Como todo prodigio eléctrico, los enigmáticos rayos globulares fueron estudiados por el genial Nikolas Tesla – el olvidado padre de la electricidad – que fue el primero en conseguir reproducirlos a pequeña escala en su laboratorio.
¿Qué es un rayo globular?
El rayo globular es uno de los misterios de la ciencia más persistentes. Este fenómeno cuestionado durante tanto tiempo consiste en una bola de luz que se mantiene flotando en el aire durante unos segundos tras el impacto de un relámpago. Se dice que puede desplazarse varios metros e incluso cruzar paredes.
Avistamientos
Los avistamientos de rayos globulares se remontan a la antigua Grecia, dónde los tomaron de referencia para las armas del dios Zeus.
Otro encuentro histórico con un rayo globular aconteció en 1596 en Inglaterra. Durante un sermón en una iglesia una bola de luz del tamaño de un balón de fútbol cruzó la pared y, de pronto, estalló en un millar de rayos y truenos. Nadie resultó herido, aunque sí provocó daños materiales.
Un explorador ruso también tuvo un encuentro con un globo luminoso de un tamaño similar al del caso anterior, mientras se encontraba en unas montañas siberianas. El globo recorrió varios metros de pradera hasta acercarse a él y mostrarse en todo su esplendor: era blanco mate por fuera, tenía una luz azul en su interior y una fina cola de «fuego».
Cabe mencionar que también figuras históricas han presenciado este fenómeno. El joven zar Nicolás II tuvo ocasión de contemplar un rayo globular también en una iglesia. Al parecer durante una tormenta una «bola de fuego» entró por la ventana y se desplazó por toda la iglesia – cerca del Emperador – y salió por otra ventana, perdiéndose en el jardín. Esta experiencia marcó profundamente al joven zar que decidió documentarla.
Casos más recientes son los de los pilotos de bombarderos que durante la Segunda Guerra Mundial avistaron rayos globulares que parecían seguirlos – los llamados foo fighters – o el de los pasajeros y auxiliares de un vuelo que en 1960 viajaba a Hawái y que vieron una bola de luz cruzar el pasillo central.
Hasta hace poco, todos estos avistamientos se consideraban efectos ópticos, secuelas de un transtorno psicológico, fenómenos paranormales u OVNIs.
Finalmente… ¡existen!
En 2012 unos científicos chinos que estaban observando una tormenta eléctrica tuvieron la suerte de captar un rayo globular de 5 metros de ancho que apenas duró 1,6 segundos. Tomaron imágenes con un espectógrafo – aparato que permite captar y medir una señal luminosa – y, por fin, se consiguió demostrar que no se trataba de ningún fraude. Los rayos globulares existen fuera y dentro del laboratorio y son tan asombrosos que se han llegado a confundir con platillos volantes, presencias del «más allá» y armas de los dioses.
La tan cuestionada existencia de este fenómeno ha sido probada, pero hay algo que la ciencia aún no sabe explicar: ¿cómo pueden los rayos globulares atravesar paredes y mantenerse en espacios cerrados antes de desintegrarse? En Supercurioso seguiremos el caso con atención.
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