Los glaciares se derriten, el nivel del mar aumenta y las selvas se secan. El calentamiento global enciende chispas en la actualidad. Tras mucho tiempo y esfuerzo, este preocupante tema ha conseguido colarse en la opinión pública y en las agendas políticas. Sin embargo, los científicos predicen peores augurios cada vez, y las medidas políticas parecen no estar a la altura de lo que reclama la sociedad. ¿Era necesario llegar a estos límites? ¿Podríamos haber predicho el calentamiento global?

El hombre que predijo el calentamiento global ya en el siglo XIX. Y NO hicimos nada

Fue en el siglo XIX, concretamente en 1896, cuando el sueco Svante Arrhenius fue el primer científico en proclamar que los combustibles fósiles podrían acelerar el calentamiento de la tierra.

El origen de este descubrimiento se remonta a una pregunta que tenía en vilo a la esfera científica: Expertos como Arrhenius se preguntaban cómo era posible que la Tierra hubiese estado cubierta de hielo varios milenios atrás. Esta pregunta llevó al sueco a calcular que «si la atmósfera de la Tierra tuviera sólo la mitad de los niveles de CO2 que por entonces tenía, la temperatura en Europa sería de 4 o 5 grados más fría«, recoge Curiosity. Y lo  mismo ocurría en el sentido inverso: Si se agregaba CO2 al aire, como el humo de las fábricas procedentes de la industrialización, se podría elevar la temperatura de la Tierra. La explicación se resume en que el dióxido de carbono es un gas de efecto invernadero, por lo que al aumentarse su concentración en la atmósfera se produce el calentamiento global.

El efecto invernadero, en cambio, ya se conocía desde antes. En 1824, Joseph Fourier llegó a la conclusión de que la Tierra sería mucho más fría si no hubiera atmósfera:

«El efecto invernadero es  el calentamiento que se produce cuando ciertos gases de la atmósfera de la Tierra retienen el calor (…) es lo que hace que el clima en la Tierra sea apto para la vida». 

Durante miles de años, la temperatura ha sido medianamente estable en el planeta, lo que ha permitido que las sociedades se desarrollasen en lugares con climas constantes. El problema ha surgido en la actualidad, cuando la concentración de gases invernadero ha aumentado radicalmente. Este cambio drástico en el clima supondrá que muchos seres vivos no logren adaptarse y perezcan.

Entonces, si se conocía este problema desde el siglo XIX, ¿por qué no se hizo nada? Por desgracia, Arrhenius no consideró muy importante su descubrimiento. De alguna manera, era comprensible que no lo considerase un tema prioritario, pues el sueco estimó que si se seguía quemando carbón en la misma proporción que se hacía en 1986, la temperatura tardaría unos 3000 años en aumentar. Y, si eso llegaba a ocurrir, estaba convencido, al igual que el resto de la comunidad científica, de que los océanos serían capaces de absorver el CO2. Lo que no pudo pronosticar es que las sociedades modernas quemarían tantísima cantidad de combustibles fósiles tan solo cien años después.

Hoy en día, casi la totalidad de los comunidad científica asegura que este aumento en la concentración de gases de efecto invernadero ha sido provocada por la actividad humana. La deforestación y la quema de combustibles fósiles como el petróleo y el carbón son algunas de las actividades dañinas que están poniendo en peligro la fauna y flora del planeta.