Durante una clase de gimnasia particularmente dura, puede que te preguntes dónde irá todo el «peso» que estás tratando de perder. La respuesta: lo exhalas como dióxido de carbono.

¿A dónde va la grasa que quemas cuando haces ejercicio?

Casi la mitad del planeta está tratando de perder peso, ya sea haciendo deporte o probando dietas de algún tipo. Con ánimo de echaros una mano, nos preguntamos; ¿Podría entender cómo funciona el cuerpo humano, ayudaros a bajar los números de la báscula? Tal vez. Y por si acaso, aquí va…

Cuando quemas más calorías de las que consumes, tu cuerpo tiene que sumergirse en tu almacenamiento de grasa para obtener energía. Así es como la gente quema grasa y pierde peso. Tu cuerpo quema grasa mediante la oxidación de las moléculas que componen los triglicéridos que llenan las células de grasa: glicerol y tres ácidos grasos.

Según un estudio de 2014 publicado por el British Medical Journal, la mayor parte de la grasa que quemas se convierte en dióxido de carbono y agua. El proceso de quemar 10 kilos de grasa producirá 28 kilos de dióxido de carbono. Sorprendentemente, el 84% de la grasa quemada se convierte en dióxido de carbono y el 16% restante se convierte en agua.

«Teniendo en cuenta las altas tasas de sobrepeso y obesidad y el fuerte interés en este tema, hay una sorprendente ignorancia y confusión sobre el proceso metabólico de pérdida de peso entre el público en general y los profesionales de la salud por igual», escribieron los autores de este estudio de 2014.

Muchas personas, incluyendo médicos generales, dietistas y entrenadores físicos, creen que la grasa se convierte en energía o calor, lo que viola la ley de conservación de la masa, o que la grasa simplemente se convierte en músculo. Como te decíamos, ese no es el caso. Teniendo en cuenta cuánto tiempo y energía (¡y dinero!) se gasta en la pérdida de peso cada año, es bueno saber lo que realmente está sucediendo.

Eso sí, y esto es muy importante: Esto no significa que simplemente exhalar más te vaya a ayudar a bajar de peso (¡en absoluto!). Respirar, en sí mismo, no pone en funcionamiento la quema de grasa. Pero, como explican Rachel Feltman y Sarah Kaplan, del Washington Post, «el resoplido y el soplido que se produce durante un entrenamiento intenso estarán llenos de los dulces botines de la pérdida de peso».

¿Qué te parece? ¿Sabías cómo funcionaba el proceso de la pérdida de peso? Si te ha gustado este tema, no te puedes perder nuestro artículo sobre: ¿Sabías que la dieta cavernícola podría ser la mejor forma de perder peso?