempo? Algunos investigadores, entre ellos Ximena Arriaga en la Universidad de Purdue, han sugerido que el método típico de medición de un solo momento en el tiempo no puede captar al máximo la experiencia de relación; podría ser más revelador observar los patrones de cambio a medida que se estrechaba el vínculo y duraba la pareja.

Para conocer el destino de tu relación, las subidas y bajadas pueden importar más que la calidad de esta en un momento específico. Un estudio recientemente publicado examinó esta cuestión mediante el seguimiento de cómo las relaciones progresaban con el tiempo, a través de los propios sentidos cambiantes de los componentes de la pareja.

¿Te casas o te separas? La psicología tiene una respuesta

Si se pudiera dibujar la historia de tu relación, ¿cómo sería? ¿Tal vez una línea recta ascendente que muestra un progreso constante? ¿O tal vez una línea curva que muestra que has golpeado algunos baches del camino? Es esta trayectoria la que puede influir en la forma en que tu historia va a terminar.

En el reciente estudio, el investigador Brian Ogolsky y sus colegas plantearon la hipótesis de que la forma del compromiso de los individuos podía predecir los resultados futuros de la relación. Para probar la idea, los entrevistadores encontraron 376 parejas que fueron dibujando gráficos de cómo se sentían a lo largo de nueve meses.

Los investigadores analizaron los gráficos, y el número de puntos de inflexión o cambios en la línea, sobre todo observando cualquier crisis o momentos en que las posibilidades de matrimonio disminuyeron. También examinaron la pendiente o grado de cambio en los puntos de inflexión para ver si las cosas iban en aumento rápidamente, erosionando lentamente o cualquier otra trayectoria que pudiera tomar la línea. Resumieron los resultados en cuatro categorías: 

1. Dramático (34% de la muestra)  Este grupo tenía una relación de altos y bajos, con descensos más pronunciados.
2. Centrado en la pareja (30% de la muestra) Este grupo creía que su pareja era el centro de su universo, experimentado muy pocas recesiones.
3. Socialmente involucrado (19% de la muestra) Este grupo experimentó muy poca variabilidad, y un menor número de caídas que los otros grupos.
4. Plagado de conflictos (12% de la muestra) Al igual que el grupo dramático, este grupo tenía un gran número de recesiones, aunque los tamaños de los cambios no fueron tan drásticos.

Los individuos en el grupo dramático resultaron tener más del doble de probabilidades de separarse que cualquiera de los otros tres grupos. Los del grupo centrados en la pareja eran más propensos a tener un progreso positivo en la relación, mientras que el grupo plagado de conflictos era más probable que mantuviera su estado civil estable en comparación con el grupo dramático.

En cualquier caso las relaciones se mueven a ritmos diferentes. Ya sea si tu relación va muy rápido o lenta, o si ha pasado por algunos baches, esta investigación demuestra cómo la trayectoria del pasado de tu relación puede ofrecer una visión de tu futuro.

¿Cómo es la tuya?

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