Gabriele Münter fue una artista brillante, catalogada por la crítica como un “genio”, y otra de las mujeres que se suman a la lista de «olvidadas», de haber sido ensombrecidas por el pensamiento de la época en la que estaban destinadas a crear y a cambiar la historia del arte. Las obras de estas mujeres logran enmudecer el ruido de machismo existente por aquel entonces, de los que todavía padecemos los restos como sociedad heredera de ellos. Gabriele Münter merecía ser reconocida por derecho propio, aunque pasó a la historia a menudo por ser sólo la aprendiz y pareja de Kandinsky (aquí puedes consultar algunas Frases de Kandinsky para conocer mejor al artista). En Supercurioso, sin embargo, creemos que estamos a tiempo de hacerle justicia compartiendo contigo su inspiradora historia.

Gabriele Münter, la artista olvidada tras la figura de Kandinsky

gabriele munter

1. Breve biografía de Gabriele Münter

Gabriele Münter recibió sus primeras lecciones de arte en la Damen-Kunstschule (Escuela de arte para damas) en Düsseldorf y luego asistió a la Society of Woman Artists. Más tarde, se fue a Munich, donde visitó la escuela de arte privada «Phalanx», dirigida por Wassily Kandinsky. En su vida siempre fueron protagonistas los viajes y cambios de residencia. En 1904, Münter y Kandinsky comenzaron a viajar juntos: a Holanda, Italia, Francia, donde conocieron a Rousseau y Matisse

Estilísticamente, en ese momento, se distanció del impresionismo y sus obras comenzaron a mostrar influencias fauve y expresionistas. En 1909, la artista comenzó a pintar vidrio, un medio que luego sería adoptado (o copiado) por Kandinsky. Cuando estalló la guerra, Gabriele Münter y Kandinsky se mudaron a Suiza al principio. Münter, sin embargo, decidió un año más tarde ir a Estocolmo. Viajó mucho durante la década de 1920 y pasó un tiempo en Munich, Murnau, Colonia y Berlín.

Después de 1931, pasó la mayor parte de su tiempo en Murnau y Munich. En 1956 recibió el Premio de Cultura de la Ciudad de Munich. El año 1960 presenció  la primera exposición de la obra de Münter en los Estados Unidos, seguida en 1961 por una gran exposición en el Mannheim Kunsthalle.  Gabriele Münter murió en su casa de Murnau el 19 de mayo de 1962 con apenas algunas exposiciones en su haber.

2. Gabriele Münter y Kandinsky

Gabriele Münter era la compañera de Wassily Kandinsky en la vanguardia pictórica en igualdad de condiciones, de hecho, en ocasiones sus pinturas difícilmente se podían distinguir. Pero ella fue catalogada desde el principio meramente como su aprendiz y amante, en lugar de su colega. Después de que su relación terminara, él alcanzó renombre mundial, y ella dejó de pintar por mucho tiempo.

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«A los ojos de muchos, yo solo era un acompañamiento innecesario para Kandinsky», recordó. «Es muy fácil olvidar que una mujer puede ser una artista creativa con un talento real y original». Ella era una valiente y tomaba riesgos, como cuando pintó en vidrio; jugaba para probar cosas nuevas y estaba siempre dispuesta a fracasar. Sin embargo, su entusiasmo por experimentar y crecer no ayudó a mejorar su reputación, ya que la versatilidad en un hombre es una marca de imaginación súper dotada y en una mujer es inútil e innecesario.

Después de su estadía en Estados Unidos, Münter regresó a Alemania, conoció a Kandinsky y se comprometió para siempre con el arte, entregándole su vida. Tanto, que arriesgó su vida en la guerra por salvar las obras de Kandinsky y de otros pintores hombres. De hecho, gracias a ella conocemos muchas de esas pinturas. Su relación, desde el primer momento, los alimentó y nutrió en su intimidad creativa y emocional. Pasaron el verano en Murnau, cerca de Múnich, donde  experimentaron en la observación y la invención para transformar una bonita ciudad en radiantes colores. Compartían el proyecto de captar la naturaleza y, al mismo tiempo, ayudaban a fundar Der Blaue Reiter, pero Kandinsky siempre fue un adepto a reclamar el crédito exclusivo.

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3. Separación de Kandinsky

Al estallar la guerra en 1914, Gabriele Münter se mudó con Kandinsky a Suiza, pero en ese álgido momento su relación se estaba volviendo cada vez más complicada: un día él podía pedirle que se casaran, y al siguiente se quería separar. Se reunieron por última vez en Estocolmo, en diciembre de 1915. Nunca se volvieron a ver. En la primavera de 1917 Münter se sorprendió al escuchar la noticia de que Kandinsky, de 51 años, se había casado con una rusa de 24 años, Nina Nikolayevna Andreevskaya.

El shock, la decepción, el olvido y quién sabe cuántas cosas más le hicieron abandonar la pintura durante casi una década. Kandinsky permaneció casado con su nueva esposa hasta su muerte en 1944, dejándole todo en su testamento. Gabriele moriría en 1962.

Las historias de tantas mujeres ensombrecidas deben seguir contándose. Gabrielle Münter fue brillante, valiente y muy astuta; tanto, que salvó la obra del hombre que le robó tanta luz en vida. Su notable producción artística ha recorrido el mundo y forma parte de los mejores museos. Donde quiera que esté Gabriele Münter, se puede sentir orgullosa de su legado en proceso de salvación. Cuéntanos, ¿conocías a esta increíble artista? Te invitamos a conocer su obra y dejarnos tus comentarios. ¡Nos encanta leerte!