Los símbolos, encierran en sus misteriosas e icónicas formas, grandes historias y profundos sentimientos a descubrir. Nos hablan de movimientos humanos, de exaltaciones, luchas y creencias. Sin duda, uno de los que más tradición dispone es este clásico círculo con una especie de aspa invertida en su interior. Solo con verlo nos hace pensar en los años 60 y en los hippies, recordamos a John Lennon y su «Imagine». Lo asociamos a viejas camisetas que fueron a cien manifestaciones, que corrieron delante de algún que otro policía intentando dispersar aquellas protestas por las armas nucleares, por las guerras siempre incomprensibles, pero siempre presentes.

Seguro que hasta tú mismo tienes este símbolo en algún objeto, o en alguna pieza de ropa. Pero ¿te has preguntado alguna vez por su origen? Hoy en Supercurioso queremos recordarlo, porque seguro que hay algún matiz en la historia que te parece interesante.

El símbolo del desarme nuclear

Símbolos de la paz. Solo con decir esta palabra lo más seguro es que de inmediato te venga a la cabeza la clásica paloma de la paz con una ramita de olivo en su pico. Esta imagen tuvo su representación tras las dos guerras mundiales, tras esos dos momentos devastadores para la humanidad donde dicho símbolo, tiene su origen en el Viejo Testamento, cuando Noé suelta una paloma blanca con el fin de encontrar tierra tras firme tras el diluvio. Al cabo de un rato, el animal regresa con una rama de olivo, signo de que el desastre había finalizado y de que Dios, estaba de nuevo en paz con la humanidad.

A finales de los años 50, cuando el mundo ya se había recompuesto más o menos de esos dos desastres, la irracionalidad humana se alzaba de nuevo en forma de superpotencias mundiales con ansias de poder. Enfrentamientos en los cuales se veían obligados a desarrollar armas destructivas con las cuales dar una imagen de fuerza y supremacía. Y qué mejor que las armas nucleares. El mundo necesitaba pues un nuevo símbolo de la paz, un gesto gráfico con el cual exclamar la conciencia y el grito de millones de personas que solo pedían el equilibrio y la tranquilidad de una vida lejos de las bombas nucleares.

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Se pedía pues, un símbolo que representara el desarme. ¿Y quién fue el encargado de diseñarlo? Un artista británico: Gerald Holtom, ex alumno de la Royal College of Arts,  que en 1958 presentó al mundo un dibujo muy simple con el cual, identificar al movimiento CND (Campaign forn Nuclear Disarmament). Para crearlo se basó en una idea que tenía en mente, debía ser un icono muy sencillo. Muy elemental y a la vez ilustrativo. Utilizó las iniciales N y D de «Nuclear Disarmament» basado en el lenguaje de banderas creado por los militares. A su vez, las posiciones de estas banderas representaban también a un hombre a punto de ser ajusticiado con las manos levantadas, como clamando piedad. De hecho, Holtom, pensó en ese campesino que aparece en el cuadro de los «Fusilamientos del 3 de mayo» de Goya frente a un batallón.

Un símbolo que dio la vuelta al mundo

Puede parecer curioso, pero para muchos, este símbolo no era nuevo. John Dalton, por ejemplo, químico y físico británico del siglo XIX ya lo utilizaba para representar al fósforo. Y aún más, hay quien asocia un reverso algo siniestro al símbolo de la paz de Gerald Holton. ¿Y cómo puede ser? te preguntarás. En efecto, fue en tiempos Nerón cuando en su locura y persecución, utilizó un símbolo«algo parecido» para atacar al cristianismo: una cruz invertida. Imágenes conspiranoicas que nos desvían un poco de esa imagen original y de tan nobles propósitos.

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El símbolo de Gerald Holton pronto se convirtió en icono. Se dice que la popularización en Estados Unidos se debió al famoso activista Albert Bigelow, quien lo pintó en su barco para alzar una dura protesta contra las armas nucleares. También se habla de Bayard Rustin, amigo de Martin Luther King, que lo utilizó también para defender los derechos civiles de los negros. Banderas, chapas, pintadas en muros y estaciones de metro, llaveros, anillos, colgantes, insignias en campus universitarios… su avance fue imparable, alzándose como un grito proclama que enfatizaba la paz, una paz en aquel contexto de Guerra Fría y guerras como el Vietnam, que sirvió de icono para todos aquellos jóvenes y no tan jóvenes a los que llamaban hippies. 

Un símbolo que no reclama derechos de autor y que todos podemos hacer nuestro para pedir algo tan universal como el derecho a vivir en paz. El derecho a coexistir en armonía, unión y tranquilidad.

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