La naturaleza nos ofrece curiosos fenómenos para los que en muchos casos no tenemos aún una explicación completa. En Supercurioso hemos indagado en las extraordinarias esferas de Costa Rica y en esta ocasión queremos acercarnos a Rumanía, un país muy curioso, para conocer los Trovants, las extrañas piedras que crecen, respiran y se mueven. ¡Un fenómeno sin duda Supercurioso!
Trovants, las extrañas piedras
En varios lugares de Rumanía, pero especialmente cerca del pequeño pueblo de Costesti, existen unas extrañas formaciones rocosas que hace décadas que causan asombro y admiración por sus extraordinarias manifestaciones. Los lugareños las llaman Trovants, que significa «piedras que crecen» y también se las conoce como «piedras vivas».
Si las observas a simple vista no parecen diferir de otras formaciones rocosas, pero son singulares ya que excepto en algunas zonas de Rusia, no se encuentran en otros lugares del mundo. Los científicos al abrir estas piedras han observado en su interior un tipo de anillos semejantes a los de los árboles y por los que se puede saber la edad del trovant. Por ese motivo, algunos apuntan que podría decirse que se trata de un tipo de vida inorgánica.
Los trovants empezaron a formarse hace 6 millones de años seguramente debido a una extraordinaria actividad sísmica. Sus medidas van desde los pocos centímetros hasta los 10 metros de altura. Su singularidad estriba en que «se reproducen». Por efecto del agua se moja la capa exterior y penetra en el interior de la piedra rica en sales minerales. Éstas se humedecen, se expanden y ejercen una presión sobre la superficie que empieza a extenderse dando la sensación de que la piedra crece. En ocasiones el crecimiento hace que la protuberancia resultante se desprenda creando una piedra nueva.
Los trovants también se desplazan, avanzando en algunos casos hasta unos 2’5 mm. por semana. Los especialistas indican que este fenómeno se debe a que al variar las protuberancias se inclinan de uno u otro lado y esto produce un ligero desplazamiento. También hay investigadores que afirman que las piedras respiran a una escala prácticamente inapreciable ya que pueden pasar días o semanas entre respiraciones y que con un equipo de alta sensibilidad puede detectarse una especie de pulso en las piedras. Curioso, ¿no? Por todas estas singularidades se las conoce como «piedras vivas».
Los trovants , en realidad están compuestas por concreciones de arenisca, es decir, arena en capas unida por un cemento de sales de carbonato y que se han formado debido a la acción del agua.
En Rumanía y en Rusia se consideraba que los trovants tenían ciertos poderes mágicos y se creía que tocándolos se podía captar su fuerza y energía. En la actualidad, están bajo la protección de la UNESCO que los ha declarado Patrimonio de la Humanidad. Si viajas a Rumanía, puedes acercarte al Museo de Trovants en la localidad de Costesti.
¿Qué te parecen estas piedras? ¿Crees que es una exageración llamarlas «Piedras vivas»? ¿Te gustaría visitar el Museo de Trovants? Si te ha interesado este artículo, y quieres conocer otras curiosidades de la naturaleza, quizá quieras leer el post: