Bien decía el Dalai Lama en uno de sus consejos más célebres: «Una vez al año ve a algún lugar en el que nunca hayas estado antes.» Esta es una de las más simbólicas frases de viajes, y es que nuestro planeta nos ofrece los más exuberantes y encantadores rincones, para que a cada paso podamos descubrir nuevas maravillas. La ciudad azul de Marruecos es una de ellas. Internarse en sus calles es hacer un paseo por el mundo de la fantasía y el sueño. No en vano, miles de turistas por año se animan a conocerla y perderse en sus estrechos callejones y rincones mágicos.

A los pies de la cordillera del Rif se alza este pintoresco poblado, conocido como la Perla de Marruecos. Su nombre real es Chefchaouen, y esconde tras de sí antiguas leyendas, que la llevaron a permanecer aislada del mundo durante casi quinientos años. Si bien el Reino de Marruecos, también llamado la puerta del África, está repleto de ciudades encantadoras, llenas de colorido y tradición, la ciudad azul se roba las miradas y el interés de todo el que la conoce. Sus postales monocromáticas son realmente encantadoras, y es que a cualquier lugar que voltees la mirada, te sorprenderá la serenidad que transmite el clásico azul. Acompáñanos en Supercurioso a conocer la historia que se esconde detrás de la ciudad azul de Marruecos.

La historia de la ciudad azul de Marruecos

La ciudad azul de Marruecos

Gracias a la llegada a tierras africanas de una pequeña población bereber, fue fundada en el año 1471 la ciudad de Chefchaouen. Destaca aún entre sus calles, una particular similitud con los pequeños pueblos de Andalucía, repletos de callejones irregulares y casas encaladas. En efecto, la ciudad fue fundada por exiliados de Al-Ándalus, principalmente musulmanes y judíos. Pero la similitud de esta ciudad africana con algunos rincones de España, parece encerrar una historia de amor.

Cuenta la leyenda que, cuando España estaba bajo influencia árabe, un Emir se enamoró locamente de una joven de Vejer, en la Frontera de Cádiz. Pronto se presentó la cruda expulsión de los musulmanes de Granada, ocurrida en 1492. La pareja se vio entonces obligada a partir del territorio español. Llegaron al noroeste de Marruecos, pero la joven se sentía consumida por la tristeza de tener que abandonar su tierra. Entonces el Emir, para mitigar la nostalgia de su amada, ordenó construir un poblado que replicara la estética de los más lindos rincones de Andalucía. Así fue como nació Chefchaouen, la ciudad azul de Marruecos.

Antiguamente, esta región era considerada como ciudad sagrada, y estaba prohibido el ingreso a los extranjeros. La medida duró cerca de cinco siglos, pero una vez erradicada, la ciudad azul de Marruecos se llenó de viajeros, ávidos de exploración y de tomar las postales más inolvidables. La tradición de pintar las casas de azul, color preponderante en cada esquina, data de la década de 1930. Fue entonces cuando muchos judíos echaron raíces en este poblado, en calidad de refugiados. Pintaron sus casas de este color, para reflejar el cielo que les recordaba a Dios. Otras teorías, un tanto menos simbólicas, refieren que la pintura azul ahuyentó a los mosquitos que azotaban la zona. En todo caso, las fachadas dotan al paisaje de un aspecto fantasioso y encantador.

Un aislamiento de quinientos años

Marruecos

Aunque hoy la ciudad azul de Marruecos esté repleta de viajeros que llegan de todas partes del mundo, no siempre fue así. Muy por el contrario, Chefchaouen permaneció completamente aislada del mundo exterior por casi quinientos años. Desde su creación, en 1471, estuvo prohibida la entrada a la ciudad de todo ciudadano extranjero, especialmente los cristianos y católicos.

No fue sino hasta finales del siglo XIX cuando llegaron al territorio de la ciudad azul de Marruecos los primeros extranjeros, que iban camuflajeados. Se trataba del explorador francés Charles de Foucauld, que entró disfrazado de rabino, el periodista inglés Walter Harris, que se hizo pasar por rifeño, y William Summers, un misionero americano que murió allí, producto de envenenamiento.

Fueron muchos los sucesos que marcaron ires y venires en el proceso de aislamiento de la ciudad azul. En la década de 1920 tuvo lugar una ocupación española, que permitió la entrada de extranjeros. Esta medida duró poco. Entre 1924 y 1926, durante la guerra del Rif, se expulsó de nuevo a los españoles. En 1926 regresaron, ahora para quedarse hasta la independencia marroquí en 1956. Fue hacia 1960 cuando apareció la primera oleada de mochileros occidentales, luego de que el pueblo fuera definitivamente abierto al mundo por las tropas españolas.

¿Cómo es visitar Chefchaouen hoy?

Ciudad azul

Esta encantadora ciudad se construyó en base a las vidas, historias y trabajo de una comunidad de inmigrantes, que aún hoy dejan sentir su legado en esta tierra. Se aprecia claramente en la cultura de la región, en su gastronomía, su arte y costumbres. La ciudad azul de Marruecos tiene tan solo 40 mil habitantes, pero en temporadas turísticas este número se eleva notablemente. Habiéndose convertido en un ícono del turismo en Marruecos, sus pobladores se han esforzado en preservar los encantos que la hacen única.

La Medina es su zona más antigua y encantadora. Se trata del centro histórico de la ciudad azul de Marruecos, y donde encuentras la mayor abundancia en tonos de azules. Sus callejuelas son estrechas y laberínticas, así que podrás perderte en ellas por horas, admirando cada uno de sus detalles. También encontrarás estructuras llenas de historia, como la Gran Mezquita del siglo XV, una torre octogonal imponente y poco común. Y si eres de los que ama sumergirse en los aspectos más autóctonos y cotidianos, en La Medina hallarás cientos de puestos y tiendas con artesanías locales, piezas de pintura y escultura, y las más ricas comidas típicas.

La Plaza Uta al-Hammam es otro de los lugares más encantadores de la ciudad azul de Marruecos, repleta de hoteles, restaurantes y bares. Sus múltiples terrazas son ideales para disfrutar de la gastronomía local, viendo como cae la puesta de sol sobre las fachadas azules. Chefchaouen es sin duda uno de los destinos más originales que puedes conocer. Perderte en sus rincones es tal como recorrer los callejones del cielo: un mar de belleza, cultura e historia al norte de África y con esencia española. Si te interesa conocer este peculiar destino, no te pierdas esta selección de las más interesantes curiosidades de Marruecos, la puerta de África.