Hay dos cosas que resultan sorprendentes en el llamado pozo de Jacob, en Cypress Creek, Texas. La primera es su belleza, ese reflejo azul metálico donde uno se asoma con indefinible fascinación, como si ahí, se contuviera el mismísimo pozo de los deseos… Es un manantial kárstico, bajo el cual, se abre una profunda cueva submarina.

El segundo aspecto que sorprende, es que el acceso es completamente libre, como libres son de lanzarse a este pozo todo aquel que lo desee. Adultos y niños. Y es costumbre hacerlo mediante lo que llaman, «el clavado mortal», es decir, tirarse con el cuerpo recto desde una altura considerable. Pero Jacob, es traicionero, embelesa con su belleza cálida, cuando en realidad, es un devorador de hombres. Son ya ocho las personas que han fallecido en sus aguas, y a pesar de ello, no hay día que no reciba nuevas visitas.

El traicionero agujero azul del pozo de Jacob

Todo el mundo sabe que zambullirse en el pozo de Jacob es peligroso. Como lo es practicar submarinismo en esta zona. Ese pozo está formado por unos 10 metros que descienden de forma vertical, para terminar en varias cámaras muy estrechas que derivan en unas cuevas subterráneas de 40 metros más de profundidad. Todo un complejo y fascinante complejo acuático, donde cada año, ocurren varios incidentes. De hecho, son ya 8 las muertes que aquí se han sucedido.

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No obstante, nadie tiene miedo. Al contrario. A los turistas les fascina lanzarse a este agujero natural desde una buena altura, desde la cual caer verticalmente. Una subida de adrenalina tan gratificante, que no pueden evitar repetirla una y otra vez. Y otra más… Aunque eso sí, algunos pocos prefieren disfrutar de este escenario con más calma, sin asumir riesgos, disfrutando de uno de los tesoros geológicos naturales más importantes de Texas.

EL pozo forma parte de un maravilloso legado cultural e histórico del Valle de Wimberley, ahí donde solían reunirse los nativos americanos, también los primeros colonos. Todos deleitándose de ese rincón único protegido por generaciones y generaciones, en paz y tranquilidad. Ahora bien, en los últimos años ese equilibrio natural se ha visto turbado por grupos más jóvenes que llegan ahí para retarse los unos a los otros. .

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Cuando uno se asoma al pozo de Jacob, se sorprende por la calma de sus aguas siempre trasparentes. Pero cuidado, porque es un engaño, esas aguas cristalinas no muestran en realidad la roca viva que hay en las esquinas, o esas curvas donde se abren pasadizos internos. Son muchos los que creen que el pozo de Jacob es una abertura recta a lo largo de 10 metros… y no es así. Son varios los que han perdido la vida en esas caídas, otros, quedaron atrapados en las cuevas subterráneas mientras hacían submarinismo. Hay entradas tan estrechas donde es frecuente que no se perciban, hasta que es demasiado tarde.

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Belleza y riesgo en este escenario único que, sin lugar a dudas, merece la pena visitar, pero eso sí, sin asumir riesgos. Para darte un ejemplo de su atractivo, te dejemos este interesante vídeo, y te recomendamos un nuevo artículo, el asombroso pozo de Thor.