¿Cómo olvidar cuando los noticieros documentaron el devastador tsunami que golpeó a Japón en 2011? Las imágenes eran desoladoras. Veíamos a través de las pantallas de televisión el dolor, la agonía en el rostro de quienes guardaban la esperanza de encontrar a sus seres queridos con vida entre los escombros, y también de los que ya entendían que esto no sería posible. Fueron más de 15 mil personas las que fallecieron en uno de los desastres naturales más trágicos de la historia. Todavía, a estos días, varios de ellos son contactados a través de la cabina telefónica en Japón especializada en comunicar a los sobrevivientes de la catástrofe con los espíritus del Más Allá de sus seres queridos. En Supercurioso te contamos todo lo que necesitas saber acerca de este sorprendente hecho.

La cabina telefónica en Japón que permite hablar con los muertos

En anteriores ocasiones te hemos ofrecido un listado de Curiosidades de Japón con el objetivo de recopilar lo más insólito del país nipón. Pero no hemos podido evitar destinar un artículo completo a contarte la historia de la cabina telefónica en Japón que permite a sus habitantes contactar con los ya fallecidos. Desde luego, uno de los lugares más emocionantes que puedes incluir en tu itinerario sobre Qué ver en Japón.

La cabina se encuentra en lo alto de una colina en Otsuchi, Japón, un pueblo donde murieron 800 residentes en el tsunami de 2011. El lugar está lleno de calma, brinda hermosas vistas al océano pacífico, pero acoge demasiada melancolía. Lo concurren turistas que conocen de su historia y parientes que buscan comunicarse de algún modo con los que ya murieron.

Envían mensajes que viajan en el viento desde un teléfono como cualquier otro, aunque desconectado, en medio de la nada, con la esperanza de que sean escuchados por familiares fallecidos. Y quizá no hay voces que repliquen al otro lado de la línea, pero sin que esto influya demasiado, visitan a diario la cabina en búsqueda de respuestas y consuelo.

1. La historia de la extraña cabina telefónica en Japón

La estremecedora cabina telefónica que comunica a los vivos con espíritus del Más Allá en Japón
«El Teléfono del Viento» en Otsuchi, Japón

Todo comenzó cuando el señor Itaru Sasaki perdió a su primo en el año 2010, un año antes del tsunami. Fue tanto su dolor y lo mucho que lo extrañaba, que decidió construir una cabina telefónica (como las típicas de Inglaterra) en su jardín, donde colocó un viejo teléfono rotatorio desconectado, al que daría el nombre de «kaze no denwa» («teléfono del viento»). Quería mantener contacto con él mientras trataba de afrontar el dolor que dejó su partida. «Porque mis pensamientos no podían ser transmitidos por una línea telefónica regular, quería que fueran transportados en el viento,» explicó.  

La Cabina Telefónica en Japón para hablar con los muertos | Estremecedor

El siguiente año se produjo el devastador terremoto y tsunami, que arrasó con el 10% de la población. Fueron tantas las pérdidas, que Itaru decidió hacer público su cabina telefónica en Japón para que todos los afectados pudieran hablar con sus seres queridos. Al cabo de un tiempo, se comenzó a correr la voz, y cada vez más personas visitaban el lugar para usar la cabina.

El anhelo de Sasaki sirvió así para que, familiares de las víctimas del tsunami y cualquiera que haya sufrido una pérdida de este tipo, encontraran una manera de hacer catarsis ante el vacío que deja la ausencia física de un ser amado, tal como él lo hizo con el teléfono del viento.

La estremecedora cabina telefónica que comunica a los vivos con espíritus del Más Allá en Japón
Extraída del documental de NHK, «The Phone of the Wind»

Se dice que aproximadamente 10.000 personas viajaron a esta colina en las afueras de Otsuchi en los tres años posteriores al desastre. Tanta fue la conmoción, que algunas cadenas importantes de televisión hicieron entrevistas al creador de la cabina y hasta se hizo un documental titulado: «El teléfono del viento, susurros a familias perdidas».

Entre ellos rescatamos la historia de una abuelita que lleva a sus dos nietos a la cabina telefónica para que conversen con su abuelo. El recorrido lo hacen todos los días después de asistir al colegio, y le hablan sobre lo que ocurre en casa, los avances de sus vidas y de lo mucho que lo extrañan. Es una forma de mantener vivo su recuerdo.

Otro residente de Otsuchi se ha vuelto usuario frecuente del teléfono del viento para hablar con su pequeño hijo que murió años atrás. Enfrentarse a esta situación se le ha hecho un poco más llevadera conversando con él desde el teléfono que, desde el 2010, opera para aligerar la pesada carga de la muerte. «No puedo oírlo, sólo le hablo, pero sé que él me escuchó, así puedo seguir viviendo”. 

La estremecedora cabina telefónica que comunica a los vivos con espíritus del Más Allá en Japón
Usuaria del Teléfono del viento hablando con su esposo muerto en el tsunami

2. ¿Cómo funciona la cabina telefónica en Japón?

La idea de la cabina es ingresar en ella, cerrar la puerta, y marcar en un teléfono de discos desconectado el número del ser querido fallecido. Una vez marcado, comenzar a hablar y comunicar todo lo que deseemos, como si realmente tuviésemos la oportunidad de conversar con ellos. Así desahogamos nuestras penas y hacemos más liviana la carga. De acuerdo con las palabras de Itaru, entrar en esa cabina a hablar con su primo era tener la esperanza de que el viento arrastraría sus palabras y las llevaría hasta él.

Tiempo después del desastre, muchas personas aún visitan este lugar para marcar el número telefónico de sus seres queridos e intentar aliviar su dolor, mientras les cuentan lo que no pudieron decir en vida. Es una cabina de desahogo literal, pero que con el tiempo ha ido convirtiéndose en una santuario para hablar con lo muertos.

Todo aquel que ha experimentado una pérdida humana, ha deseado con muchísimas fuerzas volver a comunicarse con quien ha partido. Ya sea con una señal, por medio de un sueño o un leve roce. Creemos que sus espíritus jamás nos abandonan, que donde sea que se encuentren nos miran y nos escuchan. Esta idea nos reconforta, nos produce tranquilidad, pues como reflexiona Sasaki, “no importa lo duro que sea, la esperanza hace que la vida valga la pena de ser vivida”. La esperanza de sentirlos cerca, más allá de la vida o de la muerte, nos mantiene en pie.