Entre las muchísimas razas de perros que existen, algunas de ellas, cuyos ejemplares son especialmente fuertes, se reúnen bajo el nombre de Molosos. Entre sus características físicas están la potente musculatura, la cabeza grande, la mandíbula poderosa y el hocico corto. Los Molosos, los perros guerreros de la antigüedad, tienen una interesante historia que contarnos sobre sus orígenes y tareas.

Molosos, los perros guerreros de la antigüedad

El nombre de este grupo de perros proviene de Molosia en Grecia. Sin embargo, su origen parece estar en Asia Menor y se cree que fue el propio Alejandro Magno el que los llevó a Grecia. Éste los utilizaba tanto como transporte de alimentos y armas como en la lucha y su moloso favorito, de nombre Periles, murió en la conquista de la India. Su existencia se remonta al siglo VII a. C. y las primeras representaciones de estos poderosos canes se encuentran en relieves asirios y datan de 4.000 años a. C.

Molosos, los perros guerreros de la antigüedad

En la fachada norte del palacio de Nínive estaba esta representación de un soldado de Asurbanipal saliendo a cazar leones, acompañado por un impresionante moloso que sujeta con una correa. Se cree fue esculpido alrededor del año 645 a. C.

Molosos, los perros guerreros de la antigüedad

Otra de las tareas que tenían encomendada estos valientes canes era la de servir de protección a los comerciantes, guerreros y viajeros que utilizaban las antiguas rutas comerciales. Los historiadores piensan que es así como los molosos llegaron a Grecia, Roma, Libia o Hispania. Concretamente, se cree que fueron los fenicios los que los trajeron hasta nuestras costas.

Molosos, los perros guerreros de la antigüedad

 

Pero fue el Imperio Romano el que especialmente los utilizó como perros guerreros. Tenían tres funciones diferenciadas, la defensa, el ataque y el correo. Los destinados al ataque llevaban alrededor de su cuello un collar de pinchos y protegiendo su cuerpo corazas cortantes que los ayudaba en su tarea. Los que servían de mensajeros, lamentablemente tenían un triste final, ya que se les hacía ingerir un tubo de cobre con una nota dentro y al llegar a destino eran destripados para extraerlo. Cuando César conquistó Europa llevó consigo un gran número de Molosos que provenían de los circos del Imperio. Se los conocía como «canis pugnacis» y eran muy apreciados por los legionarios. Sus actos de valor se celebraban igual que los de sus compañeros humanos.

Actualmente el grupo de los Molosos se subdivide en Molosos tipo Dogo, tipo montaña y talla pequeña. Incluye razas como Dogos, Bulldogs, Gran Danés, Rottweiler y Mastín napolitano, entre otros.

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