Hemos indicado en el título de este artículo la palabra «cuidado« porque es muy posible que el contenido de este tema pueda causarte algún que otro efecto secundario. ¿Piensas que es broma? En absoluto. El efecto McCollough fue descubierto y tratado por la psicóloga Celeste McCollough en el año 1965.

Fue ella quien se dio cuenta de que si exponíamos nuestra vista y centrábamos nuestra atención durante un periodo prolongado de entre 10 y 15 minutos en una imagen de rayas rojas y verdes, para después, mirar otro dibujo similar pero de franjas blancas y negras…. ocurría algo muy peculiar.

¿Quieres saber de qué se trata?  ¡Te lo explicamos!

¡Cuidado con esas franjas de colores!

Es muy posible que recuerdes la larga polémica sobre el famoso vestido de líneas blancas y azules, o negras y blancas, o grises y negras. Se convirtió en algo viral, en un pequeño enigma inocente que despertó la curiosidad en todo el mundo y que, de algún modo, se explicaba precisamente por el efecto McCollough.

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El juego, o el experimento, es el siguiente: si uno mira durante 15 minutos una rejilla horizontal roja, y otra en líneas verticales de color verde, sufriremos una curiosa alteración visual, si después, miramos otras rejillas dispuestas únicamente en colores blanco y negro. Lo que ocurrirá será lo siguiente: lo veremos en tonos rosáceos.

Los expertos nos dicen que si estuviéramos horas y horas mirando ese panel de rojos y verdes, las consecuencias podrían ser bastantes graves, hasta el punto de sufrir alteraciones en la percepción del color a lo largo de tres meses. Cabe decir que en esos años 60 cuando Celeste McCollough describió este efecto, aún no se conocían demasiado este tipo de procesos. No obstante, los psicólogos expertos en percepción, tienen a día de hoy una explicación sencilla sobre esto:

  • El fenómeno visual que sufrimos al mirar durante mucho tiempo las franjas rojas y verdes, no se da en la retina, sino en nuestro cerebro.
  • Después de mirar durante mucho tiempo ese estímulo visual tan intenso de colores rojos y verdes, si después descansamos la vista en un panel de lineas blancas y rojas, el cerebro al ver ese vacío de colores lo compensa añadiendo los suyos propios, de ahí que los rellene «añadiendo» el rosa.
  • Se trataría, por así decirlo, de una adaptación de la corteza visual y la temporal, de acuerdo a la orientación de las figuras y los colores.

¿Te gustaría experimentar por ti mismo este fenómeno? Insistimos una vez más que de hacerlo, debes cuidar mucho el tiempo de exposición. Nunca mires las figuras más de 15 minutos.  ¿Preparado?

1. Observa durante 2 minutos esta figura, dedicándole un minuto primero a la parte verde y otro a la parte roja.


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2. ¿Ya lo has hecho? ¡Excelente! Ahora, descansa tu vista en este panel de franjas blancas y negras y explícanos si ocurre algo en tu percepción.

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3. No te asustes, según los expertos el proceso se puede revertir si fijamos la atención unos minutos en una imagen con los mismos colores pero en diferente sentido.

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¿Qué has notado? No dudes en dejarnos tus comentarios y sobre todo, en no prolongar durante mucho tiempo este tipo de experimentos si no deseas que tu realidad se vea ligeramente deformada, como lo que le sucede a las personas que sufren el curioso síndrome de Alicia en el País de las Maravillas. ¡Descúbrelo!