Tal vez aspectos como la elegancia o la educación tengan algo que ver con la riqueza o la posición social, pero desde luego la belleza no. A lo largo de la historia de la humanidad, han existido reinas que han deslumbrado por su encanto y dotes de seducción, como el caso de las egipcias Cleopatra y Nefertiti. Pero también han existido monarcas que, siendo inteligentes, estrategas, devotas o de gran corazón, no les fue dado el don de la belleza. En tiempos en los que los matrimonios eran concertados por alianzas de poder, el aspecto físico de la consorte no parecía tener demasiada importancia. Acompáñanos en Supercurioso a descubrir las historias de las reinas más feas de la historia, muchas de las cuales alcanzaron logros de envergadura.
Las 10 Reinas más feas de la Historia
1. Bárbara de Braganza
Iniciamos este recorrido por los casos de las reinas más feas de la historia con Bárbara de Braganza, la esposa de Fernando VI. La suya es una historia muy particular que seguro te sorprende: Mientras se negociaban los esponsales, la corte española pidió a la portuguesa que enviara algún retrato de la futura esposa. Pero el retrato no llegaba y todo eran excusas, y es que la pobre princesa tenía fama de ser la mujer más fea de Europa. Cuando el retrato llegó, fue con algunos retoques.
Sin embargo, la historia de amor entre Fernando VI y Bárbara de Braganza tuvo un final afortunado. Cuando el rey conoció a la joven, tan culta y refinada como él, acabó enamorándose perdidamente. Tan intenso fue el sentimiento que los unió, que el monarca murió de pena un año después del fallecimiento de su esposa. El amor es ciego, no cabe duda.
2. Isabel de Farnesio
Isabel de Farnesio, la esposa del rey Felipe V tampoco estuvo en la lista de princesas casaderas más bellas. Fue como consecuencia de un terrible ataque de viruela, que su rostro quedó afeado al extremo. Pero Isabel supo suplir su falta de gracia física, con otras cualidades como su delicada educación y una notable inteligencia, que le daba ciertas facilidades para manipular a a su gusto a los demás.
3. María Luisa de Parma
Otra de las reinas más feas de la historia fue la monarca que desposó al rey Carlos IV. Se trataba de María Luisa de Parma, de quien cuenta la historia que tampoco destacaba por su amabilidad. Ni siquiera los pintores de la corte, entre ellos Francisco de Goya, pudieron ocultar los poco atractivos rasgos de esta reina consorte. Eso sí, aun siendo tan poco agraciada, engañó a su esposo con uno de sus más importantes súbditos: su valido, Manuel Godoy.
4. Carlota Joaquina de Borbón
Tal como se dice que la belleza es hereditaria, parece que la falta de ella también. En el listado de las reinas más feas de la historia sumamos a Carlota Joaquina de Borbón, hija de los reyes María Luisa de Parma y Carlos IV. Aunque no destacaba por ser una mujer hermosa, ha de haber tenido otras grandes cualidades, pues sus súbditos le expresaban un amor incondicional, al punto de construir en su honor un lujoso palacio en Versalles, llamado la Arpía de Queluz.
5. María Amalia de Sajonia
María Amalia de Sajonia destaca en el listado de las reinas más feas de la historia, porque además se unió en matrimonio con Carlos III. Juntos formaron la que muchos investigadores calificaron como la pareja más fea del mundo. Aún así, la falta de belleza no les impidió llevar un matrimonio feliz. Estuvieron juntos durante veintidós años de unión, en los que engendraron trece hijos.
6. María Tudor
Y entre las reinas menos agraciadas, se hace indispensable nombrar a María Tudor, hija de Enrique VIII. Sin cejas y con una mirada apagada: un rostro amargo para una existencia no menos amarga. Fue repudiada y despojada de sus títulos por su propio padre. Además, durante su breve reinado, se ganó a pulso el sobrenombre de Bloody Mary, María la sangrienta, por las ejecuciones que ordenó por motivos religiosos. Durante sus escasos cinco años de reinado, sembró el terror especialmente en la población anglicana. Enfermiza y víctima de un par de embarazos psicológicos, la temprana muerte de María Tudor, a sus 42 años, contribuyó a mermar las persecuciones religiosas en Inglaterra, volviendo así las reformas protestantes.
7. Cristina de Suecia
Cristina de Suecia tampoco fue conocida por su belleza. Si bien se cuenta entre las reinas más feas de la historia, se destacó por su exquisita educación. Llevó la responsabilidad de la corona durante más de 20 años, convirtiéndose en una de las mecenas más importantes de su época y uno de los personajes más queridos de la historia sueca.
8. Margarita de Austria
Hija de Felipe IV de España, Margarita de Austria fue archiduquesa de Austria, princesa consorte de Asturias y Gerona, y duquesa consorte de Saboya. La belleza no fue un distintivo de su ser, sin embargo, logró destacarse por su intelecto, siendo considerada una de las mujeres más inteligentes y equilibradas de su época.
9. Isabel I de Inglaterra
Producto del controvertido matrimonio entre Ana Bolena y Enrique VIII, nació Isabel I de Inglaterra. Su vida estuvo marcada por los sucesos fuertes. Siendo Ana Bolena incapaz de darle al rey un hijo varón, éste la acusó de adulterio e incesto, ordenando su ejecución, cuando la pequeña Isabel tenía tan sólo tres años. Si bien se cuenta entre las reinas más feas de la historia, se destaca aún más por su particular vida. Llevó las riendas de la corona hasta el día de su muerte, y fue conocida como la Reina Virgen. En efecto, la monarca envejeció sin jamás contraer matrimonio.
10. María Luisa de Orleans
Y cerramos este listado de las reinas más feas de la historia, con la esposa del rey Carlos II de España, María Luisa de Orleans. No sólo destacó por su aspecto poco agraciado, sino por su desafortunada unión marital. La reina debía ser capaz, tal como era la costumbre de la época, de concebir un hijo varón que heredase la corona. Pero Carlos II, fruto de uniones consanguíneas, enfermizo, débil e incapaz de engendrar, no pudo fecundar a la reina. Por supuesto, el peso de la incapacidad cayó sobre ella, y no sobre el rey.
Las historias de vida de las reinas más feas de la historia, nos llevan por los más diversos escenarios. Desde casos de mujeres que terminaron siendo profundamente desdichadas, hasta algunas para las que el aspecto físico no representó ningún obstáculo hacia la felicidad. Después de todo, tal como dice una de las más célebres frases sobre la belleza, ésta se encierra sólo en los ojos de quien la admira.