Pocas piedras preciosas son tan deseadas y admiradas como los diamantes. Su brillo trasciende el mundo de los deseos, y su dureza, contrasta con la sutileza de su enigmática belleza. Los diamantes son algo exquisito que solo los más afortunados/as pueden poseer, pero dentro de los caprichos más estrambóticos y ansiados que puedan tener todos los amantes de los diamantes, estará sin duda esta pieza. La pantera rosa de los diamantes, nada más y nada menos.

Se trata del «Argyle Pink Jubilee», el Diamante rosa del Jubileo, y es la increíble pieza descubierta hace pocos años en Australia. Fascinante.

El Diamante rosa del Jubileo de la Reina Isabel II

El hallazgo fue anunciado por la multinacional Rio Tinto, propietaria de la mina Argyle de Kimberley, en Australia, donde ha sido descubierta de causalidad a pesar de estar trabajando en ella durante décadas y décadas. El diamante en sí, pesa nada más y nada menos que 12,79 quilates. Y dispone de un auténtico y sobrecogedor brillo rosado.

Los entendidos afirman que es un hallazgo único, y que, seguramente, no habrá otra pieza semejante.

Como ya te imaginarás el siguiente y obligado paso tras hallar un diamante de estas dimensiones es tallarlo. Porque es ahí donde reside la auténtica magia, el único modo de arrancarle el mayor brillo posible. A mayores lados, mejores destellos y efectismo. Será pues el tallador más experto y hábil del mundo el encargado de realizar tal afinada obra, se trata de Richard How Kim Kam, un joyero de Perth que lleva prácticamente toda su vida creando y diseñando lo más increíbles diamantes gracias a su arte como tallador.

El Diamante rosa del Jubileo de la Reina Isabel II tallado

Es aquí donde el increíble diamante rosa del Jubileo finalizará su peregrinación desde las mismas profundidades de la tierra, para después, ir directo hasta la casa de subastas donde alcanzará, seguramente, cifras astronómicas.

Pero llegados a este punto seguro que te estarás preguntando, ¿cómo se forma un diamante rosa? Y el secreto en realidad es muy sencillo. Los diamantes se forman a partir de carbono, presión y tiempo, mucho tiempo. Es así de simple. En cuanto al color, depende básicamente de las químicas que presente la piedra.

Otro dato curioso a tener en cuenta es que los diamantes transparentes son en realidad las piedras más puras química y cristalográficamente que existen. Sin embargo, los más buscados y los más caros son los que disponen de color, siendo los más deseados los de tonalidades rojas.

Todo un deseo prohibido lejos de nuestro alcance.