Hoy en día los remedios de la antigüedad pudieran parecernos además de inútiles, un poco extraños y hasta graciosos. ¿Eran efectivos? En algunas pocas ocasiones la respuesta parece ser afirmativa, por suerte la medicina ha avanzado a pasos agigantados y hoy tan solo son un recuerdo ¿Quieres conocer cuáles eran algunos de los remedios más frecuentes con los que trataban a los reyes de la antigüedad? Continúa leyendo y descúbrelos.

Los extraños remedios con los que “curaban” a la realeza en la antigüedad

Dos de los reyes más emblemáticos y famosos de la antigüedad fueron Enrique VIII y su hija Isabel I. Cuidarlos era primordial, mantener su salud resultaba una tarea a tiempo completo, ya que solo así se podría evitar alguna revuelta que los sacara del poder, especialmente en el caso de Isabel, quien al no tener herederos siempre tuvo un futuro bastante incierto.

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En aquella época una rama de la medicina se estaba tornando muy popular, se trataba de la teoría o doctrina de las signaturas o teoría del signo. Esta teoría estaba basada en las propiedades de las plantas y frutos secos. Lo que determinaba el uso de una u otra era el parecido de dicha planta con una determinada parte del cuerpo.

Por ejemplo, cuando el rey Enrique VIII tuvo un accidente mientras participaba en un torneo en el palacio de Greenwich, le ordenaron consumir grandes cantidades de nueces. ¿La razón? El gran parecido de este fruto seco al cerebro. El Rey había sufrido un aparatoso accidente en el terminó aplastado por su caballo, de hecho, permaneció inconsciente un par de horas después del hecho y muchos creyeron que debió sufrir una lesión cerebral que le cambió su comportamiento.

Como el rey montaba mucho a caballo también era normal que sufriera de hemorroides. El remedio para ello era la raíz de celidonia menor, esto por el gran parecido de esta planta con las hemorroides. También se hicieron muy populares los enemas de humo de tabaco, ya que se creía que dicho humo era capaz de curar muchos males.

Otro de los remedios más extraños era para combatir la sífilis. Cuando alguien de la realeza sufría este mal, que valga acotar, era muy común en la época, la solución era inyectarle mercurio al órgano masculino.

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Por otro lado en el caso de Isabel I, uno de sus grandes problemas fue su debilidad por los dulces. Esto causó que le salieran numerosas caries, se le pusieran los dientes negros y algunos se le cayeran. La solución para combatir las caries era consumir la llamada “hierba loca”.

Esta hierba era venenosa, pero se creía una vez más que ayudaba a combatir las caries por el parecido de la misma con los dientes. Obviamente la planta no surtía ningún efecto en ese sentido, pero lo que sí conseguía era la sensación de estar volando, así como también producía alucinaciones.

¿Qué te han parecido estos curiosos remedios?

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