Que aún nos falta mucho por comprender y averiguar sobre nuestra propia historia es algo que ya muchos arqueólogos saben. A pesar de la enormidad de datos, todavía quedan en la Tierra huellas de nuestro remotísimo pasado que no hemos sabido identificar. Tal es el caso de estas ciudades antiguas que te presentamos hoy, cuyos orígenes no se conocen completamente, apenas se sospechan.
4 ciudades antiguas cuyos orígenes aún se ignoran hoy en día
1. Baalbek
Situada en el Líbano, alcanzó su mayor esplendor bajo el imperio romano. Pero cuando éstos llegaron, ya había una ciudad. Excavaciones arqueológicas bajo el templo de Júpiter –que formaba parte de la Tríada heliopolitana, a saber, en honor a tres dioses, Júpiter, Venus y Mercurio–, se toparon con tres magníficas y gigantescas piedras, de 800 toneladas cada una. Son las piedras más grandes que se han utilizado en construcción, en toda la historia. Las excavaciones comenzaron a principios del siglo XX, y descubrieron dos asentamientos antiguos cananitas, uno de la Edad de Bronce antigua (entre 2900 y 2300 a.C.) y el otro de la Edad de Bronce media (entre 1900 y 1600 a.C.). Conocer la etimología del nombre ha dado pistas, pero casi ninguna certeza. Bá’al o bēl, en varias de las lenguas semíticas noroccidentales (hebreo o acadio), quiere decir “señor”, por lo que Baalbek significaría más o menos “señor de la Bekaa”; los arqueólogos asumen que podría estar relacionado con el santuario y el oráculo dedicados al dios Baal –el dios del sol, la tempestad y la fertilidad terrenal– y a Anat, la diosa de la guerra y la violencia, y hermana y consorte de Baal que mucho más tarde se asociaría a Astarté. También creen que las prácticas rituales religiosas podrían haber incluido (como en otras culturas próximas) la prostitución sagrada, las ofrendas a los dioses y los sacrificios animales y tal vez humanos. Pero aún hoy no saben exactamente cómo o por qué surgió esta ciudad.
2. Derinkuyu
Esta vez nos vamos a Turquía. En este país existen muchas ciudades subterráneas, pero Derinkuyu es la más grande. Su nombre significa “pozo profundo”. Algunos arqueólogos creen que este increíble sitio fue ocupado a partir del siglo VII, pero otros sostienen que tiene más antigüedad que Kaymakli, otra de estas ciudades bajo el suelo muy famosa, pues especulan que la primera excavación pudo haber sido hecha por los hititas más o menos por el 1400 a.C. Nos llega información de la antigüedad, en la voz de Jenofonte, el historiador griego, quien describe a estos habitantes de Anatolia y de sus casas bajo la tierra. Este sitio tiene suelo volcánico, muy fácil de excavar, y por eso sus moradores crearon una ciudad de varios niveles subterráneos, para refugiarse de las distintas invasiones a Capadocia. Actualmente sólo el 10% de la ciudad se puede visitar por el turismo, y las excavaciones –que empezaron en 1963– han podido llegar a los 40 metros de profundidad, con 18 a 20 niveles subterráneos, aunque sólo pueden recorrerse los 8 niveles superiores. En su interior hay establos, salas para el culto, cocinas, comedores, bodegas, prensas para vino, cisternas de agua y áreas habitacionales, además de galerías de comunicación, pozos de agua y de ventilación, y un túnel de 8 km de longitud que creen que conectaba con Kaymakli. Los expertos calculan que esta ciudad podía dar albergue a 10.000 personas.
3. Puma Punku
Localizada en Bolivia, al suroeste del templo de Kalasasaya en el complejo monumental de Tiahuanaco, Puma Punku es otra de esas ciudades antiguas de las que desconocemos su origen. En aimara quiere decir “puerta del puma”. En su borde oriental ostenta lo que se ha llamado Plataforma lítica, que es una terraza de piedra de 6.75 por 38.72 metros, llena de enormes bloques de piedra cuidadosamente cortadas para calzar unas con las otras, de forma de no necesitar argamasa para mantenerlas juntas. Estas piedras provinieron de un sitio a 80 km de distancia, lo cual hace aún más misteriosa su construcción. Esta impresionante ciudad ha sido muy dañada por los saqueos y el tiempo, y se cree que en su momento estuvo ricamente decorada. La datación por carbono de estos restos indica algún momento después del año 530.
4. Ggantija
Esta extraordinaria y neolítica ciudad se localiza en la isla de Malta, y significa “torre de gigante”. La leyenda cuenta que fue construida por una mujer gigante llamada Sasuna, quien acarreó las enormes piedras sobre su cabeza hasta el sitio; algunas de estas piedras tienen más de 5 metros de largo. Es un conjunto de dos templos megalíticos erigidos entre 3600 y 2500 a.C., anteriores incluso a otros conjuntos parecidos, como Stonehenge. Eso convierte a Ggantija en una de las construcciones religiosas más antiguas que no han sido saqueadas, enterradas o demolidas. Allí se han encontrado estatuas que parecen representar a una arcaica diosa madre, lo que ha hecho pensar a los estudiosos que el sitio fue dedicado a este culto. Lo que parece más concreto es que fue un lugar de adoración. Hay muchas otras ciudades antiguas de las que apenas sabemos, aunque la ardua labor arqueológica se encarga de ir develando los misterios. Por eso quisiéramos sugerirte la lectura de artículos sobre Teotihuacán: el descubrimiento de un túnel y los misterios que nadie ha podido aún resolver.