Cuando hablamos de qué es el albinismo, nos enfrentamos con una enfermedad que nos expone a una realidad muy compleja. Se trata de una patología genética que se define por una hipopigmentación de la piel, del pelo y de los ojos. La falta de melanina viene acompañada por una extra sensibilidad a la luz solar, lo que deriva en no pocas enfermedades de la piel. Pero, más allá de las consecuencias físicas del albinismo, que son muchas, también se suman las terribles consecuencias sociales, psicológicas y emocionales. Y el caso de la modelo Thando Hopa bien lo pone de manifiesto. Hoy en Supercurioso te contamos su historia.

En primera instancia, habremos de reconocer que vivimos en un mundo dominado por los estereotipos. Estamos acostumbrados a definir con bastante estrechez lo que consideramos bello, y todo lo que se separa demasiado de esa línea es visto como raro, y no es fácilmente aceptado. Hay entornos sociales en los que esto se maxifica, generando severos problemas a las personas que simplemente tienen características o condiciones diferentes. Para Thando Hopa, el modelaje ha sido la mejor manera de comunicar el infierno que representa para una persona albina, nacer y vivir en África.

¿Quién es Thando Hopa?

albinos en África

En el pequeño universo de los albinos famosos, el nombre de Thando Hopa llama mucho la atención. Se trata de una de las pocas modelos albinas de raza negra que existen en el mundo. Su imagen ha cautivado en pasarelas y revistas de moda por igual, en virtud de gozar de un hálito delicado, un aura incluso sobrenatural que la hace destacar entre la multitud. Pero lo que en el complejo y estrecho mundo de la moda es visto como una característica para cotizarse mejor, en la vida diaria del continente africano es una verdadera tortura.

Thando Hopa es sudafricana, tiene 24 años y además de modelo, es abogada. Quizá por ello y haciendo un buen uso de su posición pública, aprovecha siempre que le es posible para dar voz a un problema terrible que sucede en su país y que no todos conocen. Ser albino en África es poco más que una maldición y una condena. No solo han de hacer frente a un sol que hiere su piel y merma su salud, sino que, además, deben vivir con el miedo impreso en su corazón, rezando para que no los maten o los mutilen.

Los albinos en África son tratados como una simple y vulgar mercancía. Tal como tratan a los cuernos de un rinoceronte o el marfil de los elefantes. Los brujos locales piensan que la piel, los órganos y la sangre de un albino atraen la suerte y la prosperidad. Esta creencia barbárica motiva actos oscuros e inconcebibles que poco a poco, van saliendo a la luz.

Visibilizando la maldición de ser albino en África

Thando Hopa

Thando Hopa ha usado su posición de referente en el mundo de la moda, para comunicar sobre la inmensa dificultad diaria de ser albina en África. La mayoría de las personas que nacen con esta condición tienen problemas de visión y no todos pueden disponer de unas buenas gafas de sol. Sin contar que son mucho más sensibles a la luz y que continuamente deben hacer frente a horribles quemaduras e incluso al cáncer de piel.

Ella tuvo suerte, su entorno social y familiar le permitió mantenerse alejada de esos escenarios más tribales como Tanzania o África oriental, donde cada año, son asesinados muchos de los albinos que puedan encontrar en todos esos pequeños poblados. Hay quien piensa que nacer albino es una maldición de Dios, debido a un acto que cometieron los antepasados de esa persona, de ahí que quede la marca de pecado en su piel.

El valor de una persona albina viva o muerta

albinos en África

Los discursos y comunicaciones de Thando Hopa han permitido difundir en el mundo entero una realidad tan espantosa como impactante. En estas regiones tribales de África, un albino vivo no vale nada, son menos que una piedra y se les llama «zeru-zeru», es decir, hijos del Diablo o fantasmas. Ahora bien, un albino muerto vale lo mismo que una bolsa de diamantes. Son talismanes. Ya puedes deducir lo que esto significa.

El problema es que muchas organizaciones suelen albergar en sus instalaciones a todos esos niños albinos que han sido repudiados por sus padres y por su gente, siendo habitual que puedan tener cuatro o cinco personas con estas características. ¿Cuál es entonces la consecuencia? Que sean atacados por las noches por hombres organizados para cortarles brazos, piernas o dedos, trofeos de personas albinas que serán pagados generosamente por todos esos brujos y personas enloquecidas con mentes retrógradas.

Son muchos los niños albinos africanos que deben aprender a vivir con esas mutilaciones, aunque en el fondo, podrían sentirse relativamente afortunados, porque lo habitual es que sean asesinados. De ese modo, obtienen muchas «más piezas» para comerciar. Es crudo, pero ésta es la realidad que al día de hoy se vive en muchos países de África, y que Thando Hopa se ocupa en visibilizar. El fetichismo y la superstición siguen muy hendidos en las tierras de este continente, donde nacer albino es la peor de las maldiciones.

La mayoría de los ataques se producen en Tanzania. ¿La razón? Aquí la población de albinismo supera en 15 veces el promedio mundial. Los científicos no saben a qué se debe, pero sospechan que pueda ser por el origen de los primeros «fundadores» de esta región, ahí donde debió producirse algún tipo de mutación. No queda claro. Sea como sea, es un problema que no parece tener solución, de ahí que voces como la de esta modelo, clamen ayuda para poner en evidencia estos actos que cada año se lleva la vida de numerosas personas del modo más salvaje e inconcebible.

Y tú, ¿Conocías la historia de Thando Hopa? ¿Quizás la has visto en alguna portada de revista o como imagen de un producto? Pues más allá de su carrera como modelo, es su activismo por las personas albinas lo que más se destaca e esta valiente mujer africana. Y es que el reconocimiento y el respeto a las diferencias es la única vía para construir un mundo justo. Si te ha gustado este tema, no te pierdas esta selección de las mejores frases para promover la igualdad y el respeto entre las personas.