Entre los siglos XV y XIX los europeos emprendieron una labor de exploración y conquista acompañado por un levantamiento cartográfico impresionante, que iba desde el África profunda y las nacientes del Nilo hasta la costa continental de la Antártida. Pero los europeos no se limitaron a reflejar en mapas la geografía de la Tierra, también hay un mapa del siglo XIX sumamente curioso, un mapa para alcanzar el tesoro más preciado: la felicidad.
El mapa del siglo XIX que guiaba a los jóvenes en la vida. ¿Qué te parece?
El mapa del que vamos a hablarte fue elaborado por Auguste-Jacques Lemiere-d’Ary, un escritor y traductor francés que se propuso elaborar una especie de guía que sirviera a los jóvenes para orientarse en la búsqueda de la felicidad. El mapa fue publicado en 1802, con el siguiente título: Carte Allégórique du Voyage de la Jeunesse au Pays du Bonheur, que podría traducirse como “Mapa alegórico del viaje de la juventud al país de la felicidad”, y es un retrato ilustrado de cómo se concebía la educación de los jóvenes en Francia, apenas unos años después de la agitación mundial provocada por la Revolución Francesa de 1789 y comenzando la dictadura de Napoleón Bonaparte.
En realidad, este mapa de Lemiere-d’Ary estaría más emparentado con los mapas del tesoro de los queridos piratas caribeños, imaginados por escritores ingleses, que de los levantamientos cartográficos realizados por los grandes exploradores de los siglos XVIII y XIX.
El mapa está ilustrado con un joven que parece ser guiado por la diosa griega de la sabiduría, y el viaje comienza en esa esquina de la carta, desde la Bahía Oscura y a través del Océano de la Experiencia, pasando por las Islas de la Obstinación y la Disipación, para arribar al País de los Remordimientos. No es precisamente un lugar agradable para explorar: allí se encuentran el Cabo del Dolor, una especie de Bahía del Aburrimiento, y una Isla de Pendencias. Pero la cosa comienza a mejorar cuando pasas por el Cabo del Arrepentimiento y vuelves a cruzar el Océano de la Experiencia, pasas por el Archipiélago de las Promesas y alcanzas la Costa de la Constancia.
Tierra adentro de este continente te encontrarás con el País de las Ciencias, y deberás sortear un triángulo bajo la observación de tres faros: el de la Razón, el de la Religión y el de las Pasiones, para finalmente llegar al País de la Felicidad.
Aunque hoy en día el mapa pueda parecernos un poco anacrónico, la idea de cartografiar el futuro, de contar con un mapa de vida, o un mapa mental, es una herramienta usada en algunos métodos pedagógicos o en la realización de diagnósticos de comunidades y grupos sociales interesados en planificar su futuro.
¿No te has preguntado cómo sería tu mapa para alcanzar la felicidad? Considerando la importancia de este viaje, es notable cuánta gente lo hace sin ninguna clase de brújula u orientación. Y siempre es un ejercicio fructífero imaginar el propio mapa de la felicidad al estilo de este interesante mapa del siglo XIX.
Puedes leer también otros «planos cartográficos», como el del corazón de una mujer de 1833, o el Imago Mundi de Babilonia.
Imágenes: Cornell University