Su nombre original era «El proyecto arco iris», aunque los amantes de las teorías conspirativas y más tarde el propio cine, llamaron a lo ocurrido el 28 de octubre de 1943: «El experimento Filadelfia». Estamos seguros de que has oído hablar alguna vez del destructor de la Armada USS Eldridge, ese barco de inmensas dimensiones y toda su tripulación que, según cuenta la historia, llegó a ser invisibilizado para poder despistar al enemigo.

Pero aún hay más, aquel supuesto experimento de guerra ocasionó algo aún más inesperado. La teletransportación. El USS Eldridge apareció a cientos de kilómetros de los astilleros navales de Filadelfia donde se encontraba. Un acontecimiento fuera de la lógica y la compresión que se encuentra a día de hoy, como documento clasificado. La Armada de los E.E.U.U. sostiene, que jamás hubo tal experimento y que lo ocurrido aquella mañana del 28 de octubre de 1943, solo existió en la mente de todos aquellos que se dedican a construir teorías conspirativas.

Entonces, ¿ocurrió de verdad «El experimento Filadelfia»? Repasemos las evidencias de lo sucedido aquel día para sacar nuestras propias conclusiones.

Nikola Tesla, la invisibilidad y el Proyecto Arco Iris

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USS Eldridge en 1943

Plena Segunda Guerra Mundial. La armada estaba ansiosa por conseguir nuevas tecnologías, ingenierías fuera de lo común capaces de otorgar al ejército la mínima ventaja frente al enemigo. No hay contexto más idóneo para la investigación que los periodos de guerra, momentos en los que hay una mayor inversión económica y luz verde para cualquier tipo de experimentación, ya que es entonces cuando los intereses juegan a un precio más alto que nunca.

Fue un periodo donde se tuvieron en cuenta los interesantes trabajos de Nikola Tesla en materia de dinámica de la gravedad. Un grupo de científicos de la Universidad de Chicago y Princeton querían saber si era posible trabajar con la invisibilidad, haciendo uso de la teoría de Tesla sobre el uso de campos electromagnéticos. También disponían de alguna idea de Albert Einstein.

El genio que en la década siguiente haría de asesor a la marina americana estaba ya en aquellos años, trabajando en la idea de deformar el flujo de la luz e intentar así alterar la relación entre espacio y tiempo para conseguir algún tipo de teleportación. Algo que entraba más dentro del campo de la ciencia-ficción que de la realidad, pero una dimensión que. al fin y al cabo, merecía tenerse en cuenta y que la Armada no dudó en probar. Especialmente después de que la Universidad de Princeton, empezara a demostrar que la invisibilidad ya podía conseguirse con pequeños objetos. ¿Por qué no intentarlo con uno grande?

El experimento con el USS Eldrige

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Tripulación del USS Eldridge

Llegó el día. La intención era simple y a la vez compleja: deseaban, simplemente, conseguir desviar la luz  de un buque escolta para conseguir la invisibilidad o al menos intentarlo. Para ello se eligió el  buque de escolta USS Eldrige DE-173. Para conseguirlo, en primer lugar habían efectuado unos notables cambios en la embarcación para que el experimento fuera posible. En su interior llevaba dos gigantescos generadores de 75 Kilovoltios amperios cada uno, cuatro bobinas en cubierta, tres transmisores de 2 megavatios, circuitos de sincronización y modulación y cerca de tres mil tubos amplificadores.

¿La finalidad? Que toda esa sofisticada ingeniería instalada en el USS Eldrige, generara campos electromagnéticos masivos, capaces de curvar las ondas de luz y de radio alrededor del buque, para generar su completa invisibilidad al radar.

Resultados del experimento

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USS Eldridge

Las pruebas empezaron en julio del 1943 y sí, tuvieron cierto éxito. El barco se envolvía de una especie de bruma verdosa y, simplemente, desaparecía en los radares durante unos segundos. El proyecto iba bien, pero la tripulación se solía quejar de náuseas, vómitos y mareos, así que decidieron hacer unos pequeños cambios para afinar un poco mejor la tecnología. Se reanudaron las pruebas el 28 de octubre del mismo año, en unos astilleros de Filadelfia, pero esta vez, sucedió algo inesperado. Los generadores gigantes del USS Eldrige empezaron a vibrar de un modo muy intenso. Ensordecedor. Se levantó un manto muy espeso de niebla verde y cubrió por completo el buque. Cuando dicha bruma se dispersó, el cielo se iluminó por un rayo azul y el USS Eldridge desapareció.

Su desaparición duró 15 minutos. Y durante ese tiempo, sucedió algo tan asombroso como desconcertante. El buque apareció de improviso a cientos de kilómetros de Filadelfia, concretamente en la base naval de Nolfork, Newport News, Virginia. Después de estar ahí, apareció de nuevo en su posición original, en los astilleros de Filadelfia. Pero… ¿y su tripulación?

Consecuencias del experimento Filadelfia

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Carl Meredith Allen, era un marinero de la tripulación del barco S.S. Andrew Furuseth, un  testigo que estuvo presente durante el experimento y que posteriormente relató y sacó a la luz lo sucedido aquel día. Según él, cuando el USS Eldrige desapareció tras el rayo azul, todos los que estaban ahí viendo lo que ocurría sufrieron hemorragias nasales y mareos.

Pero lo peor sucedió cuando, al cabo de unos minutos, el buque «retornó» a su posición original, al astillero de Filadelfia. Cinco miembros de la tripulación estaban fundidos con la estructura metálica del  buque. Otros marineros, habían perdido parte de su cuerpo: brazos, piernas… Un suceso inexplicable y dantesco que el ejército quiso ocultar de inmediato, pero que a muchos les costó la vida.

El marinero Carl Meredith Allen denunció lo ocurrido años después, en 1956. Bajo el pseudónimo de Carlos Allende envió tres cartas al profesor de astronomía, matemáticas y ufólogo Morris K. Jessup para que publicara lo ocurrido. Le explicó, además, que muchos de sus compañeros y tripulantes abordo del USS Eldrige habían desparecido delante de él como si una luz los desmaterializara de pronto. Otros, estaban encerrados en psiquiátricos llevados por una inexplicable locura.

¿Sirvió de algo el intento de denuncia del marinero Allen? Sí y no. Gracias a él conocemos lo sucedido aquel  octubre del 1943, pero nadie pudo demostrar que el «Proyecto arco iris» se realizara realmente. El Instituto Naval norteamericano apenas dispone de documentos gráficos del USS Eldridge. El propio barco fue desmantelado en Grecia en 1951 y reconstruido bajo el nombre de Leon HS.

Morris Jessup, el científico que recibió las cartas de Allen, fue encontrado al poco sin vida en su coche en una carretera de Florida. ¿Y qué hay del propio marinero Carl Meredith Allen? El joven que se arriesgó a relatar lo sucedido, terminó su vida como muchos de sus compañeros de la Marina, testigos del experimento Filadelfia: fue declarado loco y encerrado en un asilo.

Lo ocurrido con el USS Aldridge, parece estar envuelto aún en las brumas verdes de un secreto que no conoceremos jamás. ¿Cuál es tu opinión?

Si te ha gustado este artículo no te pierdas al viajero del tiempo en una película de Chaplin.