El trabajo remoto es un fenómeno que ha ganado mucho peso en el último par de años. Las necesidades que ha generado la pandemia de Coronavirus han elevado a esta modalidad de trabajo a una posición preeminente en tiempo récord. Esto ha hecho que muchas empresas tengan que adaptarse a una realidad nueva a gran velocidad. Pero, el cambio no ha afectado solo a las empresas, los trabajadores también se han visto inmersos en una situación desconocida que plantea importantes retos.

Uno de los más importantes —tanto para ellos, como para las empresas—, es cómo aumentar la productividad trabajando desde casa. Como cada vez somos más los que trabajamos de esta forma, vamos a destilar una lista de consejos que pueden sernos útil en este sentido. Vamos a ello.

¿Cómo aumentar la productividad trabajando desde casa?

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El hecho de que el personal virtual vaya en aumento no disminuye las necesidades productivas de la empresa. Como trabajadores remotos, necesitamos mantenernos conectados, comprometidos y productivos si queremos estar a la altura de los retos que plantean las nuevas circunstancias laborales.

Para lograrlo, la primera clave es crear una línea de comunicación fluida y segura entre empleado y empleador; y viceversa. A través de estas líneas de comunicación, debemos ser capaces de expresar directa, clara y precisamente nuestras necesidades, nuestras expectativas y nuestras dudas. Hay que tener en cuenta que estamos operando en un contexto nuevo, por lo que la comunicación y también un cierto grado de paciencia y comprensión, por parte de todas las partes, ayudarán a lograr una adaptación más armoniosa, ya que permite entender la diversidad de situaciones que pueden surgir

En este sentido, hay que tener en cuenta la importancia de utilizar el canal adecuado, dependiendo de lo que queramos comunicar. Un ejemplo: quizás tiene más sentido tratar por mail o por las herramientas de organización correspondientes las cuestiones relativas a un proyecto que mandar un WhatsApp a un colega o a un subordinado (sobre todo si estamos fuera de horario de trabajo). Esos mensajes instantáneos y las llamadas personales tendrán sentido según qué circunstancias, pero que se reduzcan al mínimo y se reserven para las cuestiones puntuales más urgentes, puede ayudar a crear dinámicas comunicativas menos invasivas y más organizadas.

De la misma manera, los aspectos de seguridad y privacidad también son cuestiones a las que antes, con el trabajo presencial, debíamos prestar menos atención, pero que ahora requieren un extra de foco y cuidado. Trabajando desde casa, contaremos con información delicada para nuestra empresa en nuestras redes y dispositivos personales. Un descuido o una mala práctica y podremos comprometer datos importantes o, incluso, proyectos enteros. La precaución y la formación al respecto son, por tanto, aspectos esenciales para trabajar desde casa de manera segura y eficiente. Por eso es recomendable evitar canales compartidos y en la medida de lo posible es recomendable reforzar dicha seguridad mediante el uso de una VPN, como ExpressVPN.

Por otra parte, el mayor grado de flexibilidad y autonomía que esta forma de trabajo permite al empleado trae consigo una mayor necesidad de organización. Y es que la correcta autogestión de nuestro tiempo y nuestras tareas se convierten, en esta nueva realidad, en aspectos cruciales para sacar adelante nuestro trabajo de forma eficiente y precisa.

Para ello, no solo debemos ser realistas con el tiempo y la energía con la que disponemos y planear nuestras jornadas con base en ello, sino que no estará de más aprender a utilizar las herramientas de gestión de tareas, de proyectos e incluso de equipos que tenemos a nuestra disposición (algunos ejemplos de este tipo de herramientas pueden ser softwares como Asana, Trello, Slack, Google Tasks, ProjectManager, entre muchas otras).

Si somos líderes de equipo, esa capacidad de organización debe extenderse también al resto de los miembros del equipo. En este caso, debemos asegurarnos de que la información llega a todos y que compartimos una hoja de ruta común para los proyectos.

Otra cuestión que no podemos olvidar en este nuevo entorno virtual es la parte social. No debemos descuidar este aspecto, ya que las oportunidades de socialización e interacción serán menores fuera de la oficina. Crear esas oportunidades para que se creen vínculos (ya sea virtual o presencialmente) será esencial para tener equipos unidos y dinámicas de interacción sanas.

Por último, debemos tener en cuenta que, a la hora de medir resultados, las reglas también cambian en este nuevo entorno conectado. El peso se desplaza de las horas de trabajo a la productividad, a los trabajados realizados. En otras palabras, ahora más que nunca, mientras el trabajo se realice adecuadamente, el número de horas tiene poca importancia. Eso debe ser en lo que se centren los líderes. Eso y las posibilidades de conciliación entre vida personal y laboral —uno de los aspectos más destacados a tener en cuenta en esta nueva realidad— a disposición de los trabajadores en función de los objetivos planteados.