¿Te imaginas experimentar la horripilante sensación de comer carne humana? La historia del canibalismo es extensa, y la encontramos en tribus recónditas como grito de victoria en la guerra o como honra fúnebre a los fallecidos. Pero el canibalismo real asociado a la supervivencia es muy distinto. No hay rituales que justifiquen las acciones. Tan solo la acérrima necesidad de sobrevivir en condiciones extremas. En las próximas líneas te contamos algunas historias de canibalismo de supervivencia que te helarán la sangre.
Las historias de canibalismo real que te helarán
1. La hambruna de Jamestown (1609-1610)
La primera de las historias de canibalismo real de la que queremos hablarte, es también de las más antiguas, y tiene que ver con la historia de Jamestown. Nadie dijo que la población de América fuera a ser fácil. La colonia de Jamestown, en Virigina, fue el primer asentamiento permanente inglés en las Américas.
El «Sea Adventure» un barco que debía llegar con comodidades y provisiones para Jamestown —donde la supervivencia era bastante complicada— perdió su rumbo debido a un huracán y su contenido no llegó hasta 9 meses más tarde a su destino. ¿Consecuencias? Una gran hambruna en Jamestown, agravada por el duro invierno de aquel año.
Los pobladores empezaron a alimentarse de ratas, gatos e incluso de su calzado. Únicamente 61 de los 500 colonos consiguieron superar este terrible periodo. Una vez llegaron las provisiones perdidas, Jamestown fue declarado un lugar no viable para la supervivencia.
No fue hasta el 2013 que, en una investigación arqueológica del asentamiento, se descubrió que los colonos no habían conseguido superar el hambre únicamente a base de animales y cuero. Entre los huesos de algunos animales también había otros humanos. Los arqueológos decidieron investigarlos y encontraron el cráneo de una mujer (de aproximadamente unos 14 años) con algunas incisiones, que demostraban que alguien había destrozado su cuerpo para obtener carne y acceder al cerebro para alimentarse de él.
Los antropólogos han determinado que, debido a la situación desesperada que vivieron los colonos de Jamestown, es posible que esta sea solo una de las historias de canibalismo que ocurrieron en este lugar.
2. La expedición de Sir John Franklin
La expedición de Sir John Franklin se suma a las más alucinantes historias de canibalismo real por supervivencia. Tenía el objetivo de realizar un viaje desde Inglaterra hasta el Ártico para realizar una exploración por esos territorios. Como habrás deducido, quien capitaneaba este viaje era Sir John Franklin, quien junto a 134 hombres, abandonó Inglaterra en 1845.
Esta misión no era la primera para Franklin, que ya había estado en tres expediciones árticas anteriores y poco sospechaba que este sería su último viaje. En esta ocasión debía cruzar el Paso del Noroeste, dirigiéndose hacia Asia. Sin embargo, pronto experimentaron una serie de fatalidades, la peor de ellas: quedaron atascados en el hielo justo en el Estrecho Victoria, en el Ártico Canadiense. Incapaces de localizar dónde estaban, Franklin y todos los hombres que lo acompañaban se dieron cuenta, al fin, de que estaban perdidos.
La Expedición Ártica de Franklin había tenido mucha resonancia en Londres, por lo que su desaparición terminó por ser notoria. Esto y la presión de las esposas de Franklin y sus hombres, hizo que en 1848, 3 años después de su partida, se enviase un equipo de rescate. Fueron muchos los barcos que salieron en su búsqueda, tanto ingleses como americanos.
En 1854, uno de los exploradores que habían salido en busca de respuestas, contactó con un grupo de inuits que aseguraban que durante el invierno de 4 años atrás, 40 hombres blancos se habían cruzado en su camino. Estos les compraron carne de foca, pero no fue hasta un año después que estos inuits volvieron a cruzarse con hombres blancos. Esta vez lo que encontraron fueron 30 cuerpos, según ellos habían sido destrozados como si fueran ganado. Para los inuits era evidente que no habían encontrado otra alternativa que no fuera una de las historias de canibalismo real más terribles.
Finalmente se encontraron sus cuerpos. Algunos en la costa de la Isla Beechey y otros en la Isla King William. En 1981 un grupo de científicos, con Owen Beattie, profesor de antropología de la Universidad de Alberta, a la cabeza, estudiaron los cuerpos hallados. Según los resultados, los grupos de cuerpos encontrados en la Isla Beeckey, que estaban enterrados, determinaban que habían muerto de neumonía, que les habría debilitado mucho, un estado que podría haber sido agravado por una intoxicación alimentaria, de la que también tenían signos. Sin embargo, los cuerpos encontrados en la Isla King William eran distintos. Tenían unas marcas de incisiones que indicaban canibalismo.
