En el mundo existen numerosos lugares que está prohibido visitar por diversos motivos. En el artículo de Supercurioso 5 lugares prohibidos que NO PUEDES visitar hemos visto algunos de ellos como los Archivos Vaticanos, la isla de las serpientes en Brasil o el Área 51 de Nevada, en los EE.UU. En esta ocasión hemos querido acercarnos a Niʻihau, la Isla Prohibida de Hawai y descubrir qué es lo que hay en ella para que esté vetada la entrada a los visitantes.
Google Earth es una herramienta que también ha permitido detectar muchos lugares del mundo que en general por motivos de seguridad están vetados al público general que consulta este programa informático que basándose en fotografías de satélites y aéreas no hace llegar mapas e imágenes de todo el mundo. Si quieres conocer algunos de esos sitios que aparecen pixelados, te invitamos a leer el post: 5 lugares que Google Earth no te permite ver.
Niʻihau, la Isla Prohibida de Hawai
Niʻihau no es una isla deshabitada ni sus pobladores tienen prohibido salir de ella. Sin embargo, no encontrará ni policía, ni conducciones ni carreteras asfaltadas. La isla es un lugar muy especial fruto del compromiso entre una rica viuda escocesa y el rey Kamehameha de Hawai que se la vendió a mediados del siglo XIX.
Niʻihau es la isla más occidental de Hawai y la séptima más grande habitada. Tiene una extensión de 180 km.2, lo que, para tener una idea, es más del doble que Formentera en las Islas Baleares. Desde 1810 pertenecía al «Unificado Reino de Hawai» y en 1864, el rey Kamahameha V vendió la isla a Elizabeth McHutchison Sinclair, una rica viuda escocesa que eligió esa isla entre otras varias que podía haber comprado. La isla le costó 10.000$ en oro y en ella habitaban en ese momento cerca de 350 nativos hawaianos de Niʻihau. Kamehameha accedió a vendérsela con el compromiso de que se haría todo lo posible para que las tradiciones hawaianas siguieran vigentes en la isla.
En 1915, el nieto de Elisabeth Sinclair, Aubrey Robinson, prohibió las visitas a la isla e incluso los familiares de los isleños que vivían fuera necesitaban un permiso especial para acceder a ella. Los contactos con el exterior se restringieron al mínimo salvo por una pequeña base de la marina de los EE.UU. que se estableció en un extremo de la isla. Todo ello era para respetar al máximo los términos recogidos en el contrato de compra-venta de Niʻihau que obligaba a sus nuevos dueños a preservar las tradiciones y cultura de los nativos.
Gracias a este aislamiento, en Niʻihau la lengua común en las familias sigue siendo el hawaiano, aunque en la escuela también aprenden inglés. No encontrarás en ella ni conducciones de agua ni de gas y la electricidad es producida por energía solar. No hay teléfonos ni carreteras asfaltadas y los transportes se hacen con caballos o en bicicleta. Los aproximadamente 160 habitantes que viven en la isla de forma permanente son en su mayoría nativos hawaianos y su método de subsistencia son la agricultura y las ayudas estatales. No pagan ningún alquiler por sus casas y la carne, muy abundante en la isla, es gratuita. El asentamiento principal en el que viven prácticamente todos los isleños es Pu’uwai. No hay hoteles y periódicamente una barcaza trae todo aquello que puedan necesitar de la cercana isla de Kaua’i. Los Robinson, que son los propietarios actuales de la isla, han establecido un sistema de helicópteros para que en caso de emergencia haya un traslado rápido hasta una de las islas mayores de Hawai.
Podría parecer que los habitantes de la isla prohibida están completamente aislados, pero no es así ya que la falta de agua hace que periódicamente toda la población que lo desee tenga la opción de trasladarse a Kaua’i mientras dura la sequía. También los estudiantes de Niʻihau, cuando acaban los estudios primarios parten a las islas más grandes si desean continuar sus estudios. A pesar de ello, las visitas siguen estando muy restringidas en la actualidad, por lo que sigue hablándose de isla prohibida. Además de los propietarios y sus familiares así como los nativos y sus parientes, únicamente pueden quedarse en la isla los militares de la base. Para aumentar sus ingresos, en la actualidad existe la posibilidad de hacer una excursión de medio día a la isla para cazar o descubrir su fauna y flora, pero no existe ningún lugar ni posibilidad de pernoctar en ella y el contacto con los nativos es muy escaso.
Niʻihau es una isla suspendida en el tiempo y quizá por ello fue elegida en 1992 para rodar algunas escenas de Jurasic Park. ¿Conocías la existencia de esta misteriosa isla prohibida? ¿Sabías que con la restricción de visitantes se quería conseguir preservar una cultura que estaba empezando a desaparecer? ¿Crees que es lícito actuar de esta manera? ¡Comparte tu opinión con nosotros! Si quieres conocer otros lugares curiosos del mundo, te invitamos a leer:
Imágenes: Polihale