Todos hemos notado cómo la luna «cambia» su forma e incluso su tamaño. Sabemos que esto se da de acuerdo a las denominadas fases lunares y que además, las curiosidades de la luna pueden ser tantas que algunas no tienen explicación. Pero en Supercurioso queremos contarte una de ellas: ¿Cuál es el significado de los colores de la luna? y sobre todo, ¿por qué la luna cambia de color? Te sorprenderá saber que existe una razón científica para cada color. ¡Acompáñanos!
Los colores de la Luna
Seguramente Neil Armstrong cuando pisó por primera vez la luna, no notó su color; porque él a centímetros de ella no podía ver lo que nosotros sí. Al contemplar la luna a lo largo de nuestra vida, observaremos que su arco cromático es muy variado. La mayoría de las veces los colores de la luna están entre un gris y un amarillo pálido, pero excepcionales veces, la luna cambia de color desde el rojo sangre hasta el azul noche.
Cuando la luna cambia de color quizá nos preguntamos el por qué. Pues bien, dependiendo de los ángulos que tenga la luna en una noche específica se sabrá a qué se debe su color. ¡Veamos por qué la luna cambia de color!
1. Luna de Sangre o Luna Roja
Muy raras veces la luna se tiñe de rojo sangre, como si nos estuviera dando algún tipo de premonición o advertencia de que algo pronto pasará, de hecho, algunos creen que este puede ser el significado de su tonalidad. Sin embargo la luna roja, lejos de darnos algún tipo de aviso, nos muestra un fenómeno científico extraordinario.
El eclipse lunar total suele ser un evento poco común que, según la NASA, solo ha ocurrido 5 veces en la década de 1900: en 1910, 1928, 1946, 1964, 1982, 2015 y se espera que el próximo sea el 8 de octubre de 2033. Pero, ¿Qué pasa con la luna para que se torne de rojo?. Los colores de la luna están determinados por la posición de esta misma respecto al sol.
El color rojo, por ejemplo, se da cuando la Tierra interfiere entre ella y el sol; es decir, que la luna no recibe la luz directa del sol, sino que la recibe por medio de nuestro planeta. Al no recibir luz del Sol, adquiere un tono rojizo que se mantiene por un tiempo (incluso dos horas) en lugar de verse completamente oscura.
Se la conoce también como «Luna de sangre» y el tono rojizo se debe a un fenómeno conocido como dispersión de Rayleigh (que es el mismo que vuelve rojo el cielo durante las puestas de sol, por ejemplo). La coloración durante el eclipse también se ve afectada por el contenido de la atmósfera, polvo, humedad e incluso los niveles de nubes.
2. Luna amarilla o naranja
Este fenómeno es uno de los más comunes, por lo cual, el amarillo o el naranja es uno de los colores de la luna más típicos. De nuevo, para que la luna pueda tornarse de color amarillo, se requiere del posicionamiento exacto del sol sobre ella. Generalmente, la luna puede verse amarilla o naranja cuando esta más cerca del horizonte; esto pasa por el ángulo en el que se encuentra.
Al estar más cerca de la superficie terrestre, la luz tiene que atravesar más partículas atmosféricas relacionadas con el polvo y la contaminación y debido a que estas partículas dispersan las longitudes de onda más cortas (como pueden ser las del color azul) se ven las más largas que corresponden a los colores amarillo y naranja.
3. Luna Azul o Blue Moon
El significado de luna azul o Blue Moon tiene una un expresión algo romántica, puede traernos a la mente fragmentos de canciones o escenas de películas, pero la realidad es muy diferente. A diferencia del resto de colores de la luna, el azul se produce por las condiciones atmosféricas del Planeta Tierra.
Tiene lugar cuando en la atmósfera se acumulan partículas de polvo, nubes o humos de 0’7 micras o más. Gracias a estas partículas es que podemos observar uno de los colores más extraños de la luna, pues logran que la luz se disperse y por tanto altere la percepción del color en nuestra retina.
Cabe aclarar que este fenómeno puede ocurrir en cualquier fase lunar y es más frecuente cuando sucede algún tipo de catástrofe natural que cambie las dinámicas atmosféricas, por ejemplo un incendio forestal o la erupción de un volcán. Tras la erupción del volcán Krakatoa en 1883, que fue uno de los desastres naturales más fuertes que han vivido los humanos a lo largo de su historia, la luna permaneció de un color azul brillante casi 2 años.
El término luna azul deriva del inglés «Blue Moon» que hace referencia a la segunda luna llena que se da un mismo mes, este fenómeno ocurre cada dos años y medio aproximadamente, pero no tiene nada que ver con el color de la luna.
4. Luna gris o blanca
¡Esta es nuestra luna! El color que habitualmente observamos tras las ventanas. A diferencia de los otros colores de la luna, esta coloración es la que nos llega cuando no hay eclipses, ni partículas atmosféricas grandes que incidan en nuestra visión. Vemos zonas más oscuras en el satélite debido a las antiguas zonas de actividad volcánica en su superficie. El gris o blanco brillante son también asociados a los cambios de temperatura fuertes o las variaciones atmosféricas.
En algunas regiones de América del Sur, se rigen las temporadas de cosecha por el tamaño y el color de la luna. Si esta es extremadamente grande y muy brillante, se determina que no es un buen período de siembra. Sin embargo, si fotografiamos la luna desde fuera de la atmósfera terrestre, normalmente las capturas nos la mostrarían en colores grisáceos y amarillentos. Esto se debe a que la superficie lunar está compuesta básicamente por silicio, hierro, magnesio y algunos otros elementos que dan como resultado ese color gris rocoso que frecuentemente observamos.
Otros colores de la Luna
El color rojo, azul, amarillo, naranja, gris y blanco, no son los únicos colores que se pueden observar en la luna. El 25 de febrero del 2019, un fotógrafo estadounidense llamado Andrew McCarthy divulgó una imagen que creó a partir de más de 150.000 imágenes donde se veían otros colores de la luna que el ojo humano no puede observar.
Según McCarthy, las imágenes fueron tomadas satelitalmente en diferentes ángulos, que permiten observar en la superficie de la luna colores a raíz de los impactos que ha recibido. Estos colores de la luna ya no son percepciones que vemos a través de fenómenos, sino minerales que pigmentan su superficie. El fotógrafo expone: «En concreto, la cantidad de titanio que se concentra en algunas zonas predomina el color azul-violeta y las zonas que se perciben naranjas hay poco», también explica que los colores en la superficie de la luna son muy sutiles y solo se pueden apreciar estando cerca a ella.
Una de las frases sobre la luna más conocidas dice que «la luz de la luna ilumina todo el escenario con naturalidad y tranquilidad que ninguna otra luz posee», pero conociendo los secretos de los colores de la luna, ¿crees que su luz sigue iluminando con naturalidad?