En la tragedia del Titanic perecieron 1514 personas y únicamente consiguieron sobrevivir a la catástrofe poco más de 700. La mayoría de supervivientes consiguieron subir a los escasos botes salvavidas de que dispusieron, pero uno de ellos, el que se cree que fue el último en botarse, quedó a la deriva. Acompáñanos a conocer el terrible descubrimiento en el último bote del Titanic y qué les ocurrió a los que se encontraban en él.

El último bote del Titanic

El 13 de mayo de 1912 los tripulantes del RMS Oceanic divisaron en mitad del océano lo que les pareció un bote salvavidas. Varios marineros junto al médico de abordo remando en una barca se acercaron y descubrieron horrorizados que contenía 3 cadáveres en avanzado estado de descomposición y que era, sin ninguna duda, uno de los botes salvavidas del Titanic, el «plegable A». Se encontraba a 300 km. del lugar del naufragio. ¿Qué le ocurrió? ¿A quién pertenecían esos tres cadáveres?

El terrible descubrimiento en el último bote del Titanic

El bote plegable A  fue el último que se lanzó al agua cuando el Titánic ya estaba prácticamente en posición vertical, en torno a las 2 de la madrugada. En él se cree que lograron subir unas 30 personas muchas de las cuales estaban en el agua helada.  Muchos de los pasajeros murieron esa misma noche y doce de los supervivientes se trasladaron al bote «D» antes de ser rescatados por el Carpatia, pero al parecer quedaron algunas personas sin ser recogidas, entre ellas dos ingenieros/bomberos del Titanic y el pasajero de Primera Clase Thomson Beattie.

El terrible descubrimiento en el último bote del Titanic

El bote quedó a la deriva y no fue rescatado hasta casi un mes después de la desgracia, los 3 hombres que se sabe con certeza que quedaron en él murieron posiblemente de hambre y frío en mitad de las aguas oceánicas. En el fondo del bote se encontró un anillo con la inscripción «Edward a Gerda» el anillo pertenecía a Gerda Lindell, pasajera de tercera clase que no consiguió alcanzar el bote A y murió en el intento. Su esposo Edvard Lindell recogió el anillo y lo guardó hasta que él también falleció de hipotermia esa misma noche y fue arrojado al agua. Testigos afirmaron que tras la muerte de su esposa y en unas pocas horas el cabello de Edward se volvió blanco. El anillo fue entregado a la familia de Gerda en Suecia que lo conserva en una caja fuerte y lo ceden cuando hay exposiciones sobre el Titanic.

El terrible descubrimiento en el último bote del Titanic

Los cuerpos estaban tan mal que según las descripciones de los pasajeros del Oceanic que vieron el rescate, los brazos se les desprendían al intentar cogerlos. Los marineros conservaban sus trajes y el caballero iba aún vestido de noche. Se trataba de  Thomson Beattie un canadiense de 36 años que había conseguido una gran fortuna con su empresa, la Haslam Land Co., y que viajaba en compañía de su socio. Los cadáveres recibieron un entierro marítimo, fueron envueltos en lonas y arrojados al mar.

El terrible descubrimiento en el último bote del Titanic

Cuánto tiempo consiguieron sobrevivir en el último bote del Titanic a la deriva es un misterio. Quizá fallecieron a las pocas horas o pudieron estar a la deriva durante algunos días esperando un rescate que llegó demasiado tarde. Si quieres conocer más historias relacionadas con el Titanic, te invitamos a leer:

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