Vivimos en una época de comidas orgánicas, dietas macrobióticas y globalización alimentaria gracias a la cual podemos descubrir nuevos ingredientes y platos casi cada día; sin embargo, de vez en cuando, en medio de ese aluvión de fotografías de comidas deliciosas, ¿a quién no le apetece un simple pero perfecto huevo frito? ¿Quizás una tortillita?

El huevo ese alimento que está en todas nuestras cocinas, que utilizamos tanto para nuestros platos salados preferidos como para los postres más dulces, y aún así, desconocido en muchos aspectos. Hoy te desvelamos algunas curiosidades sobre este delicioso y nutritivo ingrediente que, probablemente no sabías.

¿Por qué unos son blancos y otros marrones?

Seguro que te lo has preguntado alguna vez, ¿a que sí? Es cierto que en nuetro país la mayoría de los huevos que se venden tienen cáscara marrón o, al menos, de un color pardo, sin embargo, en otros países como Canadá o Estados Unidos es más frecuente encontrarnos con huevos de cáscara blanca en los estantes del supermercado. La disferencia entre unos y otros es más sencilla de lo que imaginas.

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La diferente pigmentación de la cáscara de los huevos depende directamente del color de las plumas de las gallinas que los ponen: las gallinas de plumas blancas pondrán huevos con cáscara blanca, mientras que las gallinas con plumas marrones producirán aquéllos con cáscara marrón. Sencillo, ¿verdad?

De hecho, no sólo existen huevos blancos o marrones, sino que ciertas especies de gallina, como por ejemplo la Araucana, proveniente de Chile, los pone verdes y azules.

¿Cuáles son mejores?

Ciertos bulos dicen que las cáscaras blancas son más blandas que las pardas, pero realmente no hay ninguna diferencia real. La dureza de la cáscara variará según la edad de la gallina: cuanto más joven sea más dura será, independientemente de su color.

Aunque las características nutricionales son exactamente las mismas (pueden darse variaciones, pero no debidas al color, sino a la alimentación que ha recibido el animal), es cierto que el precio de los huevos con cáscara marrón suele ser un poco más alto que el de los blancos. Nuevamente, las razones son sencillas: las gallinas de pelaje marrón suelen ser más grandes y, por tanto, alimentarlas cuesta más. De ahí la diferencia de precio.

¿Por qué los tengo que guardar en la nevera si en el super están a temperatura ambiente?

La pregunta parece lógica, ¿no? ¿Es que nos quieren volver locos, o que en el supermercado no nos dicen la verdad? Pues no, tranquilos, todo tiene una explicación.

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Nos recomiendan que los mantengamos en el frigorífico porque con temperaturas frías mantienen mejor sus cualidades y durán frescos más tiempo. El hecho de que en las tiendas los tengan a temperatura ambiente se debe a que así, se dan menos contrastes de temperatura desde su recogida hasta su traslado al establecimiento, lo que reduce el riesgo de que puedan formarse hongos en su cáscara y el consiguiente contagio del huevo. ¿A que tiene su lógica?

Pues si la lectura te ha abierto el gusanillo de curiosidades del mundo de los pollos y gallinas, recuerda que hace poco ya te contamos algunas cosillas más.