La historia de George y Willie Muse es una de las más conocidas en cuanto a personas que pasaron gran parte de su vida en el circo. Podríamos decir que ya desde el momento en que llegaron al mundo y se descubrió su singular aspecto, la mala suerte y la maldad humana alargaron sus zarpas para atraparlos, pero el desenlace que tuvieron finalmente sus andanzas, es algo muy sorprendente y que seguro te llama la atención. ¿Estás listo para conocer las vivencias de los «hermanos de marte» o, los también llamados, «caníbales ecuatorianos»? Pues, empecemos.
¿Quiénes fueron George y Willie Muse?
Ya en otros artículos te hemos contado acerca del trastorno del albinismo, esa delicada condición en la que se producen alteraciones genéticas del sistema de pigmentación de la piel, los folículos pilosos y los ojos. Pues justamente fue esta la condición que marcó las vidas de George y Willie Muse. Pero estos dos hermanos no solo eran albinos, sino que además eran negros. Aquello elevaba de manera notoria su rareza, y, por lo tanto, la crueldad a su alrededor. Recordemos que aún hoy, la condición de los negros albinos en África es de una dureza extrema, llegando a ver a quienes padecen de albinismo como seres malditos por Dios, castigados por malos actos realizados en vidas anteriores.
Nacidos en la década de 1890, George y Willie Muse fueron vistos por casualidad por unos cazarrecompensas. Viendo la particularidad física de aquellos niños de nueve y seis años, pensaron que serían todo un gancho para atraer dinero en el mundo del circo. Y no lo dudaron: los secuestraron y posteriormente, los vendieron. Los hechos ocurrieron en 1899, en la región de Truevine, Virginia, al sur de los Estados Unidos, y en una época en la que los negros tenían poco o ningún derecho.
Fue así como los hermanos George y Willie Muse crecieron pensando que sus padres habían muerto, y que el mundo del circo tan solo les había querido dar una segunda oportunidad. No recibieron ninguna educación, cariño o cuidados adecuados. Se les obligaba a dejar crecer el cabello, de forma que sus rastas de cabello rubio casi blanco, les diera un aire más sobrenatural, más salvaje.
Explotados por la industria del circo
El secuestro sería tan solo el inicio de la historia de George y Willie Muse como prácticamente esclavos del circo. A principios del siglo XX, el director de circo Al G. Barnes se sirvió de ellos para crear un espectáculo donde ambos chicos debían hacer de caníbales ecuatorianos blancos. Se les llamó Eko e Iko. No obstante, después de varios tours, se dieron cuenta de que el espectáculo no gustaba demasiado, así que crearon otro: debían ser «embajadores de Marte».
Se les obligó a tocar un instrumento, la mandolina. De esa forma algo ridícula, el público, entre risas y asombro disfrutaba enormemente de aquella esperpéntica actuación. Y la compañía gano dinero, mucho dinero, altas cantidades de las cuales, los hermanos Muse jamás vieron un dólar. En 1927, empezaron a trabajar para la famosa compañía circense «Ringling Brothers and Barnum & Bailey Circus», momento en que la casualidad, les trajo por fin algo bueno: su madre finalmente les localizó. Levantó cielo y tierra, demandó pública y legalmente al circo, y al poco tiempo, los dos jóvenes fueron «liberados».