La prensa japonesa ya le ha dado un nombre: el síndrome del celibato. Básicamente, el país no está tan interesado en el sexo, y esto podría tener enormes efectos más allá de sus fronteras. La evidencia más reciente viene de la mano de una encuesta de la Asociación de Planificación Familiar de Japón, que fue realizada a 1.134 personas y sobre la que informó el Japan Times.

Japón no quiere más sexo

Un 49.3% de los encuestados entre 16 y 49 años dijeron que no habían tenido relaciones sexuales en el último mes. Además, hubo una variación muy pequeña de género: el 48,3% de los hombres declararon no tener relaciones sexuales, mientras que el 50.1% de las mujeres reportaron lo mismo.

Los encuestados dieron una serie de razones a esta circunstancia: el 21,3% de los hombres casados ​​y el 17,8% de las mujeres casadas señalaron a la fatiga provocada por el trabajo como el motivo de su falta de relaciones íntimas. El 23% de las mujeres casadas dijeron que el sexo eles resultaba «molesto» y, atención, el 17,9% de los varones entrevistados dijeron que la razón de tal escasez era su propio poco interés en el sexo. Sorprendente, ¿verdad? ¡Y no es todo!

Otras investigaciones sugieren tendencias aún más extremas. Según un informe de 2011 del Instituto Nacional de Población y Seguridad Social de Japón: El 27% de los hombres y el 23% de las mujeres no están interesados ​​en una relación romántica. De las personas con edades comprendidas entre los 18 y los 34 años, el 61% de los hombres y el 49% de las mujeres no están involucrados en ningún tipo de relación. Y dentro de la misma franja de edad, el 36% de los hombres y el 39% de las mujeres nunca han tenido relaciones sexuales.

Los expertos dicen que «la huida de la intimidad humana» en Japón proviene de tener una economía altamente desarrollada y una alta desigualdad de género. Según el Foro Económico Mundial, Japón ocupa el puesto 104 entre 140 países en cuanto a igualdad de género, situado entre Armenia y Maldivas.

Las mujeres profesionales están atrapadas en medio de esa contradicción. No se trata sólo de que los programas de cuidado de día sean escasos: de las mujeres que quedan embarazadas o, incluso, que se casan, se espera que renuncien al trabajo y pueden verse sometidas a una enorme presión social para hacerlo. Todo ello hace que a menudo, encuentran que el progreso profesional es imposible.

Esta circunstancia complica las perspectivas románticas de las mujeres japonesas, que, con razón, pueden llegar a considerar una relación como algo que las perjudicará a distintos niveles, empezando por el profesional. De hecho, las mujeres de 20 años tienen un 25% de posibilidades de no llegar casarse o tener una pareja formal y un 40% de probabilidades de no tener hijos.

La tasa de natalidad de Japón alcanzó un mínimo récord en 2014 con poco más de 1 millón de niños. Cuando se combinan con las 1,3 millones de muertes en el mismo año, supone una crisis de población cada vez más grave. Según el instituto de población de Japón, la población total podría disminuir a 107 millones en 2040, 20 millones menos que hoy.

Al mismo tiempo, la población japonesa se está encogiendo y envejeciendo, creando una «bomba demográfica» que podría irradiarse a nivel mundial a través de la deuda nacional del país y de profundos lazos económicos con China y Estados Unidos.

Ya conoces, entonces, algunos de los motivos por los que Japón sufre esta falta de interés en el sexo: fatiga laboral y una profunda desigualdad de género, que está afectando el país de un modo mucho más complejo del que podría parecer. ¿Crees que tomarán conciencia de lo que ocurre y empezarán a cambiar las cosas en el país del sol naciente? ¡Cuéntanos tu opinión!

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