Desde que se descubrió la música, y de la mano con las transformaciones sociales que desde el inicio la rodean, han surgido toda clase de ritmos, melodías, cantos y bailes que, poco a poco, se han convertido en imprescindibles. Y aunque no todos los bailes cambiaron la historia, algunos han logrado trascender y convertirse en referentes primordiales para nuevas generaciones de músicos y bailarines, como es el caso de la salsa, el flamenco o el ballet. Este último será el protagonista de nuestro artículo de Supercurioso, en el que te presentaremos los datos más interesantes sobre la historia y origen del Ballet; si quieres conocerlos, ¡continúa con nosotros!

¡Demos el primer paso! ¿Qué es el ballet?

Seguramente has escuchado hablar del ballet, pero ¿realmente sabes lo que caracteriza a esta danza? Para ahondar en la historia del ballet comenzaremos por ahí.

El ballet clásico es un tipo de arte escénico, en el cual se fusiona la danza, la música de orquesta, la actuación, el vestuario e, incluso, los relatos fantásticos. El ballet es un tipo de danza supremamente técnica que, a través de sus movimientos, refleja la elegancia y sofisticación propias de la cultura cortesana.

Las coreografías de esta danza se caracterizan por contar por tres etapas bien definidas: en primer lugar, Pas de Deux (movimiento lento); en segundo lugar, las variaciones en solitario y, en tercer y último lugar, un Pas de Deux final o de cierre. Además, es necesario recalcar que el ballet clásico generalmente cuenta una trama a través de la coreografía, la cual se ejecuta con música clásica.

Por otro lado, el ballet clásico incluye movimientos geométricos y posiciones que siempre parten de la verticalidad corporal.

A partir del ballet clásico surgen otras modalidades, como el ballet romántico, el moderno e, incluso, el ballet de acción o el acuático.

La historia y origen del ballet: Una de las danzas más famosas y admiradas del mundo

Uno de los aspectos fundamentales para sumergirse en el origen del ballet es entender de dónde proviene su nombre. El término ballet proviene del francés que, a su vez, se deriva del italiano balleto, diminutivo de Ballo y de su raíz griega que significa bailar.

Ahora bien, aunque la historia del ballet clásico es relativamente moderna, sí cuenta con una enriquecida colección de sucesos y transformaciones que lo han llevado a que, hoy en día, sea tan famosa y admirada.

El ballet clásico nace en las cortes monárquicas europeas y, por un buen periodo de tiempo, se mantuvo como un espectáculo privado.

El término fue utilizado por primera vez por el coreógrafo y compositor Balthazar de Beaujoyeulx, quien montó las primeras coreografías en 1572 para la boda de la hija de Catalina de Medici y luego para el nombramiento del duque d’Anjou como rey de Polonia. Fue así como el ballet y las artes italianas se introdujeron en las cortes francesas.

Ahora bien, aunque, en primera instancia, el ballet como danza surge en la Italia del Renacimiento, solo se concibe como tal y se identifica en el siglo XVI y en Francia. Fue allí en donde surge como profesión, cuando, en 1661, se funda la Academie Royale de Dansey se institucionaliza la danza.

El ballet como género teatral y el arte en movimiento

Con la institucionalización del ballet se crea la primera escuela de danza en la que se forma al artista desde el control total y absoluto del cuerpo. Sin embargo, en 1713, se da un giro importante en la historia del ballet: en este año, la danza pasa a ser un género teatral, lo que permite que salga del encierro y se posicione en los escenarios públicos.

Rápidamente, el ballet teatral se independizó del arte, lo que permitió que se diera a conocer en todo el mundo con la formación de nuevas empresas, como el Royal Ballet de Londres, el ballet de San Francisco, el American Ballet Theatre, el ballet de Nueva York o el Ballet nacional de Canadá, entre otros.

Debido a lo anterior, más tarde, a lo largo del siglo XIX, aparecen algunas de las piezas más importantes de la historia del ballet, muchas de las cuales siguen engalanando los escenarios de todo el mundo; entre ellas vale mencionar: El lago de los cisnes (1877), La bella durmiente (1890) y El cascanueces (1892).

Ya durante el siglo XX se desarrollaron estilos más diversos y con ciertas transformaciones, como el ballet neoclásico, el contemporáneo o el post-estructural.

La mujer en la historia del ballet: Una transformación romántica

Seguramente te estarás preguntando sobre el papel de la mujer en esta danza. Por ello, queremos hablarte del ballet romántico. Este es un punto de inflexión en la historia del ballet. Se sitúa a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, cuando surge propiamente el movimiento romántico.

Entre las características de este tipo de ballet, resaltan los movimientos etéreos y aéreos, así como el baile sobre zapatillas de puntas. Sin embargo, uno de los factores más relevantes del ballet romántico es el protagonismo que adquieren las mujeres. En este sentido, las bailarinas se convierten en el símbolo de ideal de belleza femenina: mujeres delicadas y refinadas. El primer y más famoso ballet romántico es La sílfide, la cual se estrenó en la Ópera de París en 1832.

Sin embargo, es necesario mencionar que la participación de la mujer desde la perspectiva del ballet romántico conllevó que se mercantilizara el sexo femenino que, eventualmente, perjudicaría el estatus de la danza dentro de la generalidad de artes.

El dominio del ballet: un arte internacional

A lo largo del siglo XIX, la historia del ballet cambia de escenario y se traslada de Francia a Rusia. Durante esta época, el Imperio Ruso asignó grandes presupuestos a la creación del Ballet de San Petersburgo y a sus diferentes espectáculos. Entre sus figuras claves, vale destacar a Marius Petipa, quien fue invitado a participar en el ballet ya antes mencionado, y al compositor Tchaikovsky, quien, en alianza con Petipa, crea obras de alto impacto como La bella durmiente, El cascanueces, Don Quijote y La cenicienta.

Y aunque el ballet ruso tuvo una importante repercusión, la danza también tuvo un desarrollo magistral en otros países, como Italia, Inglaterra y Dinamarca. En el siglo XX y XXI se fortaleció en Norteamérica y Latinoamérica, donde, además, se realizó un proceso de reapropiación y resignificación de la danza.

No queremos finalizar nuestro artículo sobre la historia del ballet sin recordarte que a pesar de los múltiples cambios que ha tenido la danza, cada una de las corrientes tiene la vista puesta en aquellas características que dieron origen al ballet clásico, entendiéndola como una suerte de tecnología corporal que parte del poder, el comportamiento y la fragmentación del cuerpo. El ballet se basa, también, en la significación del cuerpo como estatus social, ya que en él convergen prácticas, disciplinas, excesos y ausencias, así como normativas sociales y comunitarias.

Y tú, ¿conocías estos aspectos de la historia y origen del ballet? ¿Qué otro dato consideras importante sobre ella? ¡Estamos ansiosos por leerte!