Los arqueólogos han descubierto varias ciudades medievales, enterradas bajo el suelo del bosque en Camboya: la más grande  dicen que rivalizaría con la moderna capital de Camboya, Phnom Penh, en tamaño. El de esta gran ciudad antigua es un descubrimiento monumental, basado en dos importantes estudios arqueológicos de la zona alrededor de Siem Reap, no muy lejos del famoso complejo de templos de Angkor Wat, en las zonas centrales de la antigua cultura jemer.

Una Ciudad antigua que podría ser un terrible presagio

Gracias al uso de la tecnología inteligente de escaneo láser aerotransportado, todo el proyecto se desarrolló en tan sólo tres años. Esta tecnología utiliza el láser para medir la distancia. Está vinculada a un GPS de alta precisión y montada sobre una plataforma aérea,parecida a un avión o helicóptero, pudiendo producir una nube de puntos tridimensionales de la superficie de debajo de la tierra.

Esta tecnología es muy emocionante para los arqueólogos. No sólo puede rápidamente mapear enormes áreas de paisajes antiguos, sino que los láseres son realmente capaces de «ver a través» de la vegetación.

Con 16 puntos de datos medidos cada metro cuadrado, los investigadores no sólo han sido capaces de identificar las estructuras monumentales de piedra, conociéndolas al detalle, sino que también han descubierto las culturas urbanas masivas que rodeaban estos templos, identificables por los restos de movimientos de tierra, tales como montículos, canales, caminos y canteras.

Con estos resultados, una visión completamente nueva de la cultura Khmer está emergiendo, poniendo en cuestión lo que sabemos acerca de un gran número de otras civilizaciones antiguas. Hasta ahora, las grandes civilizaciones tropicales del mundo se han mantenido casi en el más absoluto enigma. Los arqueólogos aún tienen muchas preguntas sin respuesta acerca de cómo operaban, donde vivían y lo grandes que eran sus poblaciones.

Una Ciudad antigua que podría ser un terrible presagio

Esto se aplica no sólo a la Jemer de Camboya, sino a civilizaciones a lo largo del sureste de Asia; desde Srivijaya en Sumatra, a Borobudur en Java. Del mismo modo, en África, se sabe muy poco acerca de los grandes reinos de Kongo o Benin, que aún están cubiertos en gran medida por selvas. En Honduras, por otra parte, se han encontrado un gran número de sitios antiguos que pertenecen a una cultura en gran parte desconocida. Y en la Amazonia, los asentamientos y los campos están comenzando a emerger de debajo del dosel del bosque de lluvia, gracias a la teledetección.

Estos resultados son algo más que bonitas imágenes de sitios antiguos. Tienen el potencial de desafiar nuestro entendimiento del colapso de las antiguas civilizaciones. Por ejemplo, muestran que muchas áreas que antes se pensaba que eran selva, han sido hogar de poblaciones significativas en el pasado. También muestran que muchos de los grandes centros ceremoniales que ahora están inmersos en el follaje, estuvieron una vez rodeados de grandes ciudades, con una población de cientos de miles o incluso millones de personas.

En los ecosistemas a menudo frágiles, que dependen de un clima estable, ahora es mucho más fácil ver cómo los cambios ambientales podrían haber contribuido al colapso de estas antiguas civilizaciones. Así que, ¿podría pasar entonces lo mismo con nosotros, y que las ciudades de París, Londres o Nueva York acaben un día bajo bosques lluviosos?

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