El 17 de octubre de 1604 el astrónomo alemán Johannes Kepler (1571-1630) documentó la observación de una supernova que pudo verse a simple vista durante 18 meses. Los restos de este fenómeno hoy en día son conocidos como la estrella de Kepler (SN1604) y se trata de la única supernova observada por humanos que haya ocurrido en nuestra galaxia, apenas a 13.000 años luz de la Tierra.

La nueva Supernova de Kepler: 130 millones de veces más brillante que el Sol
Éstos son los restos que todavía se observan de la «estrella de Kepler»

Kepler, uno de los fundadores de la ciencia moderna, creyó estar observando el nacimiento de una nueva estrella, refiriéndose a ella como una Stella Nova, cuando en realidad estaba observando su fin, el estallido deslumbrante que llamamos desde los años treinta del siglo pasado, supernova.

La nueva Supernova de Kepler: 130 MILLONES de veces MÁS BRILLANTE que el Sol

En 2009 la NASA puso en órbita alrededor del sol un telescopio espacial con el nombre de este extraordinario astrónomo, con el objetivo principal de buscar planetas extrasolares que puedan ser similares a la Tierra (en dimensiones y en posición respecto a su estrella). Sin embargo, dos años después Kepler, haciendo honor a su nombre, detectó y registró una supernova en proceso, ocurrida a 1.200 millones de años luz de nuestro sistema solar. La explosión tuvo una duración de veinte minutos y recientemente la NASA realizó una animación del suceso que está recorriendo las redes sociales.

KSN2011d era una gigante roja, 500 veces más grande que nuestro sol, que antes de su muerte brillaba con una potencia 10.000 veces mayor que nuestra estrella, y que en pleno evento alcanzó a brillar 130.000.000 de veces más, dejando muy atrás todas las previsiones hechas por los astrónomos sobre las supernovas.

¿Por qué tanto interés en las supernovas? Pues porque estos eventos son también grandes fuerzas cósmicas de creación. Por ejemplo, elementos como el cobre, la plata o el níquel, son producto de las supernovas, y cuando se dice que somos “polvo de estrellas” es una absoluta verdad, porque la vida no sería posible sin estas gigantescas catástrofes estelares.

El descubrimiento de la información sobre la supernova, en el cúmulo de datos enviado por el telescopio espacial, fue realizado por un equipo espacial coordinado por el astrónomo Peter Garnavich, de la Universidad de Notre Dame (Indiana), y el estudio sobre la KSN2011d será publicado en la revista Astrophysical Journal.

Johannes Kepler hubiera estado fascinado por este descubrimiento, pero no sorprendido, como podría sugerirnos una de sus frases más conocidas:

“La diversidad de los fenómenos de la Naturaleza es tan grande y los tesoros que encierran los cielos tan ricos, precisamente para que la mente del hombre nunca se encuentre carente de su alimento básico.”

Te dejamos con un video de pocos segundos de la NASA de la explosión de esta Supernova, para que seas también testigo de la muerte de una estrella.

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