El escorbuto, las condiciones climáticas y la falta de una ropa adecuada para aquel territorio sentenciaron a toda una tripulación de exploradores que se vieron obligados a realizar canibalismo para tener una mínima posibilidad de sobrevivir. A pesar de que Franklin y su expedición fracasaron y de los rumores de canibalismo real, los medios de la época los presentaron a la sociedad como héroes.
3. El hundimiento de Medusa
Otra de las historias de canibalismo por supervivencia que debes conocer es la del hundimiento de Medusa. La fragata Medusa salió en 1816 de Rochefort hacia el Senegal. Encabezaba un convoy junto a 3 navíos más, el Loire, el Argus y el Écho. ¿Su misión? Aceptar el retorno de Senegal por parte de los británicos y pactar lo que se llamó «La Paz de París», representando a Francia.
El Medusa, en un intento de llegar incluso antes de tiempo, avanzó a toda marcha, y debido a la incompetencia de su capitán De Chaumereys, se desvió más de 150 km de su destino. No obstante, ese no fue su principal problema. El barco quedó, de pronto, atorado en un banco de arena. No había forma de moverlo y aún estaban a casi 100 km de la costa.
¿Qué hicieron los 400 pasajeros y los 160 tripulantes del Medusa? 17 miembros de la tripulación optaron por quedarse en el embarrancado navío, mientras que 250 personas, entre ellos el resto de la tripulación, usaron los 6 botes que había en el Medusa para casos de emergencia. ¿Qué ocurrió con los restantes? 146 hombres y una mujer fueron embarcados en un barcucho mal construido que se hundió una vez estuvieron todos a bordo. Aunque el capitán y la tripulación intentaron ayudarles, arrastrando el montón de madera, finalmente abandonaron a aquellos pasajeros y dejaron que el mar se los llevase.
¿Qué ocurrió con quienes estaban en los botes? Según Jonathan Milles, la situación empeoró muchísimo hasta el punto de llevar a quienes sobrevivieron «hacia las fronteras de la experiencia humana. Desquiciados, sedientos y hambrientos, asesinaron a los amotinados, comieron de sus compañeros muertos y mataron a los más débiles.»
Solo en la primera noche 20 hombres se suicidaron o fueron asesinados. Cuesta imaginar lo que pudo llegar ocurrir en el periodo de tiempo que pasó hasta que fueron rescatados, tras 13 días en alta mar. ¿Cuántos sobrevivieron? Únicamente 13 hombres, el resto pudieron terminar asesinados, tirados por la borda o devorados. Una muestra más de la reacción del ser humano en situaciones límite y una de las peores historias de canibalismo real que se han conocido.
4. El vuelo de los Andes
Y cerramos nuestro viaje por las historias de canibalismo real con el vuelo de los Andes. Este es el caso que nos resulta más cercano y que cuando llegó a los medios dejó una marca en todos y cada uno de nosotros, por su contemporaneidad y por la humanidad de aquellos que sufrieron tan terrible experiencia. Dicho esto, te contamos su triste historia.
1972, un avión militar, el vuelo 571 de la Fuerza Uruguaya, que salía de Montevideo y se dirigía a Santiago de Chile, se estrella en los Andes argentinos a 4000 metros de altura, junto con sus 40 pasajeros (entre ellos el equipo de rugby del colegio Stella Maris de Uruguay) y 5 tripulantes.
Eran 45 personas en el avión, de las cuáles 13 fallecieron o durante el impacto o poco después (debido a las heridas sufridas). 4 más fallecieron pasado un día del accidente y 8 días más tarde fallecía una mujer. La situación era desesperada.
Aunque se enviaron partidas de rescate, no conseguían localizar el lugar concreto del siniestro, algo que llevó a los supervivientes a pasar 72 días en unas condiciones tan terribles que cuesta hacerse una idea. Cabe añadir que, además, se produjo una avalancha que acabó con la vida de 8 de los 27 supervivientes que habían aguantado tras el accidente.
En una situación como esta y en un ambiente helado no había nada de lo que alimentarse. Nada, excepto los cuerpos de aquellos que habían fallecido. Decidir alimentarte de otro ser humano no es algo fácil en absoluto, nadie quiere hacerlo, pero en situaciones como esta la alternativa es la muerte. Una vez tomada la iniciativa marcaron unas reglas: ni familiares, ni mujeres.
Finalmente, dos de los supervivientes, consiguieron contactar con un arriero chileno, tras una dura caminata de diez largos días contactaron con la civilización. Una de las historias de canibalismo real más terribles, de la que se han hecho varias obras cinematográficas.
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