Lo llaman el número divino, la proporción áurea o incluso el número de oro. Parece sin duda cosa de magia, pero es increíble saber que gran parte de nuestra naturaleza e incluso el propio tejido del universo parece estar ordenado de acuerdo a un número y a unas proporciones fijas y casi perfectas que muchos consideran que hacen parte de la geometría sagrada. Lo representamos con la letra griega «Phi» y tiene un valor cercano a 1,618. ¿Quieres algunos sencillos ejemplos de lo que estamos hablando? Fíjate en la forma de tu oreja, en las ondas del caparazón de un caracol, en la distribución de nuestro sistema solar o por qué no, en esa perspectiva casi secreta en muchos de los cuadros de Leonardo da Vinci o incluso de Botticelli. Increíble, ¿verdad? Interesante saber además que muchos científicos comentan incluso que el propio tejido espacio-tiempo estaría también marcado por el número divino. Por eso, en este artículo de Supercurioso te contaremos cuál es el número de Dios y algunas curiosidades sobre él.
El número de Dios: la proporción áurea
Intentaremos dar unas pinceladas sencillas sobre lo que es y lo que representa el número áureo. Para todos aquellos a quienes no se les den bien las matemáticas, basta con entender que es un número algebraico irracional, una expresión aritmética que a su vez, configura una “construcción geométrica”. Hay, por así decirlo, una proporción que se repite en esas líneas que dibujan el caparazón de un caracol o incluso en la curvatura de los colmillos de un elefante.
El número más bello del mundo, también llamado número de Dios, no es, pues, una unidad, sino una proporción que guardan entre sí dos segmentos de línea. Dicha proporción tiene, además, un carácter estético fácilmente identificable: Fíjate por ejemplo en los flósculos de los girasoles ¿A qué tienen una regularidad casi fascinante en su centro? Ahí lo tienes.
Ya sabes qué es el número de Dios, pero ¿De dónde proviene? ¿Cuál es su origen?
Para comprender la importancia del número de Dios y de la proporción áurea es necesario partir por comprender su origen, una de las grandes curiosidades matemáticas.
El estudio formal sobre el número de Dios comienza con Euclides, quien publicó los resultados en la famosa obra Los Elementos, tres siglos antes de Cristo. En dicha obra, Euclides define esta proporción como «una línea recta está dividida en el extremo y su proporcional cuando la línea entera es al segmento mayor como el mayor es al menor». Para el estudioso, entonces, la relación entre dos números positivos solo logra entrar en proporción áurea si (a+b) / a = a / b, lo cual implicaría que su relación se reflejaría en un número irracional y con infinitos decimales. En este caso, y como mencionamos anteriormente, el valor aproximado del número de Dios sería 1,618033988749.
A partir de ahí y muchos años más tarde, algunos otros expertos publicaron estudios sobre la proporción áurea. Entre ellos vale mencionar a Alberto Durero quién explica cómo trazar con regla y compás la espiral que se vincula a esta proporción; esto lo hizo en Instrucción sobre la medida con regla y compás de figuras planas y sólidas. Unas décadas después, Johannes Kepler desarrolló su modelo del sistema solar basado, también, en el número de Dios. Y, como si no fuera poco, en 1835 entra en escena el que se cree que fue el primero en referirse a este número con los adjetivos áureo o de oro: el matemático alemán Martin Ohm.
El número de Dios y su pariente más cercano: La sucesión Fibonacci
También hemos de señalar que el número áureo o el número de Dios está íntimamente relacionado a su vez con la sucesión Fibonacci, que no es más que una sucesión de números naturales que empiezan con un 0 y un 1 y continúa añadiendo números, los cuales son la suma de los dos anteriores. Aquí tienes el ejemplo:
0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144, 233, 377…
Así pues, si unimos esta sucesión aritmética con la representación geométrica del número áureo, obtendremos, la famosa espiral Fibonacci, que no es más que la imagen más clásica que representan estos dos conceptos: el número de oro y la razón áurea.
¿Por qué le dicen el número de Dios? Relación entre la proporción áurea y lo divino
Ahora bien, seguramente te preguntarás por qué se considera que este número es un número divino. Partiendo de la fascinación generada por la sucesión Fibonacci, en 1590 Luca Pacioli publicó La divina proporción, en la que explica las cinco razones por las que, para él, el número áureo es divino:
- La unicidad, la cual compara con la unicidad de Dios.
- El número de Dios se define por tres segmentos de recata. Para Pacioli esto se relaciona directamente con la Trinidad Divina.
- Su inconmensurabilidad es comparable con la Dios.
- Es un número autosimilar, lo que se relaciona con la omnipresencia e invariabilidad de Dios.
- Para Pacioli, el número áureo dio ser al dodecaedro, a través del cuál Dios dio ser al Universo.
A partir de allí nacieron otros factores para considerarlo divino. En primer lugar, su omnipresencia en la naturaleza, ya que muchos afirman que este se encuentra presente en cada uno de los elementos que conforman el ambiente natural; sin embargo, se ha comprobado que esta afirmación es una exageración ya que hay millones de plantas, animales y galaxias que no se ajustan a ella. Empero, la sola afirmación llevó a pensar que el número de Dios era una manifestación de la misma naturaleza, por lo que era representación de la belleza divina.
Ahora bien, gracias a todo lo anterior, la proporción áurea también obtuvo la fama de ser capaz de realzar la belleza y la armonía. Esta es la razón por la que, a lo largo de la historia, se incluyó en algunas obras artísticas y arquitectónicas, muchas de las cuales se vinculaban a la Iglesia y a la religión cristiana.
Curiosidades sobre el número de Dios que, de seguro, querrás conocer
- ¿Adivinas quienes descubrieron la existencia de esa proporción? Has acertado, los griegos, y en concreto Euclides, uno de los primeros en hablar de esta idea geométrica en su obra “Elementos”.
- En la Biblia también encontramos una interesante referencia al número áureo. ¿Imaginas donde? Cuando Dios le da las medidas a Moisés para que construya el Arca de la Alianza, le indica unas proporciones, que según los expertos, se incluirían dentro los números de la sucesión de Fibonacci, y que se acercarían mucho a la proporción áurea.
- Te sorprenderá saber también que según un ginecólogo Belga, Jasper Veguts, se puede saber si el útero de una paciente es normal viendo sus medidas y calculando si su altura y anchura se acercan, precisamente, al número áureo. Te dejamos el link del estudio para que profundices en su investigación si lo deseas.
- Otro dato interesante publicado en el 2014 por la revista «South African Journal of Science», es que según un grupo de investigadores, entre los que se incluyen desde biólogos hasta astrofísicos, podríamos llegar ya a aceptar la idea de que tanto la relatividad como las teorías cuánticas podrían relacionarse a su vez con esta constante matemática, la cual podría aplicarse también al concepto espacio-tiempo, increíble, ¿verdad? Como ves, los estudios sobre el número áureo parecen no tener fin.
Así es como llegamos al final de nuestro artículo sobre el número de Dios. Sin embargo, antes de que te vayas queremos preguntarte: ¿conocías sobre la proporción áurea? ¿Tenías clara su vinculación a lo divino? Déjanos saber todas tus opiniones, aquí abajito, en la sección de comentarios, ¡estaremos esperando por leerte!