Conoce la leyenda del árbol Sakura
Si hablamos del árbol Sakura, nos encontramos con uno de los símbolos más importantes del Japón. El nombre de la flor proviene de Saku, que significa, literalmente, «florecer», y ra, que en japonés es la terminación plural. El florecimiento del cerezo marca el inicio de la primavera y la celebración del Hanami (花見) , tradición por la cual los japoneses acuden en masa a parques y jardines para contemplar los árboles en flor, compartiendo alimentos y bebidas o reflexionando bajo su sombra.
La flor de cerezo japonés, de breve florescencia (suele desprenderse alrededor de 10 días después de su florecimiento). Ha estado siempre asociada alegóricamente a conceptos de la filosofía y la doctrina. También ha sido, en ciertos momentos de la historia, un símbolo utilizado por el ideario castrense y en la actualidad se le han sumado algunas otras asociaciones simbólicas más sencillas. Acompáñanos a conocer la simbología que se esconde detrás del árbol Sakura.
La simbología de la flor de cerezo japonés
El árbol Sakura en la filosofía y la religión
Entre los símbolos japoneses, que son muchos, especial atención merece el árbol Sakura. Su importancia encuentra su origen en el pensamiento sintoísta y budista, bases filosófico-religiosas del país nipón.
El sintoísmo sitúa la veneración de la naturaleza y sus eventos en un lugar central. Mientras que el budismo otorga gran importancia a la consideración de la transitoriedad de la vida. La caducidad de la vida queda reflejada en el periodo de floración de los cerezos, pues sus flores tienen una existencia fugaz y caen una o dos semanas después de su brote.
Se tiende a destacar la belleza de la última etapa, cuando las flores se desprenden. Para los budistas es la etapa más hermosa. Esta apreciación tan particular se resume en una frase del budismo zen: “Mono no aware”, que significa tener empatía o sensibilidad hacia todas las cosas y su temporalidad. Además de la transitoriedad de la vida, la flor de cerezo japonés también nos enseña el concepto del renacer, el florecer, después de haber superado obstáculos o, mejor dicho, de haberlos transformado.
El árbol Sakura en el ideario militar
Cómo ya hemos visto, la flor de cerezo japonés suele caer muy pronto. La flor de sakura es sumamente delicada y con la más leve brisa se desprende y se posa en la tierra. A consecuencia de esto, se puede disfrutar de la plenitud de su belleza durante toda la floración del cerezo, pues a la flor no le da tiempo de marchitarse en su lugar. Aquí encontramos su relación con el código samurái de Japón y el porqué la flor constituyó incluso el emblema de los conocidos guerreros.
La máxima aspiración del samurái es cumplir con las pautas de la Vía (Do) y convertirse en un noble caballero. Su vida deberá ser austera, sostenida por la lealtad y el sentido del deber, los cuales están incluso por encima del instinto de preservación de la propia vida. El samurái se entrega, sin temor a la muerte, en su momento de máximo esplendor, en el apogeo de su sabiduría, en el arte de la lucha, y no envejece ni «se marchita», al igual que tampoco se marchita la flor del cerezo en el árbol Sakura, pues cae en el cenit de su belleza.
«Cuando un samurái está constantemente dispuesto a morir, ha alcanzado la maestría de la Vía y puede dedicar, sin cesar, la vida entera al servicio de su señor»
Yamamoto Tsunetomo
Otras leyendas sobre la flor de cerezo japonés
Por otra parte, existen en Japón dos variedades del árbol Sakura: una de flores blancas y otra de flores rosa pálido. También existe una leyenda según la cual en la antigüedad solo existió la variedad de Sakura blanca, mientras que la Sakura rosada tendría un origen asociado a la cultura samurái:
Durante el periodo Meijí (1868-1912) se produjeron una serie de levantamientos armados contra el nuevo gobierno y contra el proceso de cambios políticos y económicos que éste imponía. Los samuráis hacían acopio de fuerzas, sin importar su edad, para enfrentarse al régimen que les había arrebatado los privilegios y que, con su modernización militar, los condenaba a la desaparición. Estos combates eran sumamente sangrientos y los samuráis fueron, finalmente, liquidados durante la rebelión de Satsuna, poniéndose punto y final a una casta de guerreros milenarios.
Por su parte, muchas de las mujeres de los soldados que restaban en sus casas durante estos enfrentamientos, ante la notificación de la muerte de sus esposos, tomaban la decisión de quitarse la vida y, al parecer, lo hacían siempre frente a un árbol Sakura. El rojo de la sangre que la tierra absorbía se habría fundido con el blanco de sus flores, surgiendo así la flor de cerezo japonés de color rosado.
Otras asociaciones: Visión actual y simbología china
En la actualidad, la flor de cerezo japonés representa inocencia, simplicidad y primavera. Mientras que China difiere de los conceptos japoneses y la flor se asocia a la belleza y dominio femenino, así como a la sexualidad también femenina. Lo que queda claro es el árbol Sakura ofrece una flor con mucha historia y que además desprende una belleza casi de cuento de hadas.
Si visitan Japón, consulten el informe de la agencia meteorológica japonesa y planifiquen su viaje en el momento preciso para poder asistir a este espectáculo maravilloso. ¡Nos encontramos en un próximo artículo supercurioso